<< Capítulo treinta y uno: Grigori >>
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.Wesson.
Regresar a la superficie fue como aire de vuelta a los pulmones.
Dubai se había tomado la noticia del búnker mejor de lo que creí. Habíamos salido del búnker hacían ya dos horas. Al llegar a la mansión supe que nada estaría bien después de eso.
La expresión de Dubai al ver a Lucifer esposado a la cama de su habitación fue inexplicable. Entendía que el la había lastimado, se notaba que estaba resentida pero en su mirada aún estaba ese dije de duda.
Ese brillo de lástima y rendición que querían soltarle las esposas y largarse con el al fin del mundo.
La sangre me hirvió.
Pensé que lo soltaría, que no dudaría en pedirle las esposas a Masón y lo sacaría de ahí. Pero no fue así.
Ella simplemente se dió la vuelta completamente en contra de sus sentimientos y con orgullo salió de allí dejándolo con la palabra en la boca.
Ahogue una sonrisa y la seguí.
Ambos estuvimos en la habitación un rato en silencio. Ella bebiendo sus vitaminas, viendo películas, incluso hizo ejercicio. Supongo que la ansiedad ya la tenía en esa fase donde lo más que hace es moverse para evitar sentirse atascada.
Lo más que me tenia sorprendido era que no me hablaba. No había intercambiado una sola palabra conmigo tras salir del búnker.
Y siendo honesto, eso me tenía algo confundido.
Por no decir estresado.
—¿Wess? —llamó la voz de Damon en la entrada de la puerta—, Con los chicos iremos a Dumah. Ya sabes, a liberar estrés. ¿Te apuntas?
Miré a Dubai quien ni siquiera nos había mirado por estar tecleando no se que en su portátil.
¿Quería irme a beber y dejarla aquí sola?
Joder, sí.
Necesitaba un puto respiro de todo este lugar.
—¿A qué hora nos vamos?
—En cinco minutos.
—Joder, ¿Cinco? —me quejé.
—Mueve el culo, Tyson y Riley están abajo.
Rodé los ojos girándome y tomando una toalla para irme directo a la ducha y darme el baño más rápido de la historia.
Tras ducharme a la velocidad de flash y vestirme con rapidez, salí y comencé a peinar un poco mi cabello con mis manos aunque igual de quedó despeinado.
Al final me rendí y acabé yéndome a poner perfume para irme. Pase por el lado de la cama viendo de reojo como Dubai seguía tecleando en su portátil.
La ignoré y salí de la habitación asegurándome de tener mis llaves y mi móvil.
—¿Nos vamos? —preguntó Dallas mirándome. Fruncí el ceño.
—¿Quién dijo que este viene con nosotros?
—Se invitó solo —se defendió Tyson.
—Dijo que pagará uno que otro round de cervezas —dijo Damon encogiéndose de hombros.
Arrugue el ceño.
—¿No tiene para pagarse un piso y piensan que pagará las bebidas? —cuestioné, Dallas fingió que eso le dolió.
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Rotten | Libro 1 (Saga Diamante Blanco).
RomanceUn amor cómo el que ella sabía dar destruía todo a su paso. Dañaba todo lo que se cruzase por su camino sin importar cuán valioso fuera. Él no sabía lo que significaba esa palabra, vivió toda su vida sin recibir una pisca de eso. Cuándo ambos supie...