ENEMY ², percy jackson

once

DAMIAN

Llevar a Piper a la cabaña 10 fue una verdadera lata para Damian. Parecía una loca desquiciada, primero porque preguntaba constantemente si podía haber sido un error que Afrodita la reclamara, y segundo cada dos por tres estaba maldiciendo su vida. Damian estaba empezando a pensar que no se iba a llevar bien con su nueva hermana.

Después de la fogata, lo había intentado todo. Se había despeinado, se había quitado el maquillaje de la cara y había llorado para que se le enrojecieran los ojos, pero nada funcionaba. Su cabello volvía a estar en perfecto estado. Su maquillaje mágico se aplicaba de nuevo. Sus ojos se negaban a hincharse e irritarse.

Se habría cambiado de ropa, pero no tenía nada para ponerse. Las otras hijas de Afrodita le ofrecieron algunas prendas, incluso Sammy, pero no aceptó ninguna.

Piper era rara. Se sentó en la cama mientras empezaba a llorar por lo estúpida que era. La verdad es que Damian también estaba de acuerdo.

—Hey, por lo menos no has muerto. —dijo Damian.

—¿Qué? —Piper lo miró extrañado.

—¿Qué?

Damian tenía problemas mas importantes que estar ocupándose de Piper. Mañana por la mañana debía salir a una misión (suicida, cabe aclarar) para rescatar a una de las diosas que mas odia solo porque en la profecía habla de una maldición y de paso su novio estaba desaparecido. Sí, Damian estaba a punto de tomar la pistola de Evan y pegarse un tiro.

Sammy, que estaba en la parte de arriba de la litera que ambos compartían, asomó su cabeza para ver a Damian. Se le veía preocupada.

—Descansa un poco, Dam. Sabes que yo siempre estoy aquí para ti.

Damian asintió pero no contestó. No quería hablar con nadie, y mucho menos levantarse de su cama a no ser que fuera a buscar a Percy. Pero eran ordenes de Quirón. Todo el campamento contaba con él para obtener las respuestas a sus preguntas. Y eso le estaba estresando mucho.

Se dió la vuelta con tal de que Sammy ni Piper le vieran la cara y fingió estar dormido. Después de unos largos minutos, oyó a Piper hablar:

—Mañana empezamos la misión —dijo ella nerviosa, había dejado de llorar y parecía haberse dado por vencida—. Tengo miedo.

—Es normal —dijo Sammy mientras se encogía de hombros—. Todos tenemos miedo en nuestra primera misión.

—¿Pasaste por una misión?

—Dos misiones, en la primera tenía 12 años, estaba aterrada. La segunda fue el año pasado, en el Laberinto de Dédalo. Esa... bueno, no me gusta recordarla mucho. En esa perdí a Damian.

—¿Perder a Damian? —dijo Piper extrañada—. Pero, ¿cómo?

Damian maldijo por la bajo y soltó un gruñido.