001

701 47 9
                                    

A D V E R T E N C I A

Esta historia contiene temas explícitos y que no son aptos para público sensible. Se trata de una historia con trama de mafia principalmente. Se hablan temas como lo son el alcohol, drogas, trata de blancas, prostitución, peleas ilegales, carreras ilegales, etc. Si decides leerla queda bajo tu completa responsabilidad. Se recomienda discreción.





<< Capítulo uno: Salvada por un cabrón >>
.
.
.

Dubai.

—¿Qué carajos pasó? —pregunté al sentir el frío del aire mañanero en mi rostro.

Pasé una mano por mi cabello con cansancio, mi cabeza dolía horrores y mi cuerpo ni hablar. Parpadeé un par de veces buscando acostumbrarme a la luz del sol. Miré a mi lado en busca de una explicación, pero lo primero que me encontré fue con un tío de ojos grises y cabello oscuro conduciendo con agilidad.

¿Y este de donde cojones salió?

—Buenos días a ti también, Dubai —respondió él con altanería. Una sonrisa ladina apareció en su jodido rostro.

—¿Quién cojones eres y qué hago en tú auto?

Mi voz salió rasposa y grave, él ni siquiera me miró.

—Ah así que eres de las que olvida todo. Genial, tienes amnesia —respondió con sarcasmo.

Rodé los ojos con fastidio y volví mi atención al camino. No podía creer que desperté en un jodido Audi, y peor, con un cabrón de siete pares.

Y encima me quiere explotar el cerebro; definitivamente no es mi mejor día.

—¿Nos enrollamos anoche? Porque si fue así, te aviso tío, no me interesas en lo más mínimo. Estaba ebria y muy drogada, así que...

—Ya quisieras pastelito —me interrumpió el con la burla decorándole el rostro—, No nos enrollamos, mucho menos algo más. Te salvé el trasero anoche de irte a la cárcel.

¿Cárcel?

—¿A la cárcel? —pregunté confundida—, ¿Qué fue lo que hice?

—Disparaste a una pared y casi matas a mi mejor amigo, pero relájate, no te vieron. Te saque de allí antes.

Mis manos fueron directo a mi vestido, palpando cerca de la lencería en busca de mi arma, no estaba allí.

—¿Dónde está? —pregunté alarmada.

—¿Qué? ¿Tú juguete? En la cajuela, no quería que me dispararas mientras conducía —respondió simple.

—Que te jodan —abrí la cajuela viendo dentro varios papeles y entre ellos, mi arma.

La tomé sin pensarlo, y sin importarme que él estuviese a mi lado. Me subí el vestido para dejarla en mi ropa interior.

—Vale, ahora. ¿Me podría decir en dónde estamos? Debo regresar a casa, tengo gente preocupada allí.

Armé mi cabello en una cola desarreglada y lo miré expectante. Conducía seguro y sereno, tomaba el volante con la mano derecha mientras en la izquierda sostenía un sándwich de lo que parece jamón y queso.

Rotten | Libro 1 (Saga Diamante Blanco). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora