Cap 46: El Destino que Nadie Quiso

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Hola, mis amados lectores.

Lamento mucho tardarme tanto en actualizar, pues como ya les había comentado, sucedieron problemas en mi casa que me alejaron un tiempo de Wattpad. Pero que finalmente se solucionaron, por lo que pude volver a escribir.

Gracias por ser tan pacientes con su querido autor y por el apoyo que me brindaron.

Para recompensarlos por tanta espera, voy a agregar muchos más misterios a la historia con los que se romperán la cabeza pensando y teorizando xdxd.

Ok no, pero sí ciertas cosas se irán revelando. Y tal como me lo habían pedido, este capítulo se mantendrá largo para ustedes.

Por cierto, si encuentran alguna falla por ahí, notifíquenme enseguida para corregirla.

Sin más desviaciones, disfruten.
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– ¡Denki, mamá llegó!

En el minuto que Inko colocó un pie dentro de la panadería, caminó lo más rápido que su agotado cuerpo le permitía para buscar a su desamparado cachorro que se hallaba sufriendo debido al celo que padecía. Por otro lado, una mujer vestida de negro le seguía los pasos con tranquilidad mientras observaba todo el lugar.

Midoriya Inko y Hanajima Saki habían llegado juntas a la panadería después de encontrarse en un callejón que estaba solo a unas calles, un callejón en el que ahora se hallan cuatro mutilados cadáveres sobre un gran charco de sangre. Luego de que los alfas que perseguían a Inko fueran asesinados por la Bruja de las Ondas, ella acompañó a la omega a su hogar para tratar un asunto importante. Sin embargo, Inko tenía que encargarse de Denki primero.

Al llegar a la panadería, Inko fue directamente al cuarto de hornear para seguidamente dirigirse a la escalera que la lleva al segundo piso. Angustiada, trató de apresurar su paso para averiguar cómo se hallaba su cachorro, pero su cuerpo ya estaba al límite, y debido al cansancio, cayó de rodillas en la escalera antes de darse cuenta.

–No es momento para sucumbir ante mi debilidad ahora –comentó para sí misma–. ¡Yo necesito subir!

–La ausencia de energía le ha dado lugar al agobio en su cuerpo, que pese a estar al limite, quiere seguir. Cuan profunda es su resolución, Midoriya Inko. Insondable, me gustaría decir.

Mientras que Inko trataba de sacar fuerzas de donde no tenía para ponerse nuevamente en pie, pudo escuchar claramente una suave voz que venía de sus espaldas. Al girar su cabeza hacia atrás, pudo ver la figura de Hanajima Saki al pie de la escalera mirándola con su gélido rostro.

–Necesito saber cómo está él –dijo la omega mirando a la Bruja directamente a los ojos, como si estuviera implorando con la vista. Hanajima lo comprendió, así que cerró sus ojos y suspiró para luego volver llevar su vista hacia la omega.

En el segundo que el par de amatistas se encontraron con las radiantes esmeraldas, Inko se sintió increíblemente ligera, como si en realidad no pesara absolutamente nada. El dolor en las piernas y las rodillas desapareció, y el agotamiento que ejercía presión sobre todo su cuerpo, se disipó en su totalidad para que posteriormente aflorara tanta fuerza y energía como para recorrer la ciudad entera a pie durante todo un día.

–Se lo agradezco mucho –mencionó ella para después subir a toda prisa.

Al llegar al final de la escalera, se halló en la entrada de la cocina, donde se llevó un gran susto al presenciar semejante escena ante ella.

En ese mismo instante, dejó caer su bolso sobre el adoquinado junto con la bolsa de papel que contenía las hierbas para tratar el celo, solo para aproximarse lo más rápido posible a un Kaminari Denki que se arrastraba y jadeaba en el suelo.

Fantasía de un Soberano   [Katsudeku-Omegaverse] En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora