44. Nada

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Fue un par de días después cuando Off finalmente decidió llevar a su bebé dragón a una cita. Solo había un pequeño problema. No tenía idea de a dónde llevarlo.

Primero pensó en llevarlo a un restaurante elegante. Estaba seguro de que a Gun le gustaría esa comida deliciosa y le agradaría el ambiente, especialmente si lo llevaba a su restaurante favorito, donde solía ir para buscar a su pareja. Hubo ocasiones en las que pensó que por fin había encontrado a alguien, pero al final siempre era un error. Y claro, pues Gun era el único que podía llamar “suyo” al demonio.

El problema con ir al restaurante era que Off no estaba seguro de si podría aguantar a tanta gente observando a su pareja. Sabía que Gun era más que atractivo, y era obvio que si se sentaban en un solo lugar durante horas, muchos hombres y mujeres mirarían hambrientamente al dragón. Él ya estaba ocupado por supuesto, pero eso no evitaría que alguien intentara acercársele.

Después, Off pensó en llevar a su pareja a su casa y cocinarle algo. Hubiera sido muy conveniente pues justo al terminar podrían ver una película y dormir en los brazos del otro, lo cual era bastante romántico. Pero había dos grandes problemas con esa opción.

El primero, era que Off no sabía cocinar nada. Uno de los días en los que regresó a su casa después de estar en la de Gun, había intentado cocinar spaghetti con salsa. La primera parte de la receta salió bien; había logrado cocinar la pasta sin que quedara demasiado blanda, hasta que de repente la salsa comenzó a secarse. Naturalmente, decidió que agregarle un poco de agua ayudaría. En realidad, no lo hizo. Lo siguiente que supo fue que la salsa estaba en llamas, casi quemando la alacena que estaba encima de la estufa. Off logró apagar el fuego antes de quemar su casa entera, pero todo había sido muy estresante. Juró nunca volver a cocinar, incluso sin saber qué fue lo que hizo mal con la salsa.

El segundo problema, era que no estaba seguro de poder contenerse si tenía a Gun en su casa. El dragón era demasiado lindo y sexy para su propio bien. Muchas veces Off había tenido que controlarse para no acercar al menor a su cuerpo y besarlo hasta que no pudiera respirar. Y después de eso, quería hacerle muchas cosas al dragón. Quería escucharlo gemir de placer…

Pero no podía hacer eso todavía, pues su pareja no estaba listo para nada como eso aún. Era demasiado dulce, inocente y puro. Aun así el demonio no podía evitar imaginarse esas cosas. Después de todo, estaba en su instinto el querer hacer suyo a su compañero.

El siguiente pensamiento que cruzó su cabeza, fue llevar a Gun a una cita en el bosque. Podía hacer sándwiches sin quemarlos, o eso creía. Pero de nuevo, lo más probable era que estuviera a solas con el dragón, lo cual lo llevaba de regreso al problema número dos. Así que ir al bosque tampoco era una opción. Tal vez después, cuando Gun estuviera listo para ese tipo de cosas, pero no por el momento.

La idea final que se le ocurrió envió un escalofrío por su espalda: llevar a su bebé al zoológico y después al parque de diversiones. Ahora, Off no odiaba ninguno de los dos, en realidad cuando era pequeño le gustaba ir al zoológico, pero siempre estaba lleno de gente y la mayoría eran humanos. Humanos que estarían mirando a su dragón, pues seguramente nunca habrían visto nada tan hermoso como él. Por supuesto que no, porque Gun era único. El único chico que era más que perfecto, tanto por dentro como por fuera. Además, también habría otras criaturas sin pareja que estarían mirándolo, lo que solo aumentaría los celos de Off. Así que el zoológico y el parque de diversiones tampoco eran una opción.

El demonio no tenía idea de a dónde llevar a su pareja. Pero en serio quería llevarlo a una cita, y comprarle lo que él quisiera, incluso si costaba una fortuna.

De repente, su teléfono comenzó a sonar. Off se sobresaltó un poco, pero lo buscó rápidamente, deseando que fuera su bebé. Él estaba en casa en ese momento así que quería sorprender a su pareja con la cita, pero aún no sabía cómo. Al encontrar su teléfono contestó la llamada, sintiendo su corazón acelerarse al escuchar el gritito agudo del otro lado de la línea.

-          ¡Off! ¡Adivina, adivina! – Gun gritó, obviamente emocionado por alguna razón – ¡Vamos, adivina ya! – Dijo de manera linda, lo cual hizo sonreír a Off.

-          No lo sé, ¿qué es? – Preguntó, realmente curioso de qué había hecho tan feliz al pequeño.

-          No eres divertido. Como sea – El dragón dijo y Off podía ver el puchero que seguramente tendría en los labios –, la cosa es que mamá y papá querían hablar conmigo hoy y y y y – Gun comenzó a emocionarse nuevamente –, ¡voy a tener un hermanito o hermanita pronto! – Casi gritó, contagiando su emoción al demonio.

-          ¡Oh! Entonces el bebé dragón va a ser un hermano mayor, ¿eh? – Soltó una risa.

-          Sip, demonio malo – Gun también rio –. Tengo que irme ahora, mamá tiene lista la cena. Adiós, ¡te amo!

Gun colgó tan rápido que ni siquiera le dio tiempo a Off de decirle “te amo” también. Pero a él no le importó demasiado, pues nuevamente estaba pensando en los lugares a donde podría llevar al dragón a una cita. Así que en realidad, nada había cambiado después de la llamada del pequeño.

La Historia de un Dragón Roto -OffGun-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora