22. Otra charla por teléfono

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Gun dejó salir un suspiro de alivio cuando su madre entró a la sala, viéndose tan alegre como siempre. Debido a la pesadilla que tuvo había estado esperando a alguien más. Alguien a quien no quería ver. Pero en el momento en que sus padres entraron a casa, supo que estaba a salvo.

No queriendo preocupar a los mayores, Gun se las arregló para saludar efusivamente a su madre mientras su padre cargaba algunas cosas hacia la cocina. La mujer sabía que algo había sucedido, pero tenía la sensación de que no debía preguntar por ahora. Notaba las marcas de lágrimas secas en el rostro de Gun, y su nariz podía sentir la salada esencia. De cualquier modo, ella solo abrazó rápidamente a su hijo y le regresó el saludo. Su voz se oía algo ronca, pero parecía estar bien.

-          Mamá, ¿puedo llamar a Off? –El pequeño dragón preguntó de repente, viendo a su madre caminar hacia la cocina. Ella sonrió y se dio la vuelta para entregarle el teléfono.

El rostro de Gun se llenó de alegría mientras buscaba el número de su pareja. No quería contarle sobre su pesadilla, pero quería escuchar su voz. Presionó “llamar” mientras sentía su corazón latir. No pudo evitar sonreír al escuchar la sexy voz del demonio, porque sí, a Gun le parecía sexy su voz, aunque nunca lo fuera a admitir en voz alta. Además, ellos eran compañeros, así que era algo normal.

-          ¿Hola? –Off preguntó nuevamente después de esperar casi un minuto. Gun salió de sus pensamientos, sintiendo sus mejillas acalorarse.
-          Hola –Dijo suavemente, jugando con su cabello –. Perdón por molestarte… es solo que…
-          ¿Por qué me molestarías, amor? –El mayor soltó una risita, pero su voz había sonado algo sorprendida– Estoy muy feliz de que hayas llamado –Añadió, sonando muy honesto. Gun sonrió, olvidando la pesadilla que había tenido momentos atrás. Estaba feliz de que su pareja estuviera feliz porque él le estaba llamando.
-          No sé, tal vez estás en el trabajo o algo así –divagó, aún sonriendo.
-          La verdad acabo de llegar a casa. Pero aunque estuviera trabajando, no me importaría que me llames –El demonio dijo, sabiendo que eso haría feliz a su dragón. Además, era la verdad. Realmente no le importaba a qué hora le llamara Gun, amaba escuchar su voz.
-          ¿Vas a venir mañana? –El menor preguntó, su voz volviéndose suave mientras rodaba sobre su estómago en el sofá, esperando que Off dijera que sí. Quería verlo en ese mismo momento, pero sabía que probablemente el mayor estuviera cansado después del trabajo y no quería molestarlo. Así que por el momento, solo su voz estaba bien.
-          Claro que sí, amor –Off respondió, riendo al escuchar un leve gritito de emoción de parte de Gun. De nuevo, no podía creer lo adorable que era. Algunas veces se preguntaba si solo estaba soñando, porque Gun era la criatura más perfecta en el mundo. Por más cursi que sonara, varias veces pensaba que si eso era un sueño, no quería despertar nunca.
-          Está bien –Gun murmuró, sintiéndose extremadamente feliz. Estaba ansioso por ver a su pareja otra vez.
-          Entonces, ¿cómo estuvo tu día? –El demonio preguntó, queriendo saber si todo había estado bien con su dragón. Tenía la sensación de que algo había pasado, pero esperaba que solo fuera porque no podía evitar preocuparse por su pareja. Era su instinto el que le hacía querer siempre proteger y amar a su pequeño, y por supuesto, lo hacía preocuparse cuando no lo tenía cerca.
-          Uh… bueno, realmente no pasó nada… –Gun mintió, recordando la horrible pesadilla que había tenido. Dio un saltito cuando recordó la sensación de esos fríos dedos tocando su piel, pero la eliminó de su cabeza rápidamente. No, no iba a pensar en la pesadilla, aunque estuviera asustado. Iba a olvidarla, porque estaba hablando con su pareja de verdad. Su pareja que lo amaba– Me quedé en casa, viendo televisión –añadió, esperando que su voz no hubiera temblado demasiado. Sabía que no era bueno mentirle a Off, y se sentía muy culpable por eso, pero no podía simplemente decirle que había soñado con el hombre que pensó que era su pareja, y con el que había vivido por algunos años, regresando por él y llevándoselo. Claro que no. Eso habría hecho enojar a Off, y el dragón no quería hacerlo enojar.
-          Debes haber estado aburrido –Dijo el demonio, sabiendo bien que Gun había mentido. Decidió preguntárselo en persona, pues seguramente era algo relacionado con su pasado, y eso no era algo que debieran platicar por teléfono.
-          Solo un poco. Pero fue agradable, me gusta estar en casa –Gun respondió, con el sentimiento de culpa creciendo en su pecho al escuchar la alegre voz de Off. Odiaba mentir, pero no podía decirle la verdad.
-          Bueno, puedo entender eso, tienes una casa muy bonita –Off rio, recordando la casa del menor. Realmente era linda, probablemente decorada por la madre del dragón.
-          Gracias, a mí también me gusta. Cuando era pequeño solía odiarla porque parecía muy pequeña, pero extrañamente ahora no es así. Incluso a veces me pregunto cómo es que uno no se pierde –Gun soltó una risita, contagiando a Off.
-          Supongo que creciste. ¿Qué edad me dijiste que tienes? –El mayor preguntó, dándose cuenta de que ni siquiera habían hablado sobre sus edades todavía. No era como que no fueran a tener el tiempo de hacerlo, pero al parecer tenían cosas más importantes de las que hablar. Suponía que Gun estaba entre los veinte y los cuarenta. Era obvio que seguía siendo muy joven, casi un niño. Y el hecho de que no se había perdido demasiado de la vida del dragón de alguna manera lo ponía contento.
-          Cumplí veinticuatro el mes pasado –Gun dijo, sintiendo sus mejillas sonrojarse. Él sabía que era mucho más joven que su pareja, pero no sabía si al mayor le gustaría eso.
-          ¡Eres muy joven, con razón eres tan pequeño! –Off volvió a reír, feliz de haber estado cerca de la edad real de Gun.
-          ¡No soy tan pequeño! –Gun casi gritó, haciendo un puchero. Bueno, tal vez sí era pequeño, pero no iba a aceptarlo tan fácilmente.
-          De acuerdo, no lo eres –Off dijo, imaginando el puchero en los labios de su bebé.
-          ¿Y qué edad tienes tú? –Gun preguntó con curiosidad. Tenía ganas de saber la edad de su pareja, aunque estaba seguro de que era mucho más grande que él.
-          Ciento cuarenta y cuatro –Off contestó.
-          ¡Eres muy viejo! –Gun rio– Si fueras humano, ya estarías muerto –Añadió, pensando lo raro que sería estar muerto a esa edad. Off todavía era considerado joven por un montón de personas, como los padres del dragón. No estaba seguro de si su padre cumplía quinientos dos o quinientos tres ese año.
-          Sí… –Dijo– tengo que irme ahora, bebé. Le prometí a mi madre que iría a verla después de trabajar. Pero iré a verte mañana, ¿de acuerdo?
-          De acuerdo… adiós, hombre viejo –El menor rio y terminó la llamada rápidamente.

Seguía sonrojado, pero estaba muy feliz. Realmente amaba a Off, e iba a verlo al día siguiente. No podía esperar más.

La Historia de un Dragón Roto -OffGun-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora