Cerca de media hora después, Gun estaba sentado en una de las sillas altas de la cocina al lado de su pareja, quien estaba comiendo un pancake. El dragón miraba su propia pila de pancakes, preguntándose si debería comerlos todos. Después de un rato, levantó los hombros decidiendo que lo haría y clavó su tenedor en el desayuno. Off no pudo evitar sonreír por la ternura del pequeño. Se preguntaba cómo es que podía ser tan adorable. Pero entonces recordaba que era su bebé de quien estaba hablando, así que no era sorpresa. Gun era perfecto en todos los sentidos.
A la mitad de su comida, el menor levantó la cabeza de repente. Había escuchado algo… pero ya que al parecer su pareja no lo había hecho, le restó importancia. Tal vez estaba comenzando a volverse loco. Se acomodó para acercarse más a Off, quien ya había terminado su desayuno. El mayor, al sentir la repentina cercanía del pequeño, se volteó y sonrió cuando Gun se inclinó para dejar un beso en su mejilla.
- Te vas a ir a casa pronto, ¿verdad? –El dragón preguntó, haciendo un puchero.
- Sí, pero vendré mañana, amor. Hoy tengo trabajo y no creo poder pedir el día. No quiero que mi jefa se enoje –El demonio dijo, acariciando gentilmente el rostro del menor. Cuando éste comenzó a reír, Off lo miró levantando una ceja– ¿Qué?
- Nada –Gun dijo, llevando otro trozo de pancake a su boca. Todavía no lograba terminar su desayuno, ya que él no solía poder comer demasiado de una sola vez. Siempre había sido así, incluso desde muy pequeño, y el hecho de que recientemente no había estado comiendo adecuadamente lo hacía peor. Pero eso no le importaba mucho cuando estaba cerca de Off. De alguna manera el demonio le hacía olvidar lo imperfecto que era.Dándose cuenta de que su bebé estaba metido en sus pensamientos, Off le pellizco la mejilla con gentileza, sonriendo cuando Gun lo miró fingiendo estar enojado, dándole un leve golpecito en el hombro. Pero solo minutos después, el menor estaba riendo de nuevo, pues le causaba gracia que su pareja estuviera asustado de su jefa.
Off simplemente sonrió, despeinándole el cabello. Se sentía muy feliz de ver a Gun tan alegre a tan tempranas horas de la mañana. Se inclinó para besar a su bebé, sintiendo su corazón estallar de felicidad cuando el menor inmediatamente cerró los ojos y presionó sus labios contra los suyos. Disfrutó del contacto por un momento y luego se alejó, viendo el puchero que Gun había puesto por terminar el beso.
- Realmente tengo que irme ahora –Dijo Off, acariciando el cabello de Gun.
Gun no quería que su pareja se fuera. Era extraño como el día anterior había estado asustado de ver a Off nuevamente, incluso si deseaba verlo con todas sus fuerzas, pero ahora lo único que quería era quedarse con él.
- No quiero que te vayas –Se quejó, abrazándose al mayor. Off soltó una risa, dándole un beso en la mejilla.
- Yo tampoco quiero, pero tengo que hacerlo –El demonio sostuvo a Gun entre sus brazos por unos minutos, sonriendo al sentir al pequeño acurrucarse más cerca de él– Ten un buen día, amor –Murmuró en el oído del dragón, sintiéndolo asentir en su pecho.
- Tú también. Y no hagas enojar a tu jefa –El pequeño soltó una risita, haciendo reír a Off también. Él no planeaba hacerla enojar, esa mujer era aterradora cuando se lo proponía.Off ni siquiera sabía por qué estaba trabajando en esa firma. Si lo recordaba correctamente, alrededor de una década antes de dejar su casa y comenzar a buscar a su pareja, decidió conseguir un trabajo ya que no le gustaba estar en una casa vacía. Estar ahí por un par de horas le recordaba que estaba solo, y odiaba eso. En ese tiempo seguía siendo bastante joven, así que no había muchos lugares que le dieran trabajo.
No tenía muchas ganas de trabajar para sus padres, su madre era algo… perfeccionista, cuando se trataba de trabajo. Y Off no era fan de que su madre le gritara en el trabajo. Por supuesto, su jefa era peor que su madre. Al final, Off nunca renunció, aunque ahora quería hacerlo, pues ya tenía a su pareja. Tampoco era como que necesitara el dinero, pues ya había ahorrado lo suficiente durante los pasados cien años.
Al salir de la casa de Gun, la imagen de su madre apareció en su cabeza. Todavía no le había contado sobre el dragón, principalmente porque la mayoría del tiempo se la había pasado pensando solo en su bebé. Aun así, sabía que la mujer iba a estar feliz, siempre había esperado que Off encontrara a su pareja.
Suspiró y entró a su carro. Necesitaba ir a casa para cambiarse antes de ir al trabajo. Decidió llamar a su madre antes de ir, ya podía escuchar su voz diciendo “sé que estás escondiendo algo”, cosa que normalmente los llevaba a pelear. Pero, esta vez sería diferente, ya que Off iba a contarle cómo había encontrado a su pequeño dragón. Estaba casi cien porciento seguro de que ella amaría al pequeño, porque siendo sinceros, ¿quién no lo haría? Gun era demasiado adorable.
El demonio manejó hacia su casa pensando en su pareja. Había olvidado por completo el mal presentimiento que tuvo hace algunas horas. Estaba feliz, porque sabía que todo iba a ir perfecto, o incluso mejor.
O al menos eso era lo que él creía.
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La Historia de un Dragón Roto -OffGun-
FantasyEn un mundo que es habitado por criaturas mágicas, todo puede pasar. Especialmente si la meta en la vida de cada persona es encontrar a su pareja, su amor... esa persona que significa más que nada para cada uno. Pero, también existen algunas almas d...