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Se sentía cansado, sí, se sentía demasiado agotado y sin energía, como si dormir no hiciera el más mínimo efecto en él, y cómo no, si pasaba más tiempo encerrado en su habitación o universidad estudiando que descansando.
Ya habían pasado varios meses, más bien, estaba a punto de pasar el primer año desde que se había iniciado la carrera. Todo se le hacía tan pesado y agotador que en ocasiones solo quería tirarse a su cama y dormir una muy larga siesta. Pero aparte de la universidad también se encargaba de complacer a su padre asistiendo a reuniones y eventos en su nombre, hablando con gente con la que ni siquiera quería hablar, asistiendo a todo tipo de clases extras a petición de su padre, pero todo tenía un propósito, no podía solo quejarse.

Caminaba a paso lento para llegar a su casa, a pesar de todo el dinero de sus padres, no tenían la gran mansión que muchos pensaban, no la tenían, era una casa modesta, de dos plantas, un poco grande sí, pero no era una mansión. Llegó a la entrada y lo primero que vio al abrir la puerta fue a su madre y hermana en la sala viendo una película. Dejó caer su mochila al piso y el ruido alertó a las dos mujeres las cuales voltearon a mirarlo.

— Gege.

— Hijo, te ves cansado.

Yibo suspiró, caminó hasta el gran sofá y se dejó caer con los brazos abiertos.

— Hola. No voy a cenar hoy mamá... Solo voy a dormir — dijo acomodándose mejor en el sillón con su voz adormilada.

RuiQuin miró a su hija y esta le regresó la mirada.

— Gege no ha dormido porque tenía que estudiar para sus exámenes mami.

— Yibo... Cariño, ve a descansar a tu cuarto, ¿Mhn? — dijo tocando el brazo de su hijo, pero este no respondió, simplemente asintió acomodándose mejor.

La mujer suspiró y se levantó para tomar la manta que había estado usando con su hija, la extendió sobre el castaño y sonrió con tristeza.

— Mami, ¿Gege está así por mi culpa verdad? — preguntó la menor.

— No cariño. Gege solo está cansado, sabes que él se esfuerza mucho por obtener buenas notas.

— Mami... Gege no estuviera así si no fuera por papá. Él es malo, no nos quiere y por eso hace que Gege haga todo lo que quiere.

— ¿De qué hablas cielo?, papá no es malo y claro que los quier-

— No mami. Él no nos quiere. Gege también lo sabe, papá no nos quiere y nos dimos cuenta solos de-

— Mamá, ¿Podrías traerme una pastilla para el dolor de cabeza por favor? — la mujer volteó a mirar y vio a Yibo sentándose.

— ¿Te siente bien cariño? — preguntó acercándose.

— Mhn. Solo me duele la cabeza, creo que no he estado durmiendo bien — habló con ligera sonrisa.

— Pero no puedes tomar medicamentos con el estómago vacío, voy a prepararte algo rápido y luego tomas la pastilla. Ve a darte un baño primero, ¿de acuerdo?

— Mhn. Gracias mamá — Yibo vio a su irse a la cocina y en cuanto desapareció de su rango de visión pasó su mirada a su hermana.

Wang MeiLeng, tú y yo hablamos de ese tema — reprochó en voz baja.

Pero es que papá te obliga a-

Mei, aquí no importa papá, y tampoco me obliga a nada... Aquí solo importa mamá. Quedamos de acuerdo en que yo le diría lo que está pasando, ¿en qué estabas pensando al contarle?

Llevas diciendo eso desde hace muchas semanas y aún no lo has hecho Gege.

Sabes que he estado ocupado Mei, se lo diré pronto. Aparte, en este tiempo estuve buscando información para no regarla, pero tú quédate en silencio ¿de acuerdo? Papá no puede saber que nosotros sabíamos.

 Tú Eres Mi Papi  ▪︎  [YiZhan]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora