Tú Eres Mi Papi ▪︎ [YiZhan]

Final

Los días pasaban y Yibo no despertaba, los doctores le habían dicho que estaba fuera de peligro, pero, ¿por qué no había despertado todavía?, debía haberlo hecho hace un tiempo, pero aún no lo hacía y ya habían pasado de dos semanas. Y aunque estaba preocupado por el castaño, también lo había estado por sus guardaespaldas, lo cuales se habían recuperado de manera correcta en pocos días.

Su pequeña y él habían desarrollado una especie de rutina, dormían en casa, de la casa a la escuela y trabajo y de la escuela y trabajo iban al hospital. Hoy iba a ser la excepción, Zhan había llamado a Jack para saber si podía cuidar de la pequeña y recibió una respuesta afirmativa.

Zhan se encontraba en camino a la cárcel, quería resolver todo de una vez por todas, quería paz para él y para su familia, y no la encontraría hasta que no aclarara la situación. Al cabo de unos minutos llegó al lugar e hizo todos los procedimientos para poder hablar con un reo, lo pasaron a una sala que estaba completamente vacía a excepción de los guardias.

Esperó en la sala hasta que, al poco tiempo, un guardia entró a la sala con un prisionero, le quitó las esposas y lo hizo sentar frente al pelinegro.

— Zhan... no pensé que serías tú el que me visitaría — dijo el hombre con media sonrisa.

— Señor Wang, solo quiero hablar y aclarar las cosas... pero primero quiero saber, ¿por qué hizo eso? — su mirada era fría.

— ¿De qué hablas?

— Por favor señor, no nos hagamos los que no sabemos, ¿por qué ayudó a esa mujer? — se notó la incomodidad en los movimientos del hombre.

— Me imagino que ya se enteró de que intentaron matarnos ¿no? — su expresión cambió y miró a Zhan a los ojos.

— Yo no tengo nada que ver en eso, lo juro. No mandaría a matar a mi hijo, es mi hijo.

— Pero si mandó a matar a su hija de seis años y a su esposa, y si Yibo nunca se hubiera ido de casa es día, probablemente él también hubiera muerto junto con ellas, ¿me equivoco? - al ver el rostro de Daan sonrió.

— No sea hipócrita señor Wang, o ¿debería decir señor Yen? — preguntó mirándolo a los ojos.

— ¿C-cómo-

— Lo sé todo. ¿Enserio la vida de dos personas valían menos que esa empresa? Era su hija, era su esposa, eran su familia, pero creo que eso nunca le importó ¿verdad? Solo quería dinero y poder, a lo mejor en algún momento fue un buen padre, su propio hijo lo dijo, pero enserio me da tanta pena. Nunca la amo y siempre tuvo a otra, si no la quería por qué no simplemente la dejó vivir en paz con sus hijos, ahora mismo ella estaría viendo a su nieta crecer, ahora mismo MeiLeng estuviera estudiando el colegio, ahora mismo Yibo estuviera feliz y tranquilo con su familia. Pero claro... El dinero es mucho mejor que tener una bonita familia, una esposa que lo ame e hijos que lo admiren y lo llenen de amor hasta el último día de su vida... Cambiar su nombre, casarse con ella por interés y engañarla más de diecinueve años, todo por dinero y estatus... — hizo una pausa al ver como los ojos del hombre comenzaban a llenarse de lágrimas.

Había dado en el clavo, quería que ese hombre se arrepintiera de todo, y aunque tal vez no era los correcto, quería causarle un dolor emocional tan fuerte, que en solo pensar que iría a pedir perdón de rodillas, lo hacía suspirar relajado.

— Vine... Vine para darle las noticias. Su mujer y su sobrina pasarán muchos años en la prisión, en cuanto a usted, cuando salga, que dudo que sea pronto, deberá arreglárselas para sobrevivir.

— ¿Qué?, no, es-es imposible. Yo esa compañía la lideré todo este tiempo-

— Eso, debió pensarlo antes de tomar a su propio hijo como un esclavo para una compañía de la que ni siquiera se hace cargo, para generar cantidades muy grandes de dinero y usarlo a su placer. Yibo no es una pieza en un tablero de ajedrez que puede manejar como se le da la regalada gana... Se le quitó todo, las empresas Wang ya no tienen ningún tipo de vinculación con usted o su mujer, por voto de todos los directivos, orden del dueño de todo, usted queda totalmente desligado de cualquier evento, proyecto, acción o decisión que tenga que ver con las empresas y con la familia Wang... Ya no tiene nada así que será mejor que participe del programa de reintegración... Él tenía razón, nunca debí confiar en usted. Espero que algún día su propia conciencia lo atormente por todo lo malo que le hizo a su familia, por todo los problemas que le causó a Yibo, por cómo lo orilló a hacer cosas que no quería, por como lo obligó a actuar como usted quería, y por como lo obligó a sufrir en silencio, solo... Con permiso — Zhan se levantó de la silla y caminó hasta la salida, se sentía demasiado bien.