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Los días pasaron y los cinco amigos estaban al borde de un colapso de preocupación, si antes estaban preocupados, ahora estaban aterrados.

Desde que Yibo llegó a casa solo hizo una sola cosa, sentarse en el sofá que daba justo al frente de donde había encontrado los cuerpos de su hermana y madre, solo miraba ese lugar mientras que a su lado mantenía un par de zapatillas de ballet y una cámara, como si esperara a que el milagro de que su familia se presentara frente a él. Su cabello se veía opaco, sus labios resecos, tenía grandes ojeras bajo sus ojos, el color opaco de su piel lo hacían ver enfermizo, no hablaba, no comía, no bebía agua, pocas habían sido las veces en las que se levantó al baño, por último, había dejado de dormir. Estaba mal y los chicos preocupados por el estado en el que se encontraba Yibo, no tuvieron más remedio que intervenir.

- Pequeño, come algo ¿sí? No has estado comiendo bien, vas a enfermarte - habló Jack.

- Yibo, cariño... Come un poco ¿de acuerdo? Solo un poco - pidió Yang acercando un plato y poniéndolo dentro del campo de visión del menor.

Yibo lentamente posó su mirada en el plato y una lágrima rodó por su mejilla.

《- Hablemos después, hoy tengo tanta hambre.

- Te hice lasaña.

- Mmm, la lasaña de mamá es la mejor.

- ¡Aiyo!, es solo lasaña.

- No es cualquier lasaña, es la lasaña de mamá...

- Quita eso de mi vista - ordenó con su mirada fría.

- Pero tienes que-

- ¡QUE QUITES ESO DE MI VISTA! - gritó tomando el plato para estrellarlo en el piso mientras se ponía de pie acercándose amenazante a Yang quien sostenía el plato.

Los demás se acercaron para alejarlo de la pelinegra, temiendo lo peor. Yibo se soltó bruscamente del agarre de los demás y miró el desastre que había hecho y la mirada de miedo que mantenía su Jie. Tragó seco y con su labio inferior temblando dejó caer una lágrima.

- No vuelvan a poner esa comida al frente mío nunca más... Váyanse de mi casa - susurró para alejarse de la sala y encerrarse en su habitación.

Todos suspiraron cuando escucharon el portazo que dio el castaño. Miraron el piso donde se encontraba en plato roto y la lasaña esparcida por el lugar.







Dos días después

- Yibo, tienes que descansar amigo - habló HaoXuan dulcemente sentándose a un lado del menor.

- Yibo cariño, ven a dormir un rato, lo necesitas.

- Jie tiene razón, si sigues así vas a morir por falta de sueño que de comida y agua.

Yibo al escuchar esto fue girando su cabeza poco a poco hasta que su mirada se concentró en Jack.

- ¿Morir? - preguntó en un susurro de voz.

- Vamos Bodi descansa un poco, pequeño - pidió Tao tomando el hombro de su amigo.

Con un poco de fuerza lograron hacer que el castaño se acostara en el sofá, Yibo mantenía sus ojos abiertos de par en par, pero no dormía, solo miraba al techo sin decir una sola palabra. Yang le hizo una seña al mayordomo de la casa, HaoXuan se acercó al igual que todos, Yibo al notar lo raro que estaba el ambiente, miró a sus amigos, estos se abalanzaron encima de él impidiéndole moverse, lo próximo que sintió fue un pinchazo en su brazo y un líquido correr por su extremidad.

 Tú Eres Mi Papi  ▪︎  [YiZhan]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora