Tú Eres Mi Papi ▪︎ [YiZhan]

07 / 2 (Final)

— Quien diría que tu madre era una de las mujeres más ricas del mundo — habló el rubio con burla.

— ¿Me dejas trabajar? — respondió con algo de fastidio en su tono.

— Uy, alguien no amaneció de buenas — dijo el rubio rodando sus ojos.

— Cállate.

— Anda a callar a otro, a mí no me callas.

Yibo no respondió concentrándose en la pantalla de su computador.

— ¿Qué haces? — preguntó acercándose. — ¿Por qué quieres transferir dinero a una cuenta extranjera? — preguntó leyendo el correo que estaba redactando.

— Tengo alguien que me va a ayudar con algo.

— ¡¿Vamos a matarlos?!

— Parecido.

— Bueno, no eres tan idiota como pensaba — y esta vez fue Yibo quien rodó los ojos.

— Son solo pedazos de papel, ¿Por qué todo el mundo pelea por él? — susurró para sí mismo.

— Wang, esos pedazos de papel por el que todo el mundo pelea, te da poder, mientras más tengas, más poderoso eres, mientras tengas, nadie te puede poner un dedo encima, el dinero te lo da todo, alcohol, drogas, jerarquía, armas, ambición, viajes, ropa... No tener dinero, no te da nada... — hizo una pausa. — Te quita a tu familia — terminó por decir.

Yibo levantó la mirada de su computador y pudo ver como el rubio mantenía su vista pegada a la ventana.

— Yo también tenía una familia Wang... Tenía un hermano de tres años... cuando tenía quince yo regresaba a casa, eran las cuatro de la madrugada, yo terminaba de trabajar... Mi casa estaba en un barrio muy malo, no teníamos dinero pero el amor y un plato de comida sobre la mesa para mi hermano y para mí nunca faltaba... Ese mañana, cuando abrí la puerta principal encontré a mis padres muertos y una nota que decía "deuda cancelada" — hablaba mientras su vista no se despegaba de la ventana.

— ¿Y... y tú hermano? — preguntó, aun sabiendo la respuesta preguntó.

— Dos semanas después... encontraron el cuerpo de mi hermano en el río envuelto en fundas de basura — Yibo bajó su mirada y apretó sus labios.

No sabía que historia era la peor, si la suya o la de Wangji, solo sabía que al igual que él, ambos habían sufrido, y ambos tenían algo en común.

— ¿Qué pasó con los que... mataron a tu familia?

— ¿Tú qué crees que pasó? —respondió con una pequeña sonrisa y un sutil tono de diversión, para volver a mirar al castaño.

— Escucha algo Wang... cuando la cólera y la venganza se casan, su hija es la crueldad — dijo seriamente.

Yibo asintió lentamente y soltó un suspiro.

— Ya veo... también tienes una historia.

— Claro que la tengo idiota.

Ambos se sumieron en el silencio hasta que Yibo habló.

— Bien... iremos a Italia, prepara tus maletas.

— ¿Has pensado en lo de tu padre?

— Lo hice... por ahora lo dejaré en paz, primero me construiré a mí mismo, empezaré a ganar en su terreno y confianza, cuando lo tenga donde lo quiero, lo encerraré en un lugar que le encantará.

— ¿Encerrar?, ¡¿no lo vamos a matar también?! — Yibo negó.

— Todo el mundo sospechará que fui yo... Soy el cerebro, tú la fuerza, así que obedece al cerebro, no mataremos, solo... solo vamos a hablar.