044

145 8 6
                                    


Capítulo cuarenta y cuatro: Final

Sangre Caliente. 

Dubai.

La muerte siempre se escuchó trágica y poco llamativa, a los ojos de todos era desgracia y lamento. ¿Pero qué hay de las personas malas, merecen morir por aquello que los condena? ¿O por ser humanos tenemos que soportar el daño de personas inhumanas?

No lo sé, para mí siempre fue muy subjetiva.

Lucifer me había mostrado eternamente lo que era la muerte, sus causas, sus motivos, inclusive sus excusas para atraerla.

Siempre le dije que jugar a ser Dios era algo que lo mataría de la misma manera en la que él jodía a los demás.

Efectivamente eso fue lo que pasó. Lucifer murió de una manera jodida y lastimosa que... Supongo que nadie merecía experimentar.

Pero eso no fue lo peor, lo peor fue a manos de quién murió.

Me llamo Harleen Quinncell Crawford y mi esposo legal murió hace casi veinticuatro horas.

Ahora me encontraba sola, en un avión con destino a Colombia, donde Lucifer tenía terrenos que pasaron a mis manos cuando murió.

Iniciar de cero jamás se me hizo complicado, ahora tocaba hacerlo de nuevo.

Esta vez, sin él.

[VEINTICUATROO HORAS ATRÁS]

—¿Entonces? ¿Alguno de los dos piensa hablar o estaremos aquí viéndonos las caras? —preguntó burlón River viéndolos, Wesson y Lucifer estaban delante suyo, sosteniéndole la mirada mientras yo era sostenida por Tamara que me apuntaba a la cabeza con un revólver.

—Devuélveme lo que me pertenece —espetó Lucifer viéndome.

—Ella jamás te perteneció.

—Ese es tú jodido problema Ryan, que siempre quisiste todo lo que me pertenecía. La viste y no pudiste aceptar que no era tuya, eres un maldito envidioso.

La cara de River era un fría, malévola y sin emoción alguna. Pero al escuchar como Lucifer lo llamaba por su verdadero nombre, algo dentro de él dolió, atrayéndole un recuerdo doloroso del pasado.

—Jamás en tú vida vuelvas a llamarme así —bramó quitándole el seguro al arma, mi pulso se aceleró.

—Eres un maldito infeliz, Ryan. ¿O todavía lo olvidas, olvidas la manera en la que barríamos el suelo contigo hace años? ¿Ya lo olvidaste, Ryan? ¡¿Lo olvidaste?!

Si la intención de Lucifer era que River explotara lo consiguió, porque al momento en el que Lucifer dijo aquello, River disparó sin miedo alguno. La bala asustó a todos, un grito desgarrador salió de mi garganta.

Luché contra Tamara para que me soltase, el forcejeó no sirvió de nada porque apretó más el revólver en mi cien. Me quejé cuando me dio un apretón en el cuello.

—¡Jareth! —grité tratando de verle, Tamara me tenía tras River por lo que solo podía ver a Wesson que desde su posición parecía a punto de explotar del coraje pero estaba conteniéndose.

—Sigo sin entender cómo es que después de tanto todavía lo amas...

Miré a River asustada cuando dio una mirada por el rabillo del ojo hacía mí.

—¿Cómo siquiera lo toleras? Una basura cómo él no debería tener el beneficio de tu amor, Harley.

—Quinn, no lo escuches —soltó Lucifer tratando de hacer contacto visual.

Rotten | Libro 1 (Saga Diamante Blanco). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora