Tú Eres Mi Papi ▪︎ [YiZhan]

06

A medida que Yibo se acercaba, podía notarse el temor de la niña, quien comenzó a buscar a Zhan con la mirada pidiendo que la rescatara sin decírselo con palabras.

Yibo miró a la pequeña con sus ojos oscuros y fríos. Pero muy en el fondo podía verlo, muy en el fondo, podía sentirlo, aquella horrible sensación de  angustia y dolor que con el tiempo había dejado de ser tan latente, sentía cómo regresaba muy lentamente.

— Vámonos — habló tratando de mantener su compostura y que aquel sentimiento no saliera a relucir.

Al ver que la pequeña no se movía volvió a hablar intentando mantener su tono neutro.

— No te los voy a repetir dos veces... Agarra tus cosas y vámonos — dijo entre dientes.

Zhan temiendo de que la situación pase a mayores intervino y con su sangre hirviendo se posicionó frente a la pequeña dándole la su mejor sonrisa.

— Mi pequeña ve por tus cosas para ir a casa.

— ¿Vamos c-con Lili?

— No bebé, tú vas con tu papi.

— No quiero, quiero quedarme contigo.

— ¡MIRA MOCOSA A MI NO ME IMPORTA SI TU N- — un golpe en el rostro del castaño hizo que se callara rápidamente.

Zhan lo había golpeado.

— Te dije que no le gritaras, ahora te callas o el próximo golpe será en las pelotas Wang — dijo en un susurro y con una mirada amenazante.

Se acercó otra vez a la pequeña y con una mirada dulce y suave tono habló.

— Entonces, yo te voy a acompañar y me quedaré un rato jugando contigo, ¿qué te parece? — la pequeña miró por sobre el hombro del pelinegro y volvió a conectar mirada con la de Zhan.

— Papi te mira feo — dijo en un murmullo.

— No mi amor, Yibo está un poquito enojado porque le di un golpecito, no te preocupes por él, ve a ver tus cosas y nos vamos — la pequeña asintió y con ayuda del mayor bajó de la silla y fue por sus cosas.

El pelinegro iba a pasar por un lado de Wang Yibo, pero este lo tomó del brazo para acercarse a su oreja.

— Hablo enserio Xiao, el golpe te lo dejo pasar, la amenaza te la dejo pasar, pero, ¡No te metas en cosas que no te incumben!

— Me incumbe desde el momento que cuide de esa niña para que no le pasara nada malo — se soltó del agarre con brusquedad y volvió a hablar.

— Anda calienta el motor de tu auto... En un minuto vamos — si más se acercó a la pequeña y la ayudó a guardar sus cosas.

Yibo respiró profundo obligando a todos sus demonios a mantener la calma, y salió del local intentando controlar el fuego de ira que comenzaba a crecer en su pecho, mientras que Zhan después de guardar las cosas MeiWen fue a cambiarse el uniforme, se colocó su mochila y le ayudó a la niña a colocarse la de ella. Cerró el establecimiento, tomó la mano de la pequeña y la llevó hasta su auto, se aseguró que tuviera el cinturón de seguridad, cerró la puerta y se acercó al auto del castaño, se acercó a la ventana del conductor y habló.

— Tú guíame, yo te sigo con la niña — sin decir más regresó a su auto, vio como Yibo comenzaba a avanzar y él también lo hizo.

Al cabo de unos minutos ambos se detuvieron en el estacionamiento de un lujoso edificio, Zhan se bajó de su auto y luego sacó a MeiWen de él. Yibo también había bajado de su auto y caminaba delante de los dos personajes que parecían padre e hija.