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Yibo se había levantado con el sonido de la fastidiosa alarma que le indicaba que un nuevo día lleno de estrés y cansancio le esperaba con los brazos abiertos. Se paró de la cama y fue a darse un baño. Un par de minutos y una vez listo, salió de su cuarto y al llegar a la cocina se encontró con MeiWen y Zhan terminando de desayunar.

— Hola papi.

— Hola mocosa. ¿Ya estás lista? — preguntó poniéndose el saco.

— Sip, voy por mis cosas — la niña se levantó y fue a su habitación.

Terminó de arregla su traje y caminó hasta la nevera donde sacó una de sus tantas bebidas energéticas, no sabía por qué, pero sentía que un simple café no lo mantendría al cien para el día ajetreado que tendría, puesto que, solo con ver su agenda, ya se había cansado.

— ¿No vas a tomar tu café?

— No. Un café no me sirve para nada.

— Yibo-

— ¿Y ahora que hice? Es muy temprano y no quiero empezar mi día con otra pele-... ¿Acabas de llamarme  Yibo? — preguntó confundido y analizando las palabras que había oído, pero no hubo respuesta a su pregunta.

— No cenaste ayer ni el día anterior y ahora ni siquiera vas a tomar tu café para tomar esa cosa — señaló la lata de abierta en la mano del castaño. — Sé que estás enojado, pero hay que tratar de no pelear y llevarnos bien al menos frente a la niña-

— ¿Acaso... Acaso esto es una broma? — preguntó con una mueca de sonrisa. — Xiao Zhan... Yo, soy el que trata de no pelear, pero tú, eres el que se empeña en reclamarme en cuanto llego a casa, ni siquiera me dejas quitar el saco, ni siquiera me dejas entrar bien a mi propia casa. A ti es a quien no le importa pelear frente a la niña, ayer comenzaste a gritarme en cuanto me viste y no te preocupaste en si ella se asustaba con tus gritos... Yo no quiero pelear Xiao, es lo que más detesto, pelear con otra persona a menos que sea discutiendo en mi trabajo por algún error cometido... Toda mi vida he escuchado ese tipo de comentarios, así que los acepto viniendo de ti, incluso los golpes los acepto, y no me va a importar, pero si vas a reclamarme por todo y por nada... Asegúrate que seas tan perfecto que yo no tenga cómo diablos decir que te equivocas... Llegaré tarde así que dile a Mei que no me espere y se valla a dormir — nuevamente esa mirada filosa estaba allí.

— Ya estoy — dijo la pequeña llegando con su mochila en su espalda.

— En un momento nos vamos pequeña — habló Zhan.

— Nos vemos mocosa.

— Nos vemos papi.

Yibo tomó sus cosas y salió del departamento dejando a Zhan sólo con la niña.

El pelinegro suspiró. Dejó todo limpio antes de irse, bajaron al estacionamiento, se subió a su auto junto con la niña y condujo hasta la escuela en la que impartía clases.

Al llegar se encontró con su mejor amigo en su oficina.

— Zhan. ¿ella es MeiWen? — señaló a la pequeña.

— Sí, ella es.

— Buenos días — hizo una reverencia.

— Buenos días pequeña. Bienvenida... Vamos para que conozca tu salón, y Zhan, te esperan en el salón de reuniones.

— Pequeña, vas a conocer a tus nuevos amigos. Yo voy a dar clases, así que nos vemos en unas horas ¿sí? — la pequeña asintió y se separaron.

MeiWen entró a un salón y Han habló con la nueva maestra a cargo de la niña, la dejó allí y el regresó a su oficina.








 Tú Eres Mi Papi  ▪︎  [YiZhan]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora