Fantasía de un Soberano [Katsudeku-Omegaverse] En Edición

Cap 20: Una Mágica Sinfonía

¡Hola chicos!

Quería agradecerles porque finalmente llegamos a las 2k lecturas, ¡Es increíble!

Gracias por apoyo y como autor me alegra mucho que les guste tanto esta historia como a mí. Se vienen muchas cosas así que estén pendientes de cada actualización y puede que ya sea hora de ver al mundo arder.

Voten, comenten y si conocen a alguien que le encante el Katsudeku, no sean egoístas y compartan esta historia y si conocen a alguien que no le guste esta temática pues también compártanla, puede que le guste, para todos hay una primera vez.

Gracias por leer y por votar, porque se vienen muchas cosas, este libro va hacer largo así que espero que podamos llegar juntos al final y quien sabe tal vez escriba una secuela.

Sin nada vez que decir además de que voten, comenten y compartan, aquí les dejo el nuevo capítulo.

Cualquier error ortográfico avísenme. Disfruten.

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Esa mañana luego del desayuno, Shoto continuó mostrándole el castillo a Izuku, él seguía muy apenado por lo de anoche y debido a eso no tenía ganas de hacer nada. Mientras caminaban por unos de los corredores, Midoriya mantenía su vista en el suelo, siguiendo los patrones del diseño de las figuras geométricas. Después de ese incidente estaba tan avergonzado que no se atrevía a mirar al alfa a su lado, Shoto sabía que el omega se sentía muy deprimido no solo por perder el control de su magia, sino también por su desafortunado encuentro con Katsuki en su estudio. Pero justo por esa razón misma seguía con el recorrido esperando distraerlo un poco para que pudiera sentirse mejor. 

Ambos caminaban en completo silencio tratando de pensar en cómo romper la tensión hasta que el omega tomó la iniciativa.

–Lamento mucho lo de anoche, Shoto. Debido a eso no terminamos el recorrido –mencionó de repente rompiendo el silencio incómodo.

–No te preocupes por eso, Izuku. Mira, esto es lo último que quería mostrarte –ambos habían llegado a un par de puertas negras con la figura del bicolor tallada en cada una de ellas–. Guardé lo mejor para el final –cuando el alfa abrió las puertas, una gran sonrisa se formó en el rostro del peliverde. Shoto lo llevó a la sala de música, Izuku ingresó muy emocionado a dicho lugar observando todo a su alrededor. El salón era bellísimo, tenía toda una variedad de instrumentos bien organizados, habían: arpas, flautas, trombones, clarinetes, violines, violas etc. Y en el centro del salón, un hermoso y reluciente piano de cola negro saltaba a la vista.

Izuku apenas lo vio se acercó inmediatamente al instrumento y mientras tocaba las teclas una por una, simulaba ser un gran pianista. El sonido del piano le parecía encantador y entre más lo tocaba se acordó de una canción que su madre le cantaba cuando era niño.

Dime, pequeño niño

¿Qué anhela tu corazón?

Te amo, pequeño niño

Y siempre yo seré tu amor

Dime, pequeño niño

¿Qué sueñas con tanto fervor?

Vive, pequeño niño

Y cumple tus sueños mi amor

Midoriya no había pensado en esa canción en años y recordarlo le sacó unas lágrimas de nostalgia. Al ver su expresión, Todoroki supo que lloraba de alegría y por alguna razón se sentía extrañamente conmovido.