ENEMY ², percy jackson

cuarenta y dos

DAMIAN

Damian no recordaba gran cosa sobre el resto de la noche. Les contaron su historia y respondieron a un millón de preguntas de los otros campistas, pero al final Quirón vio lo cansados que estaban y les mandó que se acostaran.

Era tan agradable dormir en un colchón de verdad y estaba tan agotado, que se durmió enseguida, lo que le evitó cualquier preocupación sobre su futuro.

A la mañana siguiente se despertó en su litera, sintiéndose con nuevas fuerzas. El sol entraba por las ventanas acompañado de una agradable brisa. Podría haber sido primavera en lugar de invierno. Los pájaros cantaban. Los monstruos aullaban en el bosque. Del pabellón comedor venían aromas del desayuno: beicon, tortitas y toda clase de alimentos deliciosos.

Drew y su grupo estaban observándo a Piper y a él con mirada ceñuda, cruzados de brazos.

—Buenos días —Piper se incorporó y sonrió—. Hace un día precioso.

—Vamos a llegar tarde al desayuno por su culpa —dijo Drew—, lo que significa que limpiarán la cabaña para la inspección.

—Vale... ya me hartaste —Damian se incorporó de su cama—. ¿Se puede expulsar a alguien de la cabaña?

—No, pero amenazar si. —le respondió Sammy.

En un movimiento rápido, el castaño bajo de su cama con agilidad y arrinconó a Drew en la pared. Puso sus manos a los lados de ella para que no intentará escapar. En la mirada de la chica había miedo, asombro y pánico.

Damian miró a su hermana Drew con insuficiencia.

—Escucha, querida Drew. Fui elegido por nuestra madre para estar en donde estoy en estos momentos. Has convertido nuestra cabaña en una horrible imagen de lo que verdaderamente es Afrodita —Drew pasó saliva forzosamente—. Afrodita es amor y belleza pura. Ser cariñosos, amables. Propagar la belleza del alma. Buenos amigos. Buenos momentos. Buenos actos. No solo buena apariencia. Sé lo que piensas verdaderamente de Silena. Ella cometió errores, si, pero al final apoyó a sus amigos hasta la muerte. Por eso es una heroína. Voy a arreglar las cosas, y estoy seguro de que mamá estará de mi parte. Ya no tendrás ningún poder sobre esta cabaña, y sobre ninguno de nuestros hermanos y hermanas. No te tengo que recordar quien soy, Drew, creo que ya lo sabes perfectamente.

Drew lo miraba asustado. Pasaron un segundo. Dos. A Damian le daba igual. Estaba pletórico de felicidad y confianza. Hacia semanas que no se sentía así.  

Dejó a Drew en la pared y se dirigió hacia Sammy.

—Tenías razón, terremoto —le dijo—. Esa misión me ayudó a aclarar las cosas.

Sammy le sonreía, y se le notaba a kilómetros que quería abrazarlo.

—Espero que no lo olvides —le dijo Damian a Drew—. Y ahora vete al comedor y explícale a Quirón por qué llegamos tarde.