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<< Capítulo catorce: No me colmes la paciencia >>
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—¡Eso estuvo bestial! —grité bajando del auto.

Wesson sonreía y reía repetidas veces por mis acciones. La verdad, me había emocionado. Jamás había conducido un auto en una carrera, y para ser la primera vez salí tercera.

—Tienes que practicar más, tus giros y curvas están un poco retrasados. Pero la verdad, lo hiciste bien —admitió.

¿Bien? Estuvo genial.

¡Hey, tú! ¡La tía de Lucifer! —me volteé pasmada.

Wesson cayó frente a mi de un golpe, tapándome como un escudo en caso de que sea algo peligroso. Un tío nos miraba divertido, tenía una capucha negra y gafas así que no se distinguía nada su físico.

—¿Quién se supone que eres? —Wesson se cruzo de brazos frente a mi.

Podría asegurar que tenía su ceño bien fruncido, dándole ese aire de intimidación que siempre demostraba. El tío soltó una risa seca, como si le hubiesen contado el mejor chiste de su vida.

—Joder, ¿Esté es tú nuevo mono de circo? —señaló a Wesson con burla, haciéndome arrugar el ceño—, Ambos sabemos que jamás me encontrarás un reemplazo, D.

Abrí los ojos como platos. Solo había una persona en el mundo que me llamaba así. Que sabía que no me enojaba, porque tenía la confianza. Esa persona tan jodidamente irritante. El tío se quitó las gafas y soltó una sonrisa burlona. Esos ojos celestes me observaron con altanería, sonreí al instante.

—¡Joker! —grité saliendo de atrás de Wesson y saltándole encima— No sé cómo no te reconocí antes.

El me abrazó, uniendo sus manos detrás de mi espalda, apegándome a su cuerpo. Inhale su colonia y suspire con alegría y tal vez con algo de nostalgia. Joker era uno de los tíos que conocí al principio que me involucré en esta mierda. Me ayudo a huir, me escondió por un tiempo, pero eventualmente me atraparon igual. Lucifer lo conoció bien, y al final terminó dándole trabajo gracias a mi. Tanto así, que se hicieron mejores amigos. Algo que a Bentley le choca en el alma. Y por eso, tenía frente a mi a la mano derecha de Lucifer: Joker. Pero eso no solo significaba que venía a verme y saludar.

Significaba que Lucifer tenía más ordenes para dar.

—¿Puedes explicarme, Dubai? —gruñó Wesson tal cual perro rabioso.

Joker sonrió cortando el abrazo y metiendo sus manos en sus bolsillos. No había notado que tenía una mochila puesta.

—Wesson, él es mi jodido ángel de la guardia: Joker —presente sonriendo.

Wesson aún mantenía su expresión de "Me tocas los cojones y te dejó sin cerebro" así que, Joker estaba lo más divertido fastidiándolo.

—En vivo y en directo. Tú debes ser el tío que maneja este sitio; Lucifer jamás habla de ti.

Uy, buen lado por dónde empezar.

No me junto con la gente de Lucifer.

—¿Entonces qué haces con su chica?

Rotten | Libro 1 (Saga Diamante Blanco). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora