Fantasía de un Soberano [Katsudeku-Omegaverse] En Edición

Cap 22: Un Nuevo Comienzo

– ¿A-A dónde vamos? –Se atrevió a preguntar.

–Ven –de la nada Katsuki lo tomó en sus brazos al estilo princesa y salto del puente. No tuvo tiempo ni de reaccionar, todo fue tan rápido que cuando abrió los ojos ya habían llegado abajo. Lentamente alzo su mirada al cielo viendo hacia el castillo.

–Puedes bajarte, a menos que quieras que te lleve así todo el camino –sonrió mostrando su blanca dentadura.

–N-No se preocupe, puedo caminar.

–Como quieras –ambos caminaban entre las calles de Mármol Real de la mano, Izuku miraba todo a su alrededor, las altas torres, las fortalezas, la arquitectura, las estatuas de Katsuki y sus hermanos en cada esquina y cada vez que se encontraban con alguien los reverenciaban. Luego de haber caminado un rato suben a un carruaje, estaba tan entretenido en su paseo que había olvidado lo incomodo que se sentía al estar solo con Katsuki, todo era nuevo para él, se sentía mejor al estar en un ambiente diferente.

Mirando hacia el cielo vio como tres grifos volando en lo alto, era la primera vez que alcanzaba a ver a esas criaturas y verlas lo emocionó.

– ¡Kacchan! ¿Esos son grifos, verdad? –Dijo señalando al cielo. Katsuki solo sonreía de verlo tan feliz, sabía que le iba gustar pasar tiempo fuera del castillo.

–Sí, aunque es muy raro verlos volar en compañía.

– ¿En serio? ¿Por qué?

–Como es medio día deben de estar buscando alimento para sus polluelos, lo cual es raro porque si van a cazar juntos pelearan por la comida.

–Tal vez sean familia y quieran cazar juntos.

–Tal vez –en ese momento se dio cuenta de que Izuku lo había llamado por ese apodo de nuevo, pero el peliverde de lo emocionado que estaba ni se percató.

Luego de 15 minutos en carruaje llegaron a las fortalezas lejanas en las montañas.

–Llegamos.

– ¿Qué es este lugar? –Dijo al bajar del carruaje.

–Ya veraz –al entrar a la fortaleza todos los guardias se presentaron ante ellos e hicieron una reverencia.

– ¡Saludos Su Gran Majestad, saludos Su Alteza Midoriya! –Dijeron al unísono. De entre todos los guardias presentes sale un hombre alto y corpulento con una gran sonrisa.

– ¡Es placer verlo por aquí, Majestad! –Dijo muy animado al hacer una reverencia clavando su cabeza al piso.

– ¡¿E-Esta bien?! –Preguntó el omega alarmado.

–Descuida, eso es normal en él. Por esa razón lo mandé lejos de Salazen Kou para no tener que encontrármelo siempre.

–JAJAJA ¡Que gracioso, Majestad! –rió de forma frenética.