19. Una mañana pacífica

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Después de su primer beso, la pareja estaba sentada en la cama de Gun, con el dragón acurrucado lo más cerca que podía a su compañero. Off también trataba de mantener a su bebé cerca, abrazándolo con uno de sus brazos. Ninguno de los dos decía nada, pero tampoco necesitaban hacerlo. Ambos podían sentir lo mucho que se amaban, y eso era suficiente.

-          ¿Off…? –Gun rompió el silencio, su voz algo mormada por haber estado llorando.
-          ¿Sí? –El mayor dijo, evitando bostezar. A pesar de que no necesitaba dormir mucho, se sentía exhausto por los eventos de los días anteriores y no ser capaz de conciliar el sueño.
-          ¿Cómo… umm… por qué viniste? –El menor preguntó, acomodando su cabeza sobre el hombro de Off.
-          Tu mamá me llamó –Off trató de acercar más al dragón a su cuerpo.
-          Oh –Gun murmuró, cerrando los ojos. Le estaba dando mucho sueño. También tenía hambre, pero siempre había podido manejar mejor el hambre que el cansancio.
-          Duerme, bebé… –Off susurró, acostando suavemente al menor, quien no lo dejó ir e hizo que se acostara a su lado.

Off sonrió tiernamente, acomodándose y envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Gun. Éste soltó una risita y se acurrucó en el pecho de su pareja. Solo minutos después, ambos estaban durmiendo profunda y pacíficamente, con sonrisas en el rostro.
 

Los ojos de Off se abrieron al sentir los primeros rayos del sol en su cara. Fue cegado momentáneamente por la luz que entraba por la ventana, pero eso no evito que sonriera al sentir el cuerpo que estaba entre sus brazos acomodarse más cerca en su pecho. Miró hacia abajo para admirar al pequeño que dormía plácidamente.

-          Eres hermoso –Susurró, acariciando suavemente el cabello de Gun.

El menor se estiró un poco, pero no se despertó. Los ojos de Off irradiaban amor, no podía evitar adorar al dragón que estaba abrazando. Se sentía más y más suertudo conforme los días pasaban. Gun era simplemente perfecto a los ojos de Off. Existía la posibilidad de que fuera porque el menor era su pareja, pero no le importaba eso. El pequeño era dulce y precioso. Y frágil, pero Off no estaba seguro de que eso le agradara mucho. Claro que se sentía bien tener a alguien a quien proteger, alguien a quien llenar de amor y de adoración, pero no le gustaba lo delgado y frágil que se veía el pequeño dragón. Sabía que no podría soportar si algo le pasara a su pareja.

Gun se estiró nuevamente y, lentamente, abrió los ojos. Levantó la cabeza y miró al mayor con una mirada aún somnolienta. Parpadeó un par de veces y entonces una sonrisa apareció en sus labios, haciendo que Off soltara una expresión de ternura.

-          Buenos días dormilón –El demonio dijo, inclinándose para dejar un beso en la frente de Gun. Éste, sintiendo calientes las mejillas por el gesto, escondió su rostro en el pecho de Off, inhalando el aroma que había comenzado a amar en los días anteriores. Off no pudo evitar reír por lo lindo que era Gun, acariciándole el cabello nuevamente. El menor volvió a levantar la cabeza mostrando un puchero en los labios para parecer enojado, pero su mirada llena de amor lo traicionaba.
-          Buenos días –Gun dijo suavemente. Con cuidado se sentó, mirando a su pareja. Algo se veía extraño en él, pero no podía decir qué exactamente… hasta que se dio cuenta de que el mayor estaba usando una delgada playera y un pantalón de pijama. Dejó salir una linda risa mientras señalaba la ropa de Off. Éste también comenzó a reír, sabiendo que cuando la madre del menor le había llamado, ni siquiera se tomó el tiempo para cambiarse. Gun era mucho más importante que la ropa.
-          ¿Qué es tan divertido, eh? –El demonio preguntó, pellizcando una de las mejillas de Gun.

El dragón hizo un puchero y se volteó, dándole la espalda a Off y pretendiendo estar enojado, pero era obvio que no lo estaba por las risitas que dejaba salir. Off también se sentó y abrazó a su pareja por detrás, envolviendo su cintura y sonriendo cuando el pequeño apoyó la espalda en su pecho y se acomodó en sus brazos casi inmediatamente. Gun soltó un suspiro de tranquilidad, derritiéndose entre los brazos del mayor.

Ambos sabían que lo que había pasado la noche anterior no había desaparecido del todo. Gun seguía aterrado de que su pareja descubriera lo que le sucedió, y Off seguía preocupado por su bebé. Pero mientras estaban sentados ahí, disfrutando la presencia del otro, lo demás no importaba por el momento. Gun se sentía seguro y en paz en los brazos de Off, fascinado de como cada pequeño toque volvía más fuerte la conexión entre los dos, y Off estaba feliz de tener a su pareja a su lado y saber que estaba bien.

Sin embargo, por alguna extraña razón, sentía que algo malo iba a pasar. Podía sentirlo en sus huesos, solo esperaba que se estuviera equivocando. No podía dejar de pensar en las cosas malas que le habían pasado a su pequeño, pues sabía que los dragones eran cazados por muchos, solo por lo que eran. Le parecía muy injusto, pero no podía hacer nada contra eso. Nadie podía.
Gun pudo sentir la tensión en el mayor. No tenía idea de qué había roto el estado de paz en el que se encontraban antes, pero sabía que el demonio estaba pensando en algo desagradable. Se giró entre los brazos que lo sostenían y dejó un beso en la mejilla de Off, esperando que eso fuera suficiente para cambiar su estado de ánimo. Off sonrió y se inclinó para darle un dulce beso en los labios. Las mejillas de Gun se pusieron rojas y él volvió a girarse por la vergüenza.

Off solamente sonrió, abrazando más fuerte al menor. Sabía que el peligro podía estar cerca, pero decidió no pensar en eso por el momento. Después de todo, tenía a Gun a su lado.

La Historia de un Dragón Roto -OffGun-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora