Fantasía de un Soberano [Katsudeku-Omegaverse] En Edición

Cap 63: Fumikage vs Shoto

Era una noche desquiciada, ciertamente, envuelta en una oscuridad opresiva que amenazaba con engullir cualquier destello de esperanza. Desde las sombras más profundas surgían escenas macabras y aterradoras, como si la esencia de la noche hubiera dado vida a los horrores más retorcidos.

Espíritus torturados de almas malditas surgían de la nada misma, muertos vivientes, sedientos de sangre, acechaban en cada rincón y criaturas grotescas, resultado de la fusión siniestra entre humanos y bestias, aullaban en una cacofonía de pesadilla.

Aunque todas estas amenazas finalmente se disiparon, el peligro persistía, alzándose como una sombra tenebrosa sobre el imponente Salazen Kou.

La tormenta, que rugía con despiadada intensidad, parecía prolongarse infinitamente, como si el tiempo mismo se hubiera congelado en esta noche siniestra. El viento aullaba como una legión de almas en pena, mientras la lluvia caía como lágrimas de la propia oscuridad, empapando todo con su fría melancolía.

Sin embargo, de todos los horrores que afloraron en ese infernal escenario, había uno que eclipsaba a todos los demás, uno que se presentaba como el protagonista de la pesadilla. Y ese protagonista era un talentoso Hechicero de nombre Tokoyami Fumikage, cuyo destino había resultado ser desafortunado más allá de toda medida.

–Una pesadilla sin duda, eso mismo –susurró el Hechicero, con la vista fija en unos ojos heterocromáticos que no conocían compasión.

–¿Dijiste algo, Tokoyami? –preguntó de repente el portador de aquellos ojos peculiares, con un cabello igual de peculiar dividido en dos tonos distintos que era empapado por la lluvia–. Esta lluvia entorpece mi audición. ¿Estarás preparando algún hechizo contra mí?

–¿Contra usted? Por supuesto que no me atrevería, ni siquiera en esta situación donde mi supervivencia está en duda –replicó Tokoyami–. Pese a sus intenciones, Su Alteza Shoto, usted sigue siendo mi príncipe y juré que nunca alzaría mi bastón contra la Familia Real.

–Ya veo –dijo el príncipe con tanta frialdad como si las palabras previas no significaran nada–. Entonces será más sencillo eliminarte.

–¿Qué?

Con un gesto imperioso, Shoto lanzó la bola de fuego rosada que surcó el aire en una arriesgada trayectoria, atravesando la cortina de lluvia torrencial. Sin embargo, la respuesta de Tokoyami no se hizo esperar.

Empuñando su bastón con determinación, trazó un amplio arco en el aire, convocando su magia para manipular las diminutas gotas de lluvia a su antojo. Con habilidad prodigiosa, las gotas danzaron en el aire, entrelazándose para formar una barrera acuática que lo envolvía.

La bola de fuego, llena de potencia y ferocidad, chocó contra la barrera mágica de agua. El impacto fue espectacular, liberando una explosión de vapor que envolvió el patio interior en una nube densa y misteriosa. La niebla etérea se esparció rápidamente, cubriendo una tercera parte del espacio con su velo fantasmal.

Sin embargo, cuando los vientos embravecidos de la tormenta barrieron la nube de vapor, solo un hombre se mantuvo erguido en el patio interior. Era un príncipe, cuya figura imponente irradiaba un dominio abrumador sobre la magia y un control absoluto sobre la situación.

Por otro lado, a varios metros de distancia, Tokoyami yacía en el suelo empedrado, boca abajo y tosiendo bruscamente mientras luchaba por recuperar el aliento. A pesar de la impecable ejecución de su magia defensiva, su barrera acuática no pudo resistir el embate de la magia de Shoto.

La bola de fuego hizo añicos la frágil protección y la explosión lanzó a Tokoyami por los aires junto con su bastón, dejándolo en un estado vulnerable y de desorientación.