28. Patético

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En el momento en que esas palabras salieron de los labios del dragón, Off se tensó. Había estado anticipando ese momento, y sabía que lo que estaba por escuchar no iba a ser algo agradable o feliz. Gun estaba temblando ligeramente, su respiración era algo entrecortada. El demonio lo acercó a su cuerpo, envolviéndolo con ambos brazos. Por primera vez, no tenía idea de cómo reconfortar al pequeño, pues no sabía qué le iba a contar. Solamente podía confiar en que sería capaz de ayudarlo a superarlo, sea lo que sea.

-          Yo… –Gun comenzó, moviéndose un poco para que su cara quedara enterrada en el hombro de su pareja. Al ver que el dragón no quería mirar hacia arriba al hablar, Off lo movió ligeramente y lo acercó más, para que de nuevo quedara casi sentado sobre sus piernas.

Gun no dijo nada por un largo rato, solamente acomodó su cabeza para esconderla en el cuello del demonio. Envolvió sus delgados brazos alrededor del cuello de Off, buscando algún tipo de soporte, pues sabía que iba a necesitarlo. Estaba agradecido de sentir esos fuertes y protectores brazos alrededor de su cintura, lo hacían saber que el demonio estaba ahí para él. La única pregunta era, si lo estaría después de escuchar toda la historia. Y Gun no estaba seguro de querer averiguar la respuesta.

Ambos sabían que el menor no tenía que alzar la voz al hablar, pues Off sería capaz de escucharlo fácilmente, incluso si su voz era parcialmente tapada por el cuello del mayor.

-          Cuando tenía dieciséis años, conocí a alguien –Empezó, su voz temblando ligeramente. Off acarició su espalda, queriéndole hacer saber que todo iba a estar bien. Apenas comenzaba, pero ya le disgustaba la historia. Especialmente porque empezaba demasiado pronto. Las criaturas de esa edad seguían siendo niños–. Yo era… era feliz con mi mamá y papá, pero… no sé, tal vez me sentía algo solo. Quiero decir, tenía varios amigos y los quería mucho, pero algo faltaba –El dragón continuó, mordiendo su labio. Al pensar en ello, ahora se sentía tonto. Pero no había manera de cambiar el pasado.

Off sabía lo que su bebé había sentido, porque él había experimentado la misma soledad por muchos, muchos años. Pero no podía recordar haberla sentido desde tan temprana edad.

-          Y entonces, lo conocí a… él. Lo siento… no puedo decir su nombre… –Gun dijo después de una pequeña pausa, dejando salir un suspiro tembloroso. No estaba listo para decir su nombre. El nombre que había amado hace algunos años, ahora solo le hacía recordar la agonía que el dueño le había causado.
-          Está bien amor, continúa –Off dijo, dibujando pequeños círculos en la espalda de su pareja. La verdad, no estaba bien. Sus instintos le decían que ese hombre era quien le había causado tanto dolor a su bebé.
-          Yo era feliz, ya sabes. Él era… más bien, él es un vampiro de uno de esos antiguos clanes de hace cien años. Tú los conoces, ¿cierto? –Su voz se quebró, unas cuantas lágrimas bajando por sus mejillas y luego por el cuello de Off– Parecía que todo iba a ir genial. Él era dulce y siempre me daba regalos. No de esos regalos pequeños… –No terminó su oración, pero dejó salir una risa ahogada, mientras se aferraba más a su pareja.

Off simplemente asintió, abrazando más fuertemente al dragón.

-          Y… y nosotros, como que estuvimos saliendo por un año. A mamá parecía agradarle, y papá todavía estaba un poco escéptico de toda la situación, pero raramente dijo algo. Y… después de un año, me pidió ir a vivir con él. Yo estaba feliz, Off. Quiero decir, en realidad nunca lo amé, pero siempre me dijeron que esos sentimientos no eran inmediatos, solo la atracción… así que yo no dije nada y me mudé con él –las lágrimas del menor ahora corrían libremente por su rostro.

Off suspiró y acomodó al dragón para que su cara quedara descansando sobre su pecho. Muy amablemente acarició el cabello castaño, mientras susurraba algunas palabras para calmar a Gun. Trató de sonar calmado también, pero no estaba seguro de estarlo logrando. Él ya sabía a dónde iba esa historia, y no le gustaba para nada. No solo por la sensación de posesividad que estaba quemando dentro de él, la necesidad de saber que su pareja era suyo y de nadie más, sino también por el miedo que se estaba instalando en su corazón. Ahora sabía bien que ese vampiro era quien había lastimado a su Gun.

El dragón lloró silenciosamente por unos minutos, hasta que finalmente continuó. Sus manos estaban hechas puños agarrando la camisa de su pareja, aferrándose a él como si su vida dependiera de ello.

-          Él… él no me dio mucha libertad. Pero a mí me gustaba. Él me cuidaba, y yo tenía mis libros para leer y una laptop. No era mucho, especialmente desde que estaba acostumbrado a la comodidad de mi habitación y de esta casa, pero me gustaba que él cuidara de mí –Su respiración se aceleró al recordar aquellos tiempos. Nuevas lágrimas reemplazaron las que se estaban secando en la camisa de Off. No había podido dejar de llorar desde que comenzó la historia, y eso lo hacía sentir extremadamente patético.

Off continuó acariciándole la espalda gentilmente, sabiendo que la parte linda de la historia ya había terminado. Podía sentirlo en sus huesos. La pregunta era si sería capaz de quedarse con su pareja, o si saldría corriendo a matar al bastardo que lo había lastimado. Ya se sentía más que enojado, y Gun no le había contado casi nada… pero por supuesto, su pareja era mucho más importante que ese vampiro. Gun lo necesitaba, e iba a necesitarlo al terminar su historia. Off sabía bien eso.

La Historia de un Dragón Roto -OffGun-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora