038

140 14 0
                                    



<< Capítulo treinta y ocho: Tres contra tres >>
.
.
.
.

Dubai.

Ninguna de las veces anteriores donde me habían traicionado mis emociones había tenido una reacción tan inmediata.

Me sentía rota, abandonada y completamente sola.

Wesson se había ido en nuestra contra y yo...

Tomé la decisión correcta. ¿No?

No podía abandonar a Lucifer. Sería como dejar mi familia atrás. Abandonar a los míos jamás fue algo que hice. Aprendí desde muy niña que la lealtad es lo más importante que tiene el diamante blanco.

Somos eso, lealtad y respeto.

Y yo no podía irme en contra de eso, por más que cada fibra de mi cuerpo me lo pidiera.

—¿En qué piensas?

Me volteé, el estaba allí acercándose a mí.

Sus ojos azules escaneándome. Relamí mis labios y me encogí de hombros.

Mi cabeza era un lío.

—Me va a explotar la cabeza.

—¿Quieres que le pida a alguna de las sirvientas que te prepare un té?

—No.

—Harleen, no puedo leerte la mente para saber que estás pensando. Sé que ahora la situación no es la más favorable pero...

—Nos tienen en la mira, somos el objetivo. Wesson no va a descansar hasta que nos gane. Quiere el control completo del diamante.

—Ese payaso no podrá contra nosotros. Lo sabes, somos el diamante. Nadie puede contra nosotros.

—No sé si estoy segura de eso.

—¿Estás dudando de mí?

—Lucifer, ese chico tiene potencial, si quiere puede conquistar la jodida Patagonia.

—Quinn, podemos con él, lo sabes no es...

—No pudimos con River. ¿Qué hay de él? Podría estar en las sombras, esperando a que nos ataquen para entonces atacar él.

Lucifer palideció y aunque intentó disimularlo, noté el dije de terror en sus ojos.

—Escúchame muy bien —pidió—, Yo no pienso dejar que ningún bufón de circo te toque. Sea River, o el idiota ese. Tú estarás a salvo, de cualquiera que quiera tocarte.

—Jareth —llamé, sus ojos hicieron contacto con los míos—, Prométeme que aunque no salgamos ganando, será como antes.

—Digamos que... El diablo descansará un poco para dejar que Jareth te enamore una vez más —susurró.

Sonreí asintiendo y dejando que el me guiara por la sala.

Rotten | Libro 1 (Saga Diamante Blanco). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora