FRANK
Frank odiaba los pastelitos, odiaba las serpientes y odiaba su vida, no necesariamente en ese orden.
Mientras avanzaban penosamente por la colina, deseó poder desmayarse como Hazel: entrar en trance y revivir otra época, antes de ser reclutado para aquella descabellada misión, antes de descubrir que su padre era un sargento instructor divino con un problema de orgullo.
El arco y la lanza le chocaban contra la espalda. También odiaba la lanza. En cuanto se la dieron, juró en silencio que nunca la usaría. «Un arma de un hombre de verdad.» Marte era imbécil.
Tal vez había habido una confusión. ¿No existía algún tipo de prueba de paternidad para hijos de dioses? Quizá la enfermera divina había confundido sin querer a Frank con uno de los fuertes y peleones bebés de Marte. Era imposible que la madre de Frank se hubiera liado con aquel dios de la guerra fanfarrón.
«Era una guerrera nata —adujo la voz de su abuela—. No me extraña que un dios se enamorara de ella, teniendo en cuenta a nuestra familia. Sangre ancestral. La sangre de príncipes y héroes.»
Frank apartó la idea de su mente. Él no era un príncipe ni un héroe. Era un patoso con intolerancia a la lactosa que ni siquiera sabía proteger a su amiga para que el trigo no la secuestrara.
Sus nuevas medallas tenían un tacto frío contra su pecho: la medialuna del centurión y la corona mural. Debería enorgullecerse de ellas, pero tenía la sensación de que si las había recibido había sido porque su padre había intimidado a Reyna.
Frank no sabía cómo sus amigos podían soportar estar cerca de él. Percy había dejado claro que odiaba a Marte, y a Frank no le extrañaba. Hazel seguía observando a Frank con el rabillo del ojo, como si temiera que se convirtiese en un friki cachas.
Frank se miró el cuerpo y suspiró. Rectificó: que se convirtiera todavía más en un friki cachas. Si realmente Alaska estaba situada más allá del alcance de los dioses, Frank podría quedarse allí. No estaba seguro de tener algo a lo que regresar.
«No lloriquees —le habría dicho su abuela—. Los hombres de la familia Zhang no lloriquean.»
Ella estaba en lo cierto. Frank tenía un trabajo que hacer. Tenía que completar aquella misión imposible, y de momento pasaba por llegar al supermercado con vida.
A medida que se acercaban, Frank temió que el supermercado se iluminara de golpe con el arcoíris y los volatilizara, pero el edificio siguió a oscuras. Las serpientes que Polibotes había soltado parecían haber desaparecido.
Estaban a unos veinte metros del porche cuando algo susurró en la hierba detrás de ellos.
—¡Vamos! —gritó Frank.
Percy tropezó. Mientras Hazel le ayudaba a levantarse, Frank se volvió y colocó una flecha en el arco.
Disparó a ciegas. Creía haber cogido una flecha explosiva, pero solo era una bengala de señales. El proyectil se deslizó a través de la hierba, estalló en una llama naranja y emitió un silbido.
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ENEMY ², percy jackson
Fanfiction𝐄𝐍𝐄𝐌𝐘 ┊ೃ 🌊⚔️❤️ ▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀ ❝Juro que nunca seré un santo, de ninguna manera❞ ❪ Damian sabe que caer en la locura es lo último que puede hacer. Sin embargo, le será imposible ❫ ᝰ war of hearts series, book two ᝰ the...