Fantasía de un Soberano [Katsudeku-Omegaverse] En Edición

Cap 23: La Pregunta

Esa mañana después del desayuno, Katsuki caminaba por los corredores del castillo junto a un omega ansioso, se preguntaba qué era lo que el alfa le mostraría esta vez, después de lo de ayer no podía imaginar algo mejor.

Luego de diez minutos entre un pasillo y otro, subiendo escalera tras otras llegaron finalmente a su destino. Como Izuku había recorrido el castillo con la compañía de Shoto supo de inmediato en qué lugar se encontraban ahora, pero Todoroki nunca le mostró el interior de esa habitación, porque a ese lugar estaba prohibido para todos en el castillo incluyendo a los mismos príncipes, solo Katsuki podía entrar ya que la puerta estaba protegida por un poderoso encantamiento.

-Sabes dónde estamos, ¿Cierto? –Preguntó Katsuki al omega que lo acompañaba con la mirada en la puerta. Izuku tragó saliva al sentir cierto nerviosismo que recorría todo su cuerpo.

-Esta es la Torre de Hechicería –contestó luego de tragarse los nervios.

-Exacto, ven -nada más con girar la perilla, la puerta abrió sin problema alguno. De haber sido otra persona recibiría una fuerte descarga eléctrica-. Ten cuidado y no toques nada.

Caundo Katsuki abrió la puerta, Izuku no pudo evitar asombrarse ante todo lo que veía y como recientemente estaba aprendiendo magia, todo eso lo emocionaba. Reconocía algunas de las cosas en la habitación y se acercándose a las mesas y estantes se limitó solamente a observar con cuidado siguiendo las órdenes del alfa. Katsuki entendía su emoción y dejó que siguiera observando un poco más antes de continuar con lo que fueron hacer. Pero lo que más le causó curiosidad al peliverde era un pequeño pozo que había en el centro de la torre; se acercó con cuidado y asomando su cabeza por el borde de este vio que no era nada profundo y que estaba vacío.

Una vez que Izuku terminó de detallar el lugar, Katsuki al tomar su mano lo guío a un librero, Izuku pensó que le mostraría un libro para que continuara con su aprendizaje mágico o algo así, pero solo estaban de pie frente al librero sin decir nada. Luego de un rato, Katsuki tomó un libro de portada azul y al soltar la mano del pecoso arrancó una hoja del centro, Izuku seguía sin entender nada, pero después de unos segundos el librero se movió mostrando un pasadizo secreto, dejando al omega aún más asombrado. La hoja arrancada desapareció en un destello de luz para volver al libro de donde salió.

Ambos ingresaron al pasadizo y cuando llegaron al final del angosto corredor entraron a una habitación. Era más pequeña que la anterior y estaba llena de toda clase de libros, baúles, y en un montón de herramientas mágicas cubiertas de polvo. Katsuki abrió uno de los baúles haciendo que a Izuku le brillaran los ojos como el par de gemas preciosas que son.

Era un baúl lleno de cetros y varitas mágicas envueltas en polvo, pero eran aún así resplandecían ante la suciedad.

-Eres muy descuidado haciendo magia, ¿Lo sabias? -Habló el alfa con expresión neutra.

- ¿En serio?

-Siempre has sido así, siempre has usado tu magia de forma inconsciente y al parecer eso desarrolló un mal hábito en ti.

-L-Lo siento mucho -dijo el peliverde mostrándose muy apenado.

-No te estoy regañando. Solo quería que fueras consciente de eso. Escoge uno.

- ¿En serio? ¿De verdad puedo escoger uno?

-Sí.

- ¿Cómo se cuál debería escoger?

-El que tú quieras -respondió Katsuki y viendo que el omega todavía no se decidía, se irritó y tapo sus orejas con la palma de sus manos. Izuku quedó muy confundido al no comprender aquel acto-. Cierra los ojos y deja que tu poder te guie.