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Wang Yibo, un chico de 28 años, soltero, hijo de un importante empresario Chino.
No le gustaban las relaciones serías, prefería las aventuras de una sola noche y olvidar todo.
Según él, un ser egoísta que no se preocupa por nada que en verdad no le interesara, en pocas palabras, casi nada.
Irresponsable con todo menos con su trabajo, eso sí era lo único importante en su vida y por lo cual se obligaba a llevar la vida que llevaba, importándole muy poco todo lo que los demás pensaran de él. Dado que, mientras más las personas le dijeran que era el ser más insoportable que pudieron haber conocido, era mucho mejor para él, pues, su único deber, era generar grandes cantidades de dinero a su empresa y mantener feliz a su padre con ello.
















Wang Yibo había pasado una de las mejores noches que pudo haber tenido desde hace mucho tiempo, mucho alcohol, mujeres y hombres, ya que no era especial con su orientación sexual, le daba igual con tal de pasarla bien, relajarse lo más que pudiera, y sentirse libre de todo lo que por momentos lo ataba, no le importaba.

Luego de aquella salvaje y liberadora noche, despertó con un horrible dolor de cabeza, pero ese dolor tenía una razón más específica, el timbre de su departamento que no dejaba de sonar ni un segundo. Al solo estar en ropa interior, a tientas tomó sus pantalones de dormir, se los puso y a regañadientes se levantó de la comodidad de su blanda y caliente cama para ir a abrir la puerta.

Al hacer tal acción se encontró con una señora de edad media muy bien vestida y peinada, con unos tacones negros que la hacían ver un poco más alta y un maletín frente a ella que sujetaba con sus dos manos.

— ¿Buenos días? — preguntó confundido y algo aturdido al comenzar a sentir un repentino mareo gracias a que se levantó muy rápido.

— Buenos días. ¿Usted es el señor Wang Yibo? — preguntó la mujer con un tono fuerte y claro, pero muy serio.

— Sí, soy yo. ¿Se le ofrece algo? — alzó una ceja recostándose en la puerta y pensando que al menos debió comer algo el día anterior.

— ¿No cree que es más apropiado que al menos me invite a pasar para hablar cómodamente... Y vestirse apropiadamente? — habló la mujer mirándolo de pies a cabeza.

" Señora, como jode " pensó.

— Ah, sí, claro. Pase usted — abrió más la puerta invitándola a pasar con una mueca de sonrisa.

" Buen día para tener este maldito lugar arreglado " pensó caminando rápidamente a su habitación para tomar una camiseta y ponérsela para luego salir.

— Por favor siéntese señor Wang, el tema del que le quiero hablar es muy delicado.

— Sí, claro — Yibo se sentó en una silla frente a ella y se quedó en silencio esperando a que la mujer hablara.

— Por cierto. ¿Y usted quién es?

— Soy Son Lau. La trabajadora social a cargo de su caso.

— ¿Di-disculpe? — su postura se irgió, sus ojos se abrieron un poco más de lo normal y su mandíbula se tensó de sobremanera.

" Señora ¿Qué mierda acaba de decir? ¿Cuántos se tomó antes de venir a aquí? "

— Como lo escuchó, soy la trabajadora social quien está a cargo de su caso. Déjeme decirle que usted al ser el único pariente con vida y más emparentado con la menor Wang MeiWen, es decir, su padre, se convierte en el tutor legal de la menor. Aquí le entrego una copia con todos los documentos necesarios para que comprenda todo.

" ¡¿A esta vieja quien le dio trago?!... ¡¿SEÑORA, PERO DE CUAL SE FUMO?! ¡¿COMO QUE TUTOR LEGAL?! ¡¿COMO QUE PADRE?! "

Esto, era una jodida broma, ¿verdad? Era una maldita broma. ¿No es cierto?

 Tú Eres Mi Papi  ▪︎  [YiZhan]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora