— ¿Cómo va?
— Todo va bien, aún nos preparamos.
— ¿Cuánto tengo que esperar?
— Para el domingo en la noche todo estará listo y podremos empezar.
— Domingo... Ya es sábado, ¿no pudiste decir mañana? Quiero que esta vuelta salga perfecta, sino... ya sabes, tengo una información que a la policía le interesara.
— No se preocupe, entendido a lo que se refiere, todo saldrá bien.
— Eso espero.
— ¡YIBOO!
— ¡Ya voy!
— ¡Apúrate, se hace tarde! — dijo cuándo vio salir al castaño con una mochila de mano.
— Lo siento, no encontraba mi laptop, vamos — dijo montándose en la camioneta del pelinegro.
— Pero si la dejé en tu oficina — comenzó a avanzar.
— Pues sí, pero había puesto unos documentos encima y quedó sepultada en esa montaña — dijo tirando su cabeza para atrás.
— El hotel en el que se van a quedar, ¿es bueno?
— Dijo Lay que el dueño es con quien tenemos la reunión, ya te imaginas como será.
— Muy bueno — Yibo sonrió y asintió con la cabeza para darle la razón.
Nadie dijo nada más durante el recorrido, iban sumidos en un silencio cómodo para ambos, hasta que el castaño giró un poco su cabeza y clavó su mirada en el perfecto perfil de su esposo.
— Ya sé que estoy guapo, pero deja de mirarme así, ¿Qué estás pensando? — dijo el pelinegro sin quitar la vista del camino.
— Estoy pensando en cuantos padres solteros te mirarán y se acercarán a pedir el número de mi esposo — suspiró.
— Fácil, les doy el número de mi esposo porque paso muy ocupado en el trabajo como para tener citas y cualquier cosa que te llamen a ti — Yibo rió ante el comentario del menor.
— Zhan, ¿alguna vez imaginaste que estarías casado conmigo?
— Pues, imaginé que algún día me casaría y tendría una familia, sí, pero no contigo. Enserio Yibo, eras como una patada en las bolas, cada que escuchaba la campana de la cafetería rogaba que no fueras tú... pero mírame ahora — le enseño la mano con el anillo.
— De todos modos, no fuiste la persona que creía que eras, terminaste siendo mejor, sé que ya no quieres escuchar esto, pero... enserio lamento haberte tratado como te traté por lo de Mei, al menos debí escucharte una vez, y no gritarte por cada mínimo de detalle, no sé cómo tuviste la paciencia para aguantarme. Perdóname ¿sí? — dijo mirándolo.
— ¿Recuerdas esa pelea que tuvimos en la que te dije que no podía pelear con las personas que amo? — Zhan asintió.
— No tengo nada que perdonarte, por un lado, me lo tenía merecido por ser tan patán. Pero, no me gusta pelear, por la simple razón de que cuando estoy enojado digo cosas que en realidad no quiero decir, puedo llegar a ser muy cruel con mis palabras y no quiero herir a las personas que son importantes para mí, es por eso que siempre te ignoraba y te dejaba con la palabra en la boca. La última vez que vi a mi madre le grité y dije cosas que la hirieron, luego me fui reventando en coraje y cuando llegué, ella ya se había ido. No quiero que algo como eso vuelva a pasar, esta vez no me lo perdonaría por nada en el mundo.
— Por eso nunca salías del departamento y siempre te encerrabas en tu habitación — Yibo asintió.
— Si me voy de casa enojado y algo llega a pasarles mientras no estoy... — comenzó a negar con la cabeza al no encontrar las palabras. — Creo que ese día el mundo conocerá de lo que soy capaz de hacer... — dijo con seriedad para luego cambiar su tono de voz a uno un poco más agudo. — Y de paso me mato también porqué no.
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Tú Eres Mi Papi ▪︎ [YiZhan]
FanfictionWang Yibo vivía su vida como quería, siendo desenfrenado e irresponsable, o eso la gente creía y eso la gente decía. Un hombre que no mostraba preocupación alguna a otra cosa que no fuera su trabajo, aparentemente. Pero él suficientemente tenía con...