Rotten | Libro 1 (Saga Diamante Blanco).

Epílogo

Cuando estás metido en el bajo mundo, las razones por las que temes caer no son las que todos creen. La mayoría creen que los villanos solo corremos por un deseo de tener... Poder y admiración.

Pero mis motivos para correr esta carrera no eran los que cualquiera creería.

Crecí bajo la dura mano de un hombre que me enseñó que antes que la familia no hay nada. La familia es lo primero, lo que debes luchar para tener.

Aprendí a disparar antes de siquiera poder conducir.

Mi abuelo me enseñó a la perfección lo que debía ser en la vida.

Lastimosamente las personas están acostumbradas a  escuchar la historia de un héroe en vez de la de un villano.

Pero, yo no soy ningún héroe y jamás querré serlo.

Me gusta ser llamado tirano, me gusta que me digan egoísta, me gusta ser un villano ante los ojos de los demás.

Porque, aunque para ellos yo sea un hijo de puta...

Hay una persona en el mundo que sabe quien realmente soy. Y lo capaz que soy de darlo todo para hacerla feliz.

Quinn se convirtió en mi oxígeno, esa mujer se convirtió en todo lo que alguna vez necesité para vivir.

Y aunque, cometí mis errores con ella...

Al final hice lo que mejor consideré.

Llevábamos años intentando funcionar correctamente. Años con ella intentando hacerme ver lo necesario que era prestarle la atención que necesitaba.

Pero yo no podía verlo. Tenía mucho trabajo, demasiadas cosas al que estar pendiente.

Cuando huyó de River pensé que jamás regresaría a mí. Después de todo, había sido mi culpa que ese hijo de puta la aprisionara.

Pero, cuando la vi en aquel estacionamiento con aquellos tíos rodeándola y viéndola como si fuera una Diosa...

Entendí que debía dejarla ir por más que la necesitara.

Amaba lo bien que nos veíamos juntos, éramos la viva imagen de Bonnie y Clyde en sus tiempos.

Pero ya no era igual, ya no podía cuidarla, no como antes.

Wesson sí podía hacerlo.

Él podía ofrecerle una vida que yo no. Una vida lejos del peligro.

Aunque... Conociendo a Quinn, era probable que se aburriera y acabará metiéndose en algún lío con tal de volver a sentirse viva.

Pero eso sería bajo la mira de Wesson, no la mía.

Por eso cuando vi la manera en la que él la miraba siempre y cuando noté la manera en al que silenciosamente se hablaban con las miradas, decidí que ella estaría bien sin mí.

Sabía que él podía cuidarla, podía hacerla feliz.

Siempre y cuando ella pudiera soltarme y empezar de cero.

Pero esa idea se fue al carajo cuando lo vi allí, apuntándome con el arma hacia la cíen.

Quinn lloraba en los brazos de Tyson, se retorcía intentando librarse.

Mientras que yo, estaba aquí, siendo derrotado delante de su mujer, dejándome ganar para poderle dar una mejor vida.

¿Que pasaría con el Diamante después de todo?

No lo sabía, pero lo que sí sabía, era que tenía un haz bajo la manga que ella sabría manejar.

Porque ella era mi mujer...

Ella estaba preparada para lo que sea.

—Dispara.

—¿No prefieres que ella esté lejos?

—Si no lo ve no va a creerlo. Dispara.

Ni siquiera escuché el sonido del disparo. Todo fue blanco cuando cerré los ojos.

Supongo que... Había sido una muerte heroica para un villano como yo.

El inicio de otra historia por contar...