¿Qué le faltaba al diamante blanco? ¿Qué era lo que necesitaba la mafia del diamante blanco después de haber creado el subterráneo?
Un equipo de inteligencia.
Eso necesitaban.
¿Para qué?
Bueno, con Lucifer como Boss y Amaro como underboss necesitaban manejarlo todo mejor y...
Siendo honestos necesitaban ayuda.
Los ojos de Lucifer estaban buscando personal, gente que quisiera meterse en esto no por necesidad ni vicio; quería gente que sabía jamás le traicionarían.
Quería que la familia creciera.
Eso era lo que su abuelo le había enseñado. La familia lo era todo y al haberla perdido hacen años, debía crear la suya propia.
—¿Quién es él?
—El es quién me defendió la primera vez que trabajé aquí —le explicó Harleen—, Mi ángel de la guarda.
Lucifer la miró, sin entender.
La adoraba, enserio lo hacía. En lo que llevaban de tiempo juntos no había una sola cosa que le molestara de ella. Todo le fascinaba pero... Él no podía permitir que ella hiciese eso.
¿Querer meter a cualquiera en la pirámide? ¿Qué clase de estupidez era esa?
—Harleen...
—Te juro que tiene el potencial. No lo hago por capricho, enserio creo que ustedes dos juntos podrían hacer de este lugar algo asombroso.
—¿Este lugar? El subterráneo tiene todo lo que necesita —bufó el viéndola.
—No todo —negó aquel chico viéndole, Lucifer le miró—, ¿Haz pensado en meterle algo más agresivo?
Lucifer enarcó una ceja.
Pocas eran las personas a las que escuchaba cuando se trataba del subterráneo. La mafia del diamante blanco se había convertido en suya, por completo, nadie le decía que hacer, nadie opinaba, y lo más importante: nadie daba ideas porque sabían que el no las escucharía.
Pero esa noche, Lucifer escuchó por primera vez a alguien que no fue el mismo. Y eso lo llevo a mejorar más el sistema y con ello, la mafia.
—¡Bienvenidos a la inauguración de las jaulas, damas y caballeros! —gritó el anunciador haciendo que la multitud soltara alaridos.
—Te dije que esto sería grande —le dijo Joker viendo todo sonriente, triunfante.
Lucifer relamió sus labios y repasó la mirada por el mar de personas que rodeaban la jaula de pelea.
Sonrió, satisfecho.
—¿Alguna otra idea que nos pueda hacer ganar dinero? —le preguntó sonriéndole, Joker sonrió y ambos se dieron la mano.
Cerrando el pacto de amistad que los unió.
Ese día, Joker se convirtió en el Capo de Lucifer.
Y lo siguiente que sucedió, solo mejoró el imperio.
El subterráneo se dividió por áreas cada uno con diferente frontera. Así, el diamante blanco tenía registro de todos los que entraban y salían.
NorthStreet es la primera zona que te cruzas cuando pasas de Virginem, con tres clubes privados que están abiertos las veinticuatro horas al día. Raziel, Dumah, Abbadon; todos nombres de Ángeles porque según dicen, eso es lo que sales viendo de ahí.
ESTÁS LEYENDO
Rotten | Libro 1 (Saga Diamante Blanco).
RomanceUn amor cómo el que ella sabía dar destruía todo a su paso. Dañaba todo lo que se cruzase por su camino sin importar cuán valioso fuera. Él no sabía lo que significaba esa palabra, vivió toda su vida sin recibir una pisca de eso. Cuándo ambos supie...