13. Una pequeña charla

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- ¿Les gustaría pasar? –Off preguntó, después de haber estado parado en la puerta con Gun por unos cuantos minutos. Antes de que la madre del menor pudiera decir algo, éste se alejó del demonio y lo miró, con los ojos brillantes.

- ¡Por supuesto! –Exclamó felizmente. Off los llevó a ambos dentro de su casa, donde le entregaron la bolsa con su ropa.

- Les ofrecería algo de comer, pero... –El demonio habló nerviosamente, haciendo reír a Gun.

- Está bien, no queremos que quemes la casa –Le sacó la lenga al mayor, quien solo rodó los ojos y le despeinó el cabello–. ¡No hagas eso! –Gun se quejó, empujando suavemente a Off, quien le sonrió y le dijo que se sentara.

La mujer dragón ya estaba acomodada en el sofá, con una sonrisa en los labios al ver la adorable interacción entre su hijo y su pareja. Estaba realmente feliz porque de toda la gente, fue Off quien lo encontró.

- Off, ¿puedo hablar contigo un momento? –Ella preguntó. Él asintió, despeinando el cabello de Gun otra vez.

- ¿Por qué quieres hablar con él, mamá? –Gun preguntó con curiosidad. Odiaba cuando lo dejaban fuera de algo, especialmente si no sabía el por qué.

- No es nada, cariño. Solo quiero hablar con él sobre algunas cosas. ¿Puedes regresar al carro mientras tanto? –Preguntó, sabiendo que si Gun se quedaba en la casa, sería muy fácil para él escuchar la conversación. El chico hizo un puchero, pero asintió dejando salir un suspiro. Lentamente se levantó y salió de la casa, enojado porque lo hubieran dejado fuera.

- ¿Sobre qué quiere hablar conmigo? –Off le preguntó a la mujer, todavía mirando en la dirección en la que se había ido su pareja– Estoy casi seguro de que es sobre su hijo –Sonrió con adoración ante el pensamiento de su adorable dragón.

- Estás en lo correcto –Ella contestó–. Yo... no puedo explicarte lo agradecida que estoy contigo por salvarlo –continuó, sonriéndole al demonio–, siempre supimos que algo andaba mal con él, pero... Gun se veía tan feliz. Ya sabes, yo estaba sorprendida de que se hubieran encontrado tan pronto, pero parecía que ambos se amaban. No sé mucho sobre lo que le pasó a Gun, pero sé que pasó por cosas que nadie debería pasar... –Su voz se volvió débil, mientras una lágrima resbalaba por su mejilla.

- Lo sé. Cuando lo encontré, estaba en muy mal estado. Tuve miedo de haber llegado tarde, estoy muy agradecido de que se encuentre bien –Off dijo, con una sonrisa triste en los labios al recordar el momento en el que encontró a Gun en el callejón.

- Necesito que me prometas que lo vas a cuidar –La madre de Gun habló con un tono de voz muy serio. Si Off no hubiera sido un demonio adulto, probablemente estaría asustado de ella.

- Lo prometo. Nunca dejaré que nadie le haga daño.

- Gracias –Ella sonrió, su voz volviéndose amable.

Off supuso que ella se había puesto tan seria solo porque quería estar segura de que su pequeño iba a estar en buenas manos. Era irónico que todos pudieran darse cuenta de que Off era la pareja del dragón, excepto el mismo dragón. Pero Off no estaba molesto por eso, en realidad, no podría enojarse con él nunca, porque Gun era su bebé.

Como ya habían terminado de hablar, el demonio salió a buscar a su pareja. Gun estaba apoyado contra el carro, con el ceño fruncido. Off sonrió, sabiendo que no estaba enojado realmente, solo un poco molesto porque lo mandaron afuera. Él tampoco quería que saliera, pero lo aceptó porque la madre del dragón quería hablar con él y lo hubieran hecho tarde o temprano.

Off miró a su pareja de pies a cabeza, frunciendo el ceño al notar lo enorme que le quedaba su ropa. Gun se veía extremadamente delgado, y Off sabía que eso no era sano. Pero tampoco podía culpar al pequeño dragón por ello.

- ¿De qué hablaron tú y mamá? –El menor preguntó con curiosidad. Off sonrió y tomó su mano, para llevarlo adentro de casa nuevamente.

- Nada interesante –Respondió, riendo cuando escuchó a Gun quejarse adorablemente.

- Aun así quiero saber –Murmuró, pero no dijo nada más una vez que llegaron a la sala. Su madre estaba sentada en el sofá, sonriendo.

- Cariño, tendremos que irnos pronto, tengo que ir a comprar algunas cosas.

- Pero acabamos de llegar mamá, ni siquiera he podido agradecerle a Off por haberme ayudado –Gun hizo un puchero. Off sonrió, sabiendo que Gun ya le había agradecido varias veces, pero estaba contento de que su pareja quisiera quedarse más tiempo. Eso significaba que él podía sentir la conexión también.

- Lo sé cariño. Pero, ¿sabes? Siempre puedes invitar a Off a venir con nosotros, y así puedes "agradecerle" –La mujer soltó una risita cuando el rostro de su hijo se llenó de emoción.

- Perfecto, ya la escuchaste, vienes con nosotros –Gun miró a Off con una gran sonrisa, y con un brillo especial en los ojos. El demonio no pudo hacer nada más que asentir. Todavía no podía asimilar lo hermoso que era su pareja. Simplemente perfecto.

De repente Gun abrazó a Off, extremadamente feliz de que fuera a ir con ellos. Off sonrió, abrazándolo de regreso y apretándolo contra su cuerpo. Cerró los ojos por un momento para escuchar los rápidos latidos de su pareja. Lentamente, Off depositó un beso en la frente de Gun, haciendo que el menor se sonrojara. Pero ninguno de los dos habló, simplemente se miraron a los ojos, sonriéndose dulcemente.

La madre de Gun carraspeó, haciendo que ambos hombres voltearan a verla. Gun tenía las mejillas rojas, pero sonreía. Era obvio que estaba muy feliz.

- Vámonos –Ella dijo, con una sonrisa en los labios.

La Historia de un Dragón Roto -OffGun-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora