Harry colocó el primero de los plátanos junto al plato de desayuno de Malfoy.
Malfoy le dirigió una mirada curiosa.
— ¿De dónde has sacado esto?
—De las cocinas. —respondió Harry, evaluando el gran salón en busca de cualquier signo de problemas. Hermione había bajado antes para asegurarse de que nadie había intentado repetir la jugada. Todo parecía despejado, sólo la típica escena de estudiantes con ojos soñolientos, libros de texto y mochilas, lechuzas y algunas mascotas al azar.
—Por supuesto que sabrías dónde están las cocinas —dijo Malfoy con desdén—, ¿bajas allí a comer en condiciones cuando lo que se sirve a las masas no está a tu altura?
—Así es —dijo Harry más amistosamente de lo que se sentía en realidad después de la madrugada—, me considero mucho mejor que cualquier otro mago que haya vivido o que vaya a vivir y exijo un trato especial en cada oportunidad. Me has descubierto, Malfoy, bien hecho. Ahora, por favor, cómete el plátano.
Malfoy pareció tomarse un momento para escudriñar su rostro, luego sonrió y comenzó a pelar obedientemente la fruta.
— ¿Lo ves, Potter? Sabía que tenías sentido del humor escondido ahí, en algún lugar.
—Eres un imbécil. —refunfuñó Harry.
Malfoy se limitó a sonreír dulcemente y se llevó la punta del plátano entre los labios de forma obscena, antes de morderlo salvajemente de una forma que hizo que Harry se estremeciera.
Harry se ocupó de llenar su plato y el de Malfoy, preparándoles a ambos un té y sirviéndoles un poco de zumo de calabaza. Descubrió que le gustaba adelantarse a las indicaciones de Malfoy, le hacía sentir que tenía una ventaja en el extraño jueguito de ellos.
Al otro lado de la mesa, Neville y Millicent conversaban sobre la hierba gatera -Neville suponía que podía cultivar un poco en los invernaderos de Herbología y Millicent parecía bastante eufórica con esta noticia.
—Oh, Tartarus es adorable con la hierba gatera —decía la bruja—, algo en su expresión, Longbottom, es clásico, simplemente debes verlo.
Fue en ese momento cuando Harry sintió la leve presión del muslo de Malfoy contra el suyo. Harry se congeló. La mesa estaba ocupada, los bancos estaban abarrotados, pero siempre había suficiente espacio entre los estudiantes. Malfoy se había dirigido a Goyle para decirle algo mientras picoteaba el desayuno que Harry había servido. Era posible que fuera totalmente involuntario. Sí, muy posible. Harry no se apartó.
La presión aumentó: calor y músculos sólidos junto a los suyos. Harry tragó y correspondió el toque. Maravillosamente, Malfoy tampoco se apartó, sino que mantuvo el contacto constante entre sus cuerpos. Harry sintió que su corazón daba ese incómodo vuelco dentro de su pecho. No sabía cómo un simple contacto, posiblemente accidental, podía ser tan significativo, sólo sabía que lo era. Antes de que pudiera seguir analizando el momento, la directora McGonagall se puso en pie y el gran salón guardó un respetuoso silencio.
—Buenos días, alumnos —los saludó, con su voz fuerte y clara, tan clara como siempre—, espero que se hayan adaptado a su nueva rutina y que estén disfrutando de su curso aquí en Hogwarts tanto como nosotros disfrutamos instruyéndolos. Tenemos dos asuntos pendientes. En primer lugar, a pesar del retraso, nos complace presentarles a la nueva instructora de Defensa contra las Artes Oscuras que llegó anoche de su trabajo en Madagascar, la profesora Lucille Haberdash-Pewter.
Una figura vestida con una capa gris oscura, con una capucha que ensombrecía la mitad superior de su rostro, se puso de pie. Tenía una piel gris cenicienta y Harry no podía decir si la mujer era humana o sólo con apariencia humana.
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Un Camino A Seguir [ Harco ]
FanfictionDespués de que Malfoy sea atacado por unos miembros del E.D demasiado entusiastas, Harry se ve en la obligación de ayudarle a recuperarse. Malfoy no está especialmente contento con ello. Disclaimer Los personajes, lugares y hechizos, son propiedad...