Pese a que el día apenas iniciaba, nadie podía visualizar las primeras luces del alba, ya que el cielo de Mármol Real era tan gris como la personalidad del alfa que no dejaba de contemplarlo, cuando sabía que su atención era necesaria en otro lado.
–Su Alteza –susurró una voz.
Reaccionando al llamado, Su Alteza respondió con un largo bostezo.
De manera inconsciente, puso su mano delante de la boca para evitar que la visión de otros se adentrara en su garganta. Talló sus ojos, cuyos párpados parecían tener el peso de mil hombres. Una poderosa apatía se había alojado en su interior y, mientras trataba de poner en orden sus pensamientos y afinaba sus sentidos, todos lo observaban en completo silencio.
–Por favor discúlpeme, Alteza, pero debemos continuar.
La voz anterior volvió a manifestarse en el ambiente, haciendo que Su Alteza apartara la vista del gran ventanal por donde admiraba el cielo gris que se extendía por todo Mármol Real. Pronto, movió sus ojos hacia el frente y posteriormente encontró a un beta que usaba una larga túnica blanca con franjas azules en los bordes, acompañada por una capa a juego que le alcanzaba los tobillos.
–Me preocupa que no haya descansado lo suficiente –comentó el beta.
–Te ves cansado, hermano. –Una voz diferente surgió de repente, que salió al exterior través de unos dientes puntiagudos–. ¿No dormiste bien?
–Estoy bien –respondió la persona en cuestión–. Iida, me hiciste venir a primera hora a la sala del trono para... ¿para qué exactamente? –habló con total displicencia, regresando sus heterocromáticos ojos de nuevo hacia el exterior. Definitivamente no le importaba nada lo que sea que estuviera pasando ahora mismo.
–Ehm, sí, príncipe Shoto –dijo el beta de vestiduras blancas y cabello azul–. Estamos aquí para tratar un asunto de la familia Awase.
–Mm, ya veo. –Con el clásico desdén que usa para casi todo, Bakugou Shoto, príncipe de Mytitur, le restó toda relevancia al asunto. Haciendo que todos se incomodaran.
–Hermano, por favor, esto es importante –expresó Eijirou–. ¿Podrías encargarte de esto como es debido por mí?
Shoto escuchó la petición de su hermano y suspiró. Regresó su mirada al frente y desde su trono dorado observó a todos los presentes en la sala, comenzando con Iida, quien lo asistía de cerca. Después llevó su pesada vista hacia el fondo donde estaban todos los demás, como Yosetsu y su padre, quienes hincaron la rodilla delante de él en completa sumisión y reverencia.
El resto del personal en la sala estaba conformado por dos hileras de doce soldados, que hacían guardia desde los laterales. Togata Mirio, como único general del ejército, también asistió a la reunión junto con su confiable oficial Tamaki Amajiki. Ambos se habían unido a las filas de los soldados para hacer guardia.
–Específicamente, ¿cuál es el asunto que tenemos que tratar a primera hora de la mañana? –interrogó el medio albino, mostrando por lo menos algo de interés desde que fue convocado en la sala del trono.
Muy temprano en la mañana, Iida Tenya despertó al príncipe heterocromático para que cumpliera con su deber como regente del reino, iniciando con resolver los asuntos de la familia Awase, cuyo patriarca decidió visitar Salazen Kou a primera hora de la mañana.
Por esa razón, Shoto se encontraba soñoliento y con pocas ganas de existir, menos que de costumbre. Por otro lado, Iida también despertó al príncipe Eijirou por órdenes del mismo, que sin importar a qué hora o momento se presente la familia Awase en el castillo, tenía que informarle de inmediato. Y por esa razón ambos príncipes están juntos.
ESTÁS LEYENDO
Fantasía de un Soberano [Katsudeku-Omegaverse] En Edición
Fiksi PenggemarBakugou Katsuki, rey de Mytitur, ostenta el liderazgo sobre el reino más prominente y avanzado del continente. Su dominio se destaca en todos los aspectos, desde la magia y la arquitectura hasta las armas, consolidándolo como una superpotencia. El r...