Tú Eres Mi Papi ▪︎ [YiZhan]

04

Xiao Zhan al ver un número de contacto, tomó su teléfono y marcó al número escrito en la hoja.
Una, dos, tres, cinco, diez... Sea quien sea el tutor, no contestó ni una sola vez, no sabía qué hacer, pero no podía dejar a la pequeña sola y tenía a la idea de dejarla en una estación de policía.

— ¿Cómo te llamas pequeña? — preguntó con una pequeña sonrisa.

— MeiWen — dijo algo tímida.

— MeiWen. Pero que nombre tan hermoso, igual que tu pequeña... ¿Cuántos años tienes?

— Así — le enseñó los cinco dedos de su manita y sonrió.

— ¿Cinco años? — la niña asintió. — Pero vaya, ya eres una niña grande... Pequeña ya llamé a tu papi, pero no contesta, ¿sabes dónde está tu mamá?

— Se fue con ese señor malo.

— ¿Y te dejo solita? — la pequeña asintió mientras jugaba con sus deditos.

— ¿Y tu papá? — la pequeña alzó su cabecita con tristeza.

— Se fue a su tra-trabajo... Papi es malo conmigo — dijo con sus ojitos al borde las lágrimas.

— No llores bebé... ¿Hagamos algo sí?... Mmm. ¿Qué tal si te llevo a mi casa y mañana vemos como le hacemos para llamar tu papi? ¿Te parece? — preguntó, la niña dudó un poco, pero asintió.

Guardó las cosas de la pequeña y tomó sus cosas también, salió del local con la pequeña y lo cerró. Se agachó y cargó a la niña hasta su auto. Condujo hasta el centro comercial y bajó con ella en sus brazos.

— No tengo ropa para tu talla, así que vamos a comprarte algo bonito — la pequeña no dijo nada, simplemente se dedicó a mirar todo a su alrededor.

Luego de unos minutos Zhan salió del lugar con la ropa y algunas cosas para la niña.

La metió a su auto, se aseguró de que tenga bien puesto el cinturón de seguridad y se montó en para poder irse.

Al cabo de unos minutos más, Zhan había llegado a su departamento, bajó a la niña de sus brazos y abrió la puerta para que pasara. MeiWen entró con algo de temor, y al ver como el gato de Zhan se le acercaba se escondió detrás de las piernas del más alto. Este río y se agachó a su altura.

— No tienes por qué tener miedo pequeña, no te hará daño, es mi gatita... Ven, salúdala — Zhan acercó la manita de la pequeña a su gata y esta se le acercó a la pequeña, provocando que esta riera.

Con un poco más de confianza MeiWen persiguió al animalito hasta el sofá, se subió y se quedó sentada acariciándola.

— Voy a preparar algo rico para comer, aquí te dejo tu mochila con tus cosas... Y ten.

— ¿Para mí? — preguntó la niña con brillo en sus ojos.

— Claro que es para ti cielo. ¿Acaso ves a otra niña con ojitos bonitos por aquí?... Vi que ya habías acabado tu libro y tus crayones ya estaban gastados, así que te compré estos — le entregó dos libros para colorear un poco más gruesos de los que cargaba y una caja con el doble de crayones.

La pequeña solo miró, sin saber si tomar o no el regalo, Zhan se dio cuenta de esto y sonrió con empatía.

— No tengas miedo, los compré para ti. Pintas muy bonito y te compré otros para que sigas pintando — la menor los tomó con una hermosa sonrisa plasmada en su carita.

Fue ahí cuando Zhan pensó. Hay tantas personas que anhelan tener un hijo, mientras que hay otros que los abandonan y simplemente no los quieren, como los padres de esta pequeña. Negó con su cabeza tratando de olvidar ese pensamiento.

Se levantó a cocinar algo para los dos y cuando estuvo listo, fue ver a la pequeña.

— ¡Mire señor! — le enseñó su dibujo pintado con sus nuevas cosas.

— ¡Está hermoso, cielo! Y no me llames señor, puedes decirme, Zhan, Gege, o Zhan-ge.

— ¿Papi? — aquello dejó helado a Zhan y sin saber cómo responder.

— No mi pequeña, yo no soy tu papi, pero como me gustaría serlo, eres una niña muy hermosa — sonrió y acarició el pelo de la pequeña.

— Ven aquí, hay que darnos una ducha antes de ir a comer — la tomó en sus brazos y la llevó hasta su habitación.

Allí le quitó los zapatos, las medias y la chaqueta. La metió al baño y llenó la tina.

— Espérame aquí — salió del baño y los segundos volvió a entrar con una bolsa en las manos.

De allí sacó un jabón y Shampoo especialmente para ella.

— Mira esto — sacó una burbuja de jabón del tamaño de su mano y la tiró a la tina.

— ¡Un arcoíris! — dijo la pequeña emocionada y Zhan rió.

— Ven... A bañarse — le terminó de sacar la ropa y la metió a la tina.

Sentía que estaba en sueño, siempre imaginó, el cómo se sentiría ser padre, ahora por un momento podía sentir aquella sensación que siempre imaginó.

Entre risas y juegos Zhan terminó de bañar a MeiWen la envolvió en una toalla y la llevó hasta su cama, la vistió con el pijama que había comprado y la llevó hasta el comedor. Le sirvió la comida a Mei y a su gatita, para luego tomar asiento frente a ella y comenzar a comer.

— Mei... ¿Tú vas a la escuela? — la niña negó con algo de tristeza.

— ¿Por qué no cielo?

— Mamá decía... Que era gastar, dinero.

— Pero estudiar es un derecho, no puedes no estudiar... ¿Y tu papi qué dice?

— Papi no me quiere.

— No digas eso pequeña, todos los papás quieren a sus hijos — tomó la manito de la pequeña y le dio una sonrisa.

— ¿Tú me quieres? — preguntó inocente.

— Claro que te quiero pequeña... Mañana cuando hablemos con tu papi, le voy a pedir que me deje visitarte y salimos a divertirnos.

— ¡¿Enserio?!

— Sí, y saldremos al parque. ¿Y sabes qué? Te llevaré a visitar a la escuela donde doy clases. ¿Y

e parece bien?

— ¡¿Y voy a pintar?!

— ¡Claro que sí, yo te enseñaré y conocerás a más niños que también les guste pintar! — sonrió.

La niña se bajó de su silla emocionada y se acercó al mayor, este la sentó en sus piernas y la niña lo abrazó.

—Te quiero papi — quería corregirle, pero se sintió tan bien escuchar esa frase.

¿Cómo podían comenzar a querer a la pequeña? Era tan linda, tan tierna, tan inocente y pura, era un ángel, y por eso iba hacer lo que esté a su alcance para que el tutor de la pequeña le permitiera verla. Tenía la esperanza de que así fuera y si no se así, entonces se conformaría con haber pasado algo de tiempo con aquella pequeña y dulce niña..

— Ya es tarde y tenemos que ir a dormir.

Ambos se fueron a la cama del mayor y se acostaron a dormir. No sin antes que Zhan haya dejado lavado la ropa de la pequeña.