30. Aire

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-          Calma, amor –Off susurró. Estaba meciendo a Gun de adelante hacia atrás, tratando de tranquilizarlo. Nunca había visto a nadie llorar así. Gun se veía tan… miserable. El verlo hacía que el corazón de Off doliera. Y él no podía hacer nada. Cualquier cosa que intentaba, no lograba calmar al menor. Cada vez que trataba de continuar con su historia, fallaba y comenzaba a temblar incluso más que antes.

Una lágrima bajó por el rostro de Off, sorprendiéndolo incluso a él mismo. Los demonios muy rara vez lloraban. Pero ver a su pareja llorando de esa manera llenaba su corazón de agonía. Le había dicho que parara con la historia, que estaba bien, pero Gun no lo había escuchado.

-          Cuello… –El menor susurró, su voz era débil y apenas coherente. Off tuvo que esforzarse para escuchar lo que decía– manos… –Gun inhaló fuerte y rápidamente, su cuerpo tensándose mientras esos crueles recuerdos llenaban su mente. Dejó salir un jadeo, sintiendo aquellas frías manos envolverse alrededor de su cuello.

Sabía que lo que estaba viendo y sintiendo no era real. Sabía que Off, su verdadera pareja, quien lo amaba y lo protegía, a quien él amaba con todo su corazón, estaba ahí… pero su mente estaba alejando esos pensamientos gradualmente, haciendo que se sintiera como en uno de esos días en los que estuvo a punto de morir. Podía escuchar los preocupados llamados de su pareja, podía escuchar su voz reconfortante, y podía sentir las caricias en su espalda. Pero… ¿era Off real?

No le importaba, porque lo fuera o no, al menos la ilusión de él estaba ayudando a Gun. Sin embargo… no podía respirar. No podía, porque ese horrible y terrorífico recuerdo parecía más real que la voz o el toque de su pareja. Por un momento, mientras estaba jadeando por aire y sintiendo unas manos fuertemente envueltas alrededor de su cuello, se preguntó si Off realmente estaba con él.
Lo dudaba.

La enojada voz del vampiro le decía que nadie lo amaba. Que solo era un niño feo y dañado. Que nadie lo necesitaba.

-          Aire… –Gun jadeó una vez más, al sentir que las manos en su cuello no desaparecían. En realidad, el agarre en su cuello se había vuelto más fuerte. Cada vez se volvía más difícil que entrara aire a sus pulmones, sentía que solo estaba moviendo la boca como esos peces que quedaban fuera del agua. Algunas veces, sentía una gran cantidad de oxígeno entrar en sus pulmones, aliviando un poco el dolor que apenas estaba registrando… se estaba haciendo peor y peor, causando que lágrimas cayeran por su rostro.

Sus ojos estaban apenas entreabiertos, podía ver puntos de colores bailar en su visión. Uno de esos puntos tenía la extraña figura de un muy familiar demonio. Incluso parecía que su voz salía de esa cosa. Gun quería reírse, pero el único sonido que salió de sus secos labios, fue una tos ahogada, mientras se daba cuenta de que ya casi nada de aire estaba entrando en su sistema.

Sabía lo que estaba por venir, pues ya le había sucedido antes. Estaba esperando a que esas manos en su cuello se alejaran, podía anticipar el dolor de ser golpeado contra la pared, respirando pesadamente mientras el oxígeno entraba de nuevo a sus pulmones.

Vagamente, registró una mano en su espalda, dándole pequeños golpecitos, pero el agarre en su cuello no se iba. Trató de luchar, de llamar a Off para que lo ayude, pero su pareja no llegaba… y el dolor no desaparecía…

Lentamente, sintió una ráfaga de aire llenar sus pulmones. No sabía de dónde venía, pues él mismo había dejado de respirar hace apenas unos momentos.
Sus ojos se cerraron completamente, pero seguía estando consciente. O eso era lo que creía. Sintió un toque amable en su mejilla y un suave susurro. Era familiar, era una voz que él amaba…

-          Respira, amor… por favor… 

El final de la oración apenas fue audible, y después de eso, sintió más aire entrar en sus pulmones.
Escuchó la voz nuevamente, rogándole que respirara. Quería hacerlo. La voz era tan hermosa, pero a la vez tan… desgarradoramente triste. Sintió algo mojado caer sobre su mejilla mientras jadeaba por aire, dejando que esas manos alrededor de su cuello se fueran, porque aquella voz les decía que lo hicieran.

El dolor desapareció gradualmente y momentos después, los ojos de Gun se abrieron con pesadez. Dolía respirar, pero quería hacer lo que la voz le decía.

-          ¡Gun! ¡Oh, bebé! –Escuchó la voz de su pareja, mientras esos raros puntitos de colores llenaban su visión otra vez. Su cabeza dolía un poco, estaba tratando de entender dónde estaba su compañero.
-          O-off… –Gun susurró, la sola palabra causando dolor en su garganta, pues esta se sentía como si estuviera en llamas. Parpadeó un par de veces, queriendo desesperadamente que su visión se volviera clara. Quería ver si el demonio realmente estaba ahí.
-          Calma bebé, aquí estoy, todo está bien amor –El menor escuchó esas dulces palabras y una pequeña y triste sonrisa se posó en sus labios, mientras era atrapado entre unos muy familiares brazos. Gradualmente volvió a ser capaz de ver su alrededor. Seguía un poco borroso, pero al alejarse unos centímetros, pudo ver a su pareja.
-          ¿Qué pasó? –Preguntó, su voz sonaba tan débil que temió que Off no lo escuchara. Sintió al mayor acariciar su cabello suavemente, y luego unos labios en su frente antes de que le respondieran.
-          Parece que algo detonó algún recuerdo en tu cabeza… comenzaste a jadear pero no pude despertarte antes… yo… lo siento tanto… –La voz de Off se quebró mientras volvía a acercar el cuerpo de Gun al suyo, abrazándolo fuertemente. Estuvo a punto de perderlo, y eso dolía demasiado.

La Historia de un Dragón Roto -OffGun-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora