Cap 11: El Corazón que No Sana

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Durante la noche Todoroki se la pasaba hablando con los nobles acerca de sus tierras y negocios, la verdad no eran temas interesantes para él, pero eran conversaciones normales que podía tener con la nobleza.

–Es una pena que Su Majestad ya consiguiera a alguien para casarse, la verdad es que tenía pensado presentarle a mi hijo Neito Monoma, estoy seguro que se llevarían bien.

–Si usted lo dice.

–Discúlpeme, Alteza. Tengo que retirarme ahora, no veo a mi hijo por ningún lado y me preocupa.

–Adelante.

Todoroki caminaba en medio de la celebración mientras era acosado por la mirada de muchos jóvenes que anhelaban hablarle, pero ninguno se atrevía ya que él es muy frío y distante y no sabían cómo iniciar una conversación.

Sabía que muchos se fijaban en él, pero no les dió importancia. Continúo caminando en medio de la multitud hasta que chocó su hombro con alguien a quién no alcanzó a ver. Inmediatamente procedió a disculparse.

–Lo siento, no me fijé bien por dónde iba –una vez que se disculpó quiso seguir su camino, pero apenas dio un paso enseguida se detuvo.

– ¿No te vas a quedar a saludar, Shoto?

Cuando escuchó esa voz, aquella voz tosca y gruesa que sin importar cuántos años pasaran la reconocería en un instante y apenas esa voz pronunció esas palabras giró levemente su cabeza hacia atrás para encontrarse con un hombre alto, musculoso y pelirrojo.

Efectivamente se trataba de su padre, Enji Todoroki, o como también era conocido, Endeavor.

Enji estaba acompañando con su esposa Rei, quien se veía muy aterrada estando cerca de su propio hijo, tanto así que ni siquiera se atrevió a verlo a los ojos.

Shoto ya sabía que ellos estaban en la fiesta, así que desde un principio decidió ignorarlos para no tener que hablarles y así evitar un problema, pero desafortunadamente terminó encontrándose con ellos.

–No tengo nada que hablar con ustedes –respondió el bicolor con un obvio tono de desprecio acompañado con una mirada fulminante.

–Que frío eres hijo, recuerdo que cuando eras pequeño solías ser tan tierno, pero parece que las cosas cambiaron cuando finalmente te entregamos como una mercancía más.

En ese instante Shoto liberó su aura asesina mientras miraba a su padre con una intensa ira. Enji solamente sonreía y su madre muy asustada se agachó dándole la espalda.

–Vamos, cálmate. Creí que como eres perro de Su Majestad te había domesticado bien –dijo Enji entre risas.

Todoroki, lleno de rabia, levantó su brazo derecho y enseguida encendió una enorme y ardiente llama. Todos los invitados se alarmaron instantáneamente al ver el inicio de una pelea, enseguida retrocedieron atemorizados de verse implicados en aquella disputa.

– ¡Shoto, cálmate! –En ese instante llegó Kirishima a la escena poniéndose en medio de padre e hijo–. ¡¿Estás loco?! ¿Que es lo que piensas hacer? ¡Estás alterando a los invitados! –Kirishima sostenía con fuerza el brazo de su hermano mientras hacía que lentamente lo bajara hasta que finalmente cedió y apagó la llama que sobresalía de la palma de su mano.

Cuando Eijirou vio que Shoto estaba más tranquilo se dirigió a Enji con una mirada tan seria que no era propia de él.

–Rey Enji, le pido por favor que no rompa la armonía de la fiesta.

–Sorpresivamente no soy yo el que intenta incinerar a los invitados, Su Alteza.

–Vamos Shoto –Kirishima toma al bicolor de su muñeca para llevárselo, pero...

Fantasía de un Soberano   [Katsudeku-Omegaverse] En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora