HAZEL
—¡Tu arco! —gritó Hazel.
Frank no hizo preguntas. Soltó su mochila y cogió el arco que llevaba al hombro.
A Hazel se le aceleró el corazón. No había pensado en aquel suelo pantanoso desde antes de su muerte. Recordó demasiado tarde las advertencias que la gente de la zona le había hecho. El sedimento cenagoso y las plantas formaban una superficie que parecía totalmente sólida, pero era peor que las arenas movedizas.
Podía tener seis metros o más de profundidad, y era imposible escapar.
Procuró no pensar en lo que ocurriría si era más hondo que la longitud del arco.
—Agarra un extremo —le dijo a Frank—. No lo sueltes.
Ella cogió el otro extremo, respiró hondo y saltó al terreno pantanoso. La tierra se cerró sobre su cabeza.
Inmediatamente, un recuerdo la dejó paralizada.
«¡Ahora no! —quería gritar—. ¡Ella dijo que se habían acabado los desmayos!»
«Tesoro, esto no es uno de tus desmayos —dijo la voz de Gaia—. Es un regalo de mi parte.»
Hazel estaba otra vez en Nueva Orleans. Ella y su madre estaban sentadas en el parque cerca de su casa, desayunando al aire libre. Se acordaba de ese día.
Ella tenía siete años. Su madre acababa de vender la primera piedra preciosa de Hazel: un pequeño diamante. Ninguna de las dos estaba todavía al tanto de la maldición de Hazel. La Reina Marie estaba de un humor excelente. Había comprado zumo de naranja para Hazel, champán para ella y buñuelos espolvoreados con chocolate y azúcar glasé. Hasta le había comprado a Hazel una caja de lápices de colores y un bloc nuevos. Estaban sentadas una al lado de la otra; la Reina Marie tarareaba alegremente mientras Hazel dibujaba.
El barrio francés estaba despertando a su alrededor, listo para el Mardi Gras. Las orquestas de jazz ensayaban. Las carrozas estaban siendo decoradas con flores recién cortadas. Los niños reían y se perseguían unos a otros, engalanados con tantos collares de colores que apenas podían andar. El sol estaba saliendo y teñía el cielo de color oro rojizo, y el aire cálido y húmedo olía a magnolias y rosas.
Había sido la mañana más feliz de la vida de Hazel.
—Podrías quedarte aquí.
Su madre sonreía, pero sus ojos eran de un blanco vacío. La voz era la de Gaia.
—Esto es falso —dijo Hazel.
ESTÁS LEYENDO
ENEMY ², percy jackson
Fanfiction𝐄𝐍𝐄𝐌𝐘 ┊ೃ 🌊⚔️❤️ ▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀ ❝Juro que nunca seré un santo, de ninguna manera❞ ❪ Damian sabe que caer en la locura es lo último que puede hacer. Sin embargo, le será imposible ❫ ᝰ war of hearts series, book two ᝰ the...