Tú Eres Mi Papi ▪︎ [YiZhan]

19

Padre e hija habían comprado la cena y unos cuantos dulces que se comieron en el camino de regreso a casa. Ambos caminaban hacia la puerta de su casa, mientras se empujaban a modo de juego. Y se puso a pensarlo. Sí. Definitivamente era una costumbre que no iba a dejar nunca, ni siquiera con su hija quien le había seguido el juego empujándolo de igual manera mientras reían, trayendo consigo, grandes y hermosos recuerdos.

Al llegar a la puerta de su departamento, Yibo cerró sus ojos y suspiró mentalizando para lo que sea que le esperara, entraron y lo primero que escuchó, fueron los gritos de Zhan.

— ¡¿PERO QUE PASÓ?! ¡Mei mi amor, ¿Estás bien?! — dijo revisando la frente de la pequeña.

Yibo cerró sus ojos e hizo una mueca mientras agachaba su cabeza.

— ¡¿QUE FUE LO QUE PASÓ?! — gritó al ver la camiseta Blanca de Yibo teñida de rojo, puesto que se había olvidado de abrochar la camiseta cuando salieron del ascensor.

— Fue un accidente-

— ¡ESTO ES EL COLMO WANG! ¡ENSERIO NO PUEDES NI SIQUIERA CUIDAR DE UNA NIÑA! ¡ERES UN IRRESPONSABLE! ¡DEBISTE PONERLE CUIDADO-

— Ya te dije que fue un accidente. Fui comprar agua y ella se puso a patinar y-

— ¡¿LA LLEVASTE A PATINAR?! ¡TIENE CINCO AÑOS!

— ¡¿Me dejas explicar cómo pasaron las cosas?! — habló irritado, había tenido un muy buen día, no quería que se terminara de arruinar.

— ¡LA TRABAJADORA SOCIAL VENDRA EN UNAS SEMANAS! ¡¿COMO LE VAS A EXPLICAR LA CICATRIZ EN SU FRENTE?! — Yibo cansado se acercó a la mesa y dejó la funda de comida sobre ella, y dejó el estuche con la protección de Mei y sus patinetas en una esquina.

Se acercó a la pequeña y le tomó las manos al ver sus ojitos llorosos.

— Te están gritando por mi culpa — susurró solo con la intención que el castaño la escuchara, debido a que Zhan estaba reventando en ira.

— No es tu culpa mocosa. Voy a ver los regalos de tus tíos ¿de acuerdo? — susurró dándole una pequeña caricia en la mejilla y la pequeña asintió.

Salió del departamento bajo la mirada de fuego que le daba Zhan.

Xiao Zhan se sentó en el sillón e hizo que la pequeña se sentara frente a él, comenzó a revisar la herida ya curada de la niña y suspiró.

— Es un irresponsable... Y yo que pensaba disculparme — se quedaron unos minutos en silencio en silencio hasta que la pequeña habló.

— Fue mi culpa

— ¿Qué? — nuevamente hubo silencio.

— Papi me dijo que me quedara sentada y lo esperara porque fue a comprar agua para mí porque la tomamos toda, pero yo no hice caso... Ya no le grites a papi, grítame a mí, es mi culpa-

— Ya te dije que no es tu culpa — dijo Yibo entrando con una enorme caja, una mochila en sus hombros.

Dejó, dejó la caja en el piso y se quitó su mochila poniéndola en el sofá. Abrió la caja, sacó el enorme peluche y lo llevó hasta el cuarto de la menor junto con otras bolsas de regalos.

— ¿Qué es todo eso?

— Me lo dieron mis tíos. Compraron muchos regalos para mí — dijo triste.

Yibo regresó a la sala y estiró su mano hacia la pequeña.

— Vamos a bañarte.

— Yo lo hago — dijo Zhan con molestia.