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<< Capítulo treinta y cuatro: Nunca emborrachen a Dubai >>
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Dubai.

Primero que nada, sepan que esto es una simple ebria hablando pendejadas.

El alcohol pone a la gente... rara.

Tal vez lo digo por experiencia.

O tal vez simplemente es así.

Algunos ebrios dicen la verdad. Otros dicen lo que jamás pensaron decir estando sobrios, o incluso aquello que callan por miedo a la opinión de las demás personas.

La realidad es qué hay muchas maneras de embriagarse y comportarse estando ebrio.

Yo por mi parte, tiendo a ser más insoportable de lo usual.

Saben... ¿El efecto Dubai? ¿No?

Meh, ustedes que sabrán de la mejor bebida del mundo.

—¿Dubai? —escuché la voz de Tyson en la cocina.

Fruncí el ceño viéndolo.

¿Este no estaba en el club?

¿Qué mierda hacía aquí ahora?

—¿Tú no estabas allá? —señale detrás de mí sintiéndome la cabeza palpitar.

—Me regresé cuando bajaste del escenario —murmuró viéndose... ¿Incomodo?

—¿Por qué?

—Porque ponerme cachondo con la chica que le gusta a mi hermano no es lo mío —respondió simple.

Por un momento pareció darle igual, pero entonces frunció el ceño y repentinamente un color carmesí le tiñó las mejillas.

—No le diré que dijiste eso —admití sonriéndole—, Gracias por ser un caballero, Tyson.

—Rara la vez lo soy, siéndote honesto.

—Comparado a los otros gorilas de esta casa —bufé abriendo el refrigerador tomando un jugo.

—Mi hermano besaría el piso por donde tú caminas solo que a penas y lo admite —señaló.

—Y ese es nuestro problema, Tyson —sonreí viéndolo, el enarcó una ceja llevándose su botella de agua a los labios—, Que a mí no me gusta que anden poniéndome todo en bandeja de plata y tratándome como princesa. A mi me gustan los cabrones que siempre se lucen ante los demás, que lo mío es que me dejen ser libre, que me hagan sentir viva y que me metan en problemas. Esa es mi manera de sentirme viva, viviendo la vida al límite y sintiendo que me desafían constantemente.

—El se contiene —murmuró, fruncí el ceño.

—¿Qué?

—Wesson se contiene a tu alrededor —repitió—, La mayoría del tiempo se controla para que no te vuelvas loca si se muestra como realmente es.

—Tyson, Wess no se contiene es...

—¿Nunca te haz fijado en que siempre sale en la noche, luego que te duermes? ¿Qué cuando te despiertas el ya está vestido y arreglado? ¿Qué jamás está sin su arma? ¿Qué todo el equipo le sigue las órdenes a la perfección? —cuestionó—, Wesson se contiene porque no quiere que veas el tipo de cabrón que es con los demás. Le aterra la idea de que lo veas como el villano de la historia.

—¿Cómo sabes todo eso?

—Es mi hermano —respondió con obviedad—, Deberías prestar atención a los detalles más importantes. Eres un tanto distraída.

Rotten | Libro 1 (Saga Diamante Blanco). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora