18. Preocupaciones

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Off estaba acostado en su cama, mirando el techo. Pensaba en Gun y en por qué todavía no le había llamado. Sentía que algo andaba mal. Podría haberle llamado él, pero sabía que tenía que darle al dragón algo de tiempo, no quería asustarlo. Aun así, apenas le era posible alejar la urgencia que sentía por verlo otra vez. Su corazón dolía por su pequeño dragón.

Dejó salir un largo suspiro y continuó mirando el techo, pues no tenía nada mejor que hacer. Podría estar durmiendo, pues ya era más de media noche, pero simplemente no lograba quedarse dormido. Era como si algo le estuviera impidiendo hacerlo.
Después de un rato, sus párpados comenzaron a sentirse más y más pesados, y pronto sus ojos se cerraron completamente. Seguía despierto, pero podía sentir como lentamente el sueño llegaba a él… hasta que el sonido de su teléfono sonando volvió a despertarlo. Sus ojos se abrieron de golpe y se sentó en la cama, buscando lo más rápido que pudo. Una vez que lo encontró, respondió sin siquiera mirar el número de quien le estaba llamando a esa hora.

-          ¿Hola?
-          ¿Off? ¡Gracias al cielo que contestaste! –Escuchó la familiar voz de la madre de su pareja– Gun se encerró en su habitación en la tarde, y no ha salido desde entonces. Lloró por mucho tiempo… pensé que saldría cuando se hubiera calmado, pero no lo hizo –Su voz tembló en las últimas palabras. Era obvio que estaba muy preocupada por su hijo–. Tú eres el único que puede ayudarlo, Off – Ella susurró, soltando un débil sollozo. Off estaba sin habla. Algo le había pasado a Gun, algo que lo había hecho llorar, y él no estaba ahí para calmarlo.
-          Llegaré lo más pronto que pueda –Dijo, sintiendo como la preocupación lo inundaba.

No tenía idea de qué pudo haberle pasado a su alegre pareja para hacerlo actuar así, y tenía que admitir que estaba asustado por eso. Le pidió la dirección a la mujer y en cuestión de minutos estaba dentro de su carro en camino a la casa del menor.

Muy pronto estuvo en la dirección que la madre de Gun le había dado. Prácticamente saltó de su carro, el sueño que había sentido antes completamente reemplazado por preocupación. Ni siquiera se molestó en revisar si su carro estaba bien cerrado antes de correr hacia la puerta de la casa. Incluso desde ahí podía escuchar los débiles pero inconfundibles sollozos de su pareja, causando que le doliera el corazón.

Off tocó la puerta, tomando una gran bocanada de aire. Su corazón estaba queriendo salir de su pecho cuando finalmente se encontró con el padre de Gun. El demonio estaba sorprendido de que el pequeño dragón casi no se pareciera en nada a su padre, tal vez solo en el color de los ojos. Pero Off sabía que no tenía tiempo para esas cosas, necesitaba estar con su bebé.
Inclinó la cabeza cortésmente hacia el hombre mayor, quien lo miraba atentamente, y luego se adentró a la casa para correr hacia las escaleras, llegando a la habitación de Gun guiándose por su olfato. El aroma del pequeño salía de una puerta color azul algo vieja. Off podía escuchar los sollozos que provenían del otro lado, sintiendo su corazón romperse. Tocó la puerta gentilmente, luchando contra las ganas que tenía de tirarla y correr hacia su pareja. Necesitaba estar calmado.

-          Gun –Susurró, sabiendo que el pequeño podía escucharlo. Oyó como los sollozos se detuvieron por un momento, y luego el arrastrar de pies acercándose a la puerta.
-          ¿Por qué estás aquí? –El pequeño preguntó, su voz algo débil y ronca por el llanto.
-          Para verte, por supuesto –El demonio respondió tranquilamente, tratando de sonar lo más relajado posible, pero su corazón lo estaba traicionando. Latía demasiado rápido por lo preocupado que se sentía, pero no solo por eso. A pesar de las circunstancias, estaba ansiando poder ver a su amor por fin.
-          Vete –Gun susurró casi sin aliento, poniendo sus manos en la puerta en un intento desesperado por frenarse a sí mismo de abrir. El sonido de la voz de Off había hecho que la urgencia por estar con él se volviera casi insoportable. Pero Gun no podía permitirse ser visto por el demonio, no quería que viera lo feo y roto que estaba realmente. Sonreír por ser libre y aceptar el pasado eran dos cosas totalmente distintas. Y mientras que él podía hacer la primera, ni siquiera se atrevía a intentar hacer la segunda, pues sabía que fallaría.
-          Por favor, abre la puerta –Off se apoyó contra la puerta cerrada, escuchando como su propia voz había salido algo temblorosa. Sabía que lo que estaba haciendo Gun no era bueno, el simple hecho de encerrarse en su habitación, posiblemente sin nada de comida, era algo amenazante para su estado actual.
-          No, vete –Gun dijo, intentando con todas sus fuerzas hacer que su voz sonara firme. Aunque Off sabía que había algo que estaba causando que el dragón actuara así, no pudo evitar sentirse herido por sus palabras.
-          Por favor, Gun. Solo abre la puerta. Quiero hablar contigo –Off dijo, su voz nuevamente calmada.
-          ¡No! –Gun susurró, con la voz temblorosa. Cómo deseaba hacer lo que el demonio le pedía. Deseaba tanto estar en sus brazos que dolía.

Un sollozo ahogado salió de sus labios mientras se dejaba caer sobre sus rodillas y uno de sus brazos se elevaba, queriendo alcanzar la llave de la puerta y girarla, para que así el mayor pudiera entrar. Estar tan cerca pero a la vez tan lejos de Off literalmente dolía. Pero Gun estaba tan asustado de la verdad. Se sentía como un niño pequeño que hubiera sido abandonado por sus padres. Las lágrimas continuaron cayendo por su rostro mientras escuchaba la suave voz de Off murmurándole cosas. No estaba muy seguro de lo que le decía, pero sabía qué quería. Necesitaba abrir la puerta y estar con su pareja. Aunque seguía aterrado de que Off descubriera la verdad, pues sabía que estaría enojado con él por dejar que alguien más lo tocara, y temía que el mayor se alejara para siempre.

Lentamente se puso de pie y con manos temblorosas, finalmente giró la llave, dando un paso hacia atrás con los ojos rojos e hinchados y las piernas temblando.

En el momento en el que la puerta se abrió y Off lo acercó a su cuerpo, con sus fuertes brazos envueltos alrededor de la cintura de Gun, sintió que todas sus preocupaciones se iban. Gun cerró los puños, apretando entre sus manos la camisa del mayor, aferrándose a él mientras continuaba llorando. Off sostuvo a su pequeño fuertemente, acariciándole la espalda. Quería que Gun supiera que todo iba a estar bien porque él estaba ahí.

Un rato después, solo débiles hipidos salían de la boca del dragón. De repente, levantó la cabeza para mirar a Off, con la mirada llena de amor y confianza. El mayor le sonrió, y comenzó a acercarse lentamente para no asustarlo.

El miedo apareció en los ojos de Gun al tener la imagen de él besándolo, pero logró olvidarla por un momento, recordándose que estaba con Off. Sus ojos se cerraron lentamente y él también se acercó, juntando sus labios con los del mayor en un corto pero dulce beso. No era demasiado, pero significaba mucho para ambos. Y sorprendentemente para Off, fue Gun quien volvió a acercarse, con una pequeña sonrisa en el rostro…

La Historia de un Dragón Roto -OffGun-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora