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Yibo había llegado a su oficina y rápidamente había realizado un par de llamadas, ahora se encontraba guardando cuidadosamente una copia de todos los documentos de MeiWen.

— Lay.

¿Sí señor?

— ¿Puedes venir un momento, por favor?

Enseguida estoy ahí señor.

— Gracias.

Y dejó de presionar la tecla del teléfono y siguió con lo que estaba haciendo, tan solo un par de segundos después, la puerta se abrió dejando ver a su impecable secretario entrando y acercándose a él.

"¿Estás seguro de lo que vas a hacer?"

"Tengo otra oportunidad de hacer mejor las cosas... Voy a hacerlo"

— ¿Necesita algo señor?

— Sí. Por favor enviar estos documentos por mí.

Le entregó una carpeta azul y una nota con la dirección a la que debía enviar aquellos papeles.

— ¿R.Y.M? ¿La escuela de artes?... No creo que tengamos pendientes con esa institución señor.

— Es algo más personal... No tiene nada que ver con la empresa, iba a hacerlo yo mismo, pero aún no he podido desocuparme, solo asegúrate que la reciba la directora de la escuela.

— En este mismo momento lo hago... Eh... ¿Señor? — llamó con inseguridad.

— Mhn — respondió mirando su computador.

— Sé perfectamente que a usted no le gusta que le hable de este tema, pero, su padre me pidió que le avisara sobre la cena que hará mañana por-

— Dile que no voy a ir.

— Ya lo sé señor, yo sé lo dije, pero me insistió en que vuelva a preguntarle. Aún quiere saber si irá par-

— Ya te estoy diciendo la respuesta. Mañana voy a estar ocupado.

— De acuerdo señor. Con permiso — el joven salió de la oficina dejando a Yibo solo y con ganas de irse a un lugar muy lejos.








Luego de unas horas su teléfono comenzó a sonar, miró el identificador y contestó enseguida.

— Señorita Cao. ¿A qué debo su llamada?

Joven Wang, disculpe por molestarlo sé que debe de estar ocupado, pero le llamo para preguntarle si puede venir a firmar algunos documentos, para tramitar todo el trámite y tenerlo listo para hoy mismo.

— Sí claro, en unos minutos estoy allá para tener todo listo.

Perfecto joven, lo estaré esperando, que tenga buen día.

— Igualmente — colgó la llamada y dejó su teléfono sobre la mesa.

Se paró de su escritorio y salió de su oficina y se acercó a su secretario.

— Lay... Voy a atender unos asuntos, vuelvo en una hora, cualquier cosa me llamas.

— Sí, señor.

Caminó hasta salir de la empresa, llegar a su auto, y emprender su camino a la institución. Al cabo de unos minutos llegó al estacionamiento, dejó su auto aparcado y entró.

Caminó hasta la oficina de dirección, mientras lo hacía las miradas de algunas jovencitas no se apartaban de él, pues su presencia llamaba mucho la atención. Al llegar a la oficina lo recibió una mujer muy elegante sentada detrás del escritorio.

— Joven Yibo — saludó con una sonrisa.

— Señorita Cao — sonrió.

— Cada vez se parece más a su madre — sonrió con nostalgia.

Yibo suspiró regalando una leve sonrisa a la mujer, y esta suspiró igual.

— Tome asiento por favor. Estos son los documentos que tiene que firmar — dijo abriendo una carpeta y poniéndola frente a él.

El castaño tomó asiento y tomó la carpeta para comenzar a leer rápidamente, algunos minutos después ya se encontraba firmando.

— Aquí tiene — habló entregándole la carpeta.

— Perfecto... Esto es todo, si quiere, mañana mismo puede traer a la niña, puede pasar por las oficinas de administración, ya he hablado para que le entreguen los uniformes y materiales de la pequeña.

— Se lo agradezco mucho señorita Cao, pero la traeré el miércoles — se paró para hacer una reverencia.

— Aiyo, joven Yibo no es problema, ustedes hicieron mucho por mí, es lo menos que puedo hacer, y ya no debería llamarme señorita, ya no estoy tan joven — la mujer rió.

— Para mí siempre será la señorita Cao, así que acostumbrase a escucharlo y sobre todo más ahora que posiblemente me va a tener muy seguido por aquí —dijo alzando una ceja de manera juguetona.

— Ay joven, usted nunca cambiará — la mujer rió.

— De nuevo gracias. Me gustaría quedarme a conversar con usted, pero he dejado algunos asuntos que atender y debo volver.

— No sé preocupe joven, usted vaya tranquilo.

El castaño hizo una reverencia y le sonrió por última vez, para luego salir de la oficina y caminar hasta administración, al llegar al lugar una de las mujeres que trabajaban ahí lo reconoció.

— Señor Wang... La directora nos pidió que le entreguemos un kit para una niña de cinco años, ya lo tenemos listo así que... Aquí tiene — puso una funda con uniformes muy bien empacados y una caja sellada con el logo de la institución sobre el mesón que los separaba.

— Muchas gracias — tomó la caja y las fundas, y salió de la escuela.

Al llegar a su auto acomodó las cosas en el asiento del copiloto con cuidado de no estropear los uniformes y condujo de nuevo a la empresa. Antes de entrar al edificio soltó un muy largo suspiro e ingresó a su vida de empresario nuevamente.










En la cafetería, Zhan atendía a los proveedores cuando uno de sus empleados lo llamó diciendo que alguien lo estaba llamado a su teléfono. El pelinegro se disculpó con los hombres y fue hasta la cocina para agarrar su teléfono y contestar la llamada.

Xiao Zhan.

Señor Wang, buenas tardes.

Buenas tardes Zhan, llamaba para decirte que mañana será el cumpleaños de Yibo y quiero organizar una cena familiar, pero quiero que también estés tú y mi nieta.

— Claro señor sería un placer.

Quiero que sea una sorpresa para él ya que desde hace un tiempo detesta su cumpleaños y no le gusta celebrarlo, y ya me dijo que no, pero no acepto un no como respuesta así que la haremos en su departamento. ¿Qué te parece?

— No p confíes tanto en mi padre... No es la personas que piensas que es

Con ese recuerdo la sonrisa que tenía se borró de a poco.

— Amm... no lo sé señor, si Yibo ya dijo que no creo que no sería adecuado hacerlo.

— Zhan, es mi hijo, quiero que disfrute de su cumpleaños como cuando era un miño. De todos modos quiero hacerlo, quiero que Mei conozca a alguien y también tengo que dar una noticia, estaré mañana a eso de las siete en el departamento de Yibo, y no te preocupes por la comida, yo me encargaré.

— D-de acuerdo — y la llamada se cortó

No estaba muy seguro de eso, puesto que le había quedado muy en claro la frase de "Él lo dice por algo", y no sabía muy bien en qué mismo creer, pero decidió irse por confiar en el castaño, sus actitudes no eran las correctas y no le denotaban extrema  confianza, pero algo le decía que él sabía que algo iba a pasar y por eso actuaba de esa manera, o eso quería creer, pues, después la tranquila charla que tuvieron la noche anterior le dejó claras algunas cosas, y más preguntas que respuestas.












 Tú Eres Mi Papi  ▪︎  [YiZhan]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora