ochenta y tres

136 21 6
                                    

PERCY

Percy no se sentía precisamente como un castañuelas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Percy no se sentía precisamente como un castañuelas.

Ya era bastante malo que hubiera sido expulsado de Atlanta por dioses de mar malignos. Entonces no había logrado detener un ataque de un camarón gigante en el Argo II. Después los ichthyocentaurs, hermanos de Quirón, ni siquiera querían reunirse con él.

Después de todo eso, había llegado a las Columnas de Hércules, y Percy tenía que quedarse a bordo del barco, mientras que Jason el "Big Shot" visitó a su medio hermano. Hércules, el semidiós más famoso de todos los tiempos, y Percy no llegó a conocerlo.

Bueno, claro, después de lo que Piper dijo y el cómo Evan llegó, Hércules era un imbécil, pero aún así...

Percy estaba un poco cansado de permanecer a bordo del barco y pasear por la cubierta. El mar abierto se suponía que era su territorio. Percy se suponía que dirigiría el avance, que se haría cargo, y mantendría a todos a salvo. En cambio, al otro lado del Atlántico, había hecho casi nada excepto una pequeña charla con los tiburones y escuchar al entrenador Hedge cantar canciones de temas de televisión.

Annabeth había estado distante desde que habían salido de Charleston. Pasó la mayor parte de su tiempo en su camarote, estudiando el mapa de bronce que había recuperado del Fuerte Sumter, o buscando información en la computadora portátil de Dédalo.

Cuando Percy se detuvo a verla, ella estaba tan pérdida en sus pensamientos que la conversación fue algo como esto:

«Oye, ¿cómo te va?».

«Uh, no, gracias».

«Está bien... ¿has comido algo hoy?»

«Creo que Leo está al mando. Pregunta a él».

«Así que, mi pelo está en llamas».

«Está bien. En un momento. Dile a Evan que no asesine a nadie más».

Se ponía así a veces. Fue uno de los retos de tener una amiga hija de Atenea. Aún así, Percy se preguntó qué tenía que hacer para llamar su atención. Estaba preocupado por ella después de su encuentro con las arañas en el Fuerte Sumter, y que no sabía cómo ayudarla, especialmente si se le cerraron las puertas.

Y para empeorar las cosas, Percy sentía que Damian su novio le estaba ocultando algo. La noche pasada, había tenido un sueño sobre él, en lo profundo del mar, vivo. Pero pareciera, que buscaba el mismo ahogarse, sin poner el mínimo de fuerza en querer salir a la superficie.

Una vez Damian, en uno de sus ataques de culpabilidad, le había dicho a Percy que "se sentía como si se estuviera ahogando en aguas, y que no encontraba forma de salir de ahí". En su sueño, Percy sintió que Damian si tenía como salir, pero que él mismo no quería. Como si no quisiera enfrentarse a lo que sea que se avecinaba.

ENEMY ², percy jacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora