45. ¿Quieres tener una cita?

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Off no podía creer que por fin había decidido a dónde llevar a su pequeño dragón. El final y aparentemente mejor lugar para ir, fue el cine. Habría gente ahí pero no tendría que preocuparse pues estaría oscuro, además seguramente habría varias parejas, por lo cual no habría tantas personas mirando a Gun. Y como el cine estaba en el centro comercial, había unos cuantos restaurantes de comida rápida, así que después de la película podrían ir a comer algo. El demonio tenía que admitir que estaba orgulloso de sí mismo, aunque le tomó una semana elegir un lugar.

De cualquier modo, tampoco había tenido demasiado tiempo para pensar en el lugar ideal, pues había estado pasando la mayor parte del tiempo con Gun, quien estaba bastante alegre e hiperactivo. Había veces en las que agarraba la mano de Off para hacer que se acostara en la cama y luego subía sobre él a gatas y se acostaba en sus piernas, lo cual causaba algunos problemas en el mayor. Llegaba a preguntarse si su inocente y adorable compañero estaba haciéndolo a propósito. En ocasiones parecía que sí. Pero a Off no le importaba mientras fuera capaz de contenerse y no saltar encima del dragón, sabiendo que todavía no estaba listo.

Todo estaba yendo bien, incluso parecía que nada podría ir mejor. Gun estaba esperando que llegara su pequeño hermano o hermana, aunque aún faltaban varios meses. Simplemente no podía aguantar su emoción, había elegido ya cuatro nombres, sin saber si el bebé sería niño o niña; pero algo le decía que sería un pequeño hermanito.

Off también estaba pensando en bebés, aunque no precisamente en el hermano del dragón, sino en los suyos propios. La cosa en su mundo era que era posible para los hombres quedar embarazados también, pero era tan riesgoso que casi nadie lo intentaba. La mayoría de “las madres” morían al dar a luz o justo después de hacerlo, a veces también con los bebés. Los que sobrevivían llegaban a sufrir hasta la muerte, que solía ser causada por ellos mismos, pues el dolor era más de lo que alguien podía imaginar. Era cruel que alguien quisiera algo así para su pareja.

El demonio fue sacado de sus pensamientos por Gun, quien nuevamente estaba sentándose sobre sus piernas. Los ojos del dragón brillaban, y entonces se inclinó para besar al mayor, enredando sus brazos alrededor del cuello del demonio. Off sonrió y respondió el beso, pasando sus brazos por la cintura del menor protectoramente, y su lengua suavemente sobre el labio inferior de Gun, pidiendo permiso para entrar.

Gun separó sus labios levemente, dejando salir un débil gemido. Solo besar al demonio de esa manera lo llenaba de muchas emociones. Amor, pasión y tal vez un poco de lujuria, aunque no estaba seguro de esa última. O podría ser que sí, pues tampoco era tan inocente, solo que no había experimentado el sentirse de esa manera antes. Y honestamente, no se sentía listo para cosas como esa aún. Solo el imaginarlo hacía que sus mejillas se volvieran de color rojo.

Dejó salir otro gemido cuando sintió a Off profundizar el beso y jugar con su lengua mientras se presionaba más contra su cuerpo, pero lo siguiente que hicieron ambos fue terminar el beso y alejarse, el dragón algo agitado mientras que el demonio sonreía de lado, con una mirada de amor en los ojos.

-          ¿Quieres ir a una cita mañana? –Preguntó, dándose cuenta de que ni siquiera le había preguntado a su pareja si quería salir con él. Era algo irónico pues llevaba planeándolo bastante tiempo.

-          ¡Claro! –El rostro de Gun se iluminó con una sonrisa mientras asentía con la cabeza, abrazando a Off– ¡Va a ser genial! –Dijo, con la voz llena de emoción. Internamente él ya estaba planeando qué harían en su cita, pues había estado esperando ese momento por mucho tiempo. No le importaba a dónde fueran, lo importante era que iba a estar con Off.

El demonio sonrió y le despeinó el cabello al pequeño dragón. Después de eso, le plantó un beso en la cabeza. Gun hizo un puchero y de la nada, levantó su mano para también despeinar el cabello de Off, quien lo miró sorprendido, pues era la primera vez que su bebé le regresaba la jugada.

Al ver el rostro del mayor, Gun le mostró la lengua adorablemente. Lo siguiente que supo fue que había sido recostado sobre su cama, y que Off le estaba haciendo cosquillas en el estómago. Dejó salir un grito algo agudo, mientras reía y trataba de alejar las manos del demonio. Le decía que parara entre risas, pero su única respuesta fue una risa del mayor, mientras seguía atacándolo.

Después de unos momentos, Gun se rindió, dejando caer sus brazos a ambos lados y viendo como Off le sonreía dulcemente.

-          Te amo… –Murmuró con suavidad.

-          Yo también te amo, mi pequeño dragón. Y lo haré hasta que ambos dejemos de existir… –Off le prometió, dándole un beso en los labios– o tal vez incluso después de eso.

La Historia de un Dragón Roto -OffGun-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora