Fantasía de un Soberano [Katsudeku-Omegaverse] En Edición

Cap 26: Mis Hermanos y Yo

Hola chicos!

Disculpen la demora, de nuevo problemas con el internet. ¡Pero ya estoy de vuelta!

Gracias por votar a pesar de todo. ¡Sigan haciéndolo!... Por favor :v

Voten, comenten, compartan, porque esto se va a poner bueno y espero que les guste.

He tenido problemas con Wattpad para actualizar, así que si ven algo raro por favor háganmelo saber.

Sin nada más que decir, disfruten.

——————————————————

Pasaron tres días después del ataque de la Sombra en el festival los cuales fueron tormentosos para todos, Katsuki siempre estaba furioso, más de lo normal, y pasaba casi todo un día en su habitación especial para liberar sus frustraciones. Ya no se reunía a cenar con sus hermanos, ni hacia su trabajo en su estudio, solamente se la pasaba encerrado en aquella habitación lidiando consigo mismo. Durante ese tiempo tampoco había visto mucho a Izuku, el pobre omega se la pasaba encerrado en su cuarto y no salía para nada, sus comidas las recibía ahí y había dejado sus clases con Iida y con Tokoyami.

Por órdenes de Katsuki, Salazen Kou cerró todas sus puertas y Mármol Real era estrictamente vigilado, tenía pensado resguardar a Izuku en su habitación, pero en eso el omega se le adelanto, ya que lo primero que hizo luego de todo el caos de esa noche fue a encerrarse para no ver a nadie. Incluso evitaba a Katsuki, se sentía mal porque arruino el festival y puso muchas vidas en riesgo, no podía sentirse más inútil.

Se sentía devastado y avergonzado, no quería que nadie lo viera y cada vez que alguien iba a verlo se arropaba en su cama de pies a cabeza. Estaba tan avergonzado por dejarse llevar y casi asesinar a alguien, como Druida se sentía horrible ya que quitar una vida va en contra de su naturaleza, se preguntaba si los espíritus estaban enojados con él y que si sería castigado por ellos de alguna forma.

Por otro lado Todoroki quería hablar con Izuku para hacerlo sentir mejor, pero el omega lo rechazaba cada vez que él iba a verlo y eso le dolía. Una tarde caminaba por los pasillos con expresión decaída, no sabía cómo ayudarlo y eso le frustraba, muchas veces le dijo que no fue su culpa, que solo lo provocaron, pero Izuku no respondía.

Ya no sabía que hacer o decirle, y para no trastornarse con eso se dirigía al salón de música. Una vez ahí se sienta frente al piano y extiende sus manos hacia las teclas, pero no toca nada, tiene la mirada fija en las teclas como si fuera la primera vez que las viera, y su mente estuvo en blanco un momento. Luego recoge sus manos haciendo un puño en cada una, tanta era su frustración que no sabía que tocar, no sabía que canción podría hacerlo sentir mejor y pronto llego a la conclusión de que si seguía así, nunca iba a tranquilizarse.

Se levanta de golpe y manda a volar la silla del piano de una patada la cual se hiso pedazos al estrellarse contra una columna. Su respiración era tan agitada como la de una bestia con sed de sangre, y cuando se dio cuenta que estaba perdiendo el control, comenzó a inhalar y exhalar grandes cantidades de aire para calmarse. De nada serviría que otro más perdiera el control.

–Shoto –Kirishima se hace presente en la sala.

– ¿Sucede algo? –Cuestionó un poco más aliviado.

– ¡Suceden muchas cosas! –Exclamó–. ¡Esto no puede seguir o todos vamos a caer en la desesperación!

–No creo que estemos tan mal.

– ¿Eso crees? ¿Puedes decirme quien hizo eso? –Kirishima señaló al banco destrozado en el suelo, Todoroki desvió la mirada con el ceño fruncido–. ¡Katsuki lleva encerrado en ese cuarto todo el día, ya ni sale para comer! Izuku tampoco y las sirvientas me dicen que cada vez que van a llevarle comida encuentran el plato anterior intacto –Shoto se sorprendió– él no está comiendo nada hermano.