Capítulo XLIV

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Era evidente que Draco nunca había estado en un automóvil. Harry tuvo que pasar por encima de Clark, quien estaba sentado en el centro, para mostrarle a su novio cómo se abrochaba el cinturón de seguridad.

- ¿Estás seguro de que esto es bastante seguro? -siseó Draco.

-No del todo, no -confesó Harry-, pero es todo lo que tenemos.

Draco le miró fijamente, sus ojos recorriendo la cabina y fijándose en el panel de la radio.

Clark señaló la manivela que salía del techo.

-Mi madre a veces se sostiene eso. -ofreció.

Draco les miró a los dos, diciéndoles con sus expresivos ojos que ciertamente no haría tal cosa.

***

Diez minutos más tarde, Draco estaba agarrado a la manilla, con un aspecto más que verde a la luz del atardecer. El viaje a Newham duró más de tres cuartos de hora en la menguante hora punta de tráfico. Harry pagó al taxista mientras Draco se balanceaba en la acera fuera de la vivienda de Clark. Draco parecía muy desubicado con su elegante capa de lana. Merlín, era un... mago, se encontró Harry pensando con desconcertante afecto. Redujo sus baúles para que cupieran en sus bolsillos y los tres entraron en el edificio y subieron las escaleras.

Clark vivía al final del pasillo, en el tercer piso. Metió la llave en la cerradura y abrió la puerta.

- ¿Mamá? -gritó.

El apartamento estaba oscuro y tenía un ligero olor a comida en mal estado. Se sonrojó con humillación cuando Harry y Draco le siguieron.

El piso estaba bastante ordenado, aunque deteriorado, pero también era silencioso. Harry examinó el linóleo desconchado y las paredes desconchadas. Las cortinas polvorientas no lograban ocultar del todo las luces de la calle. Draco hurgó en la cocina frunciendo el ceño ante los pequeños electrodomésticos mientras Clark revisaba las habitaciones. Salió sacudiendo la cabeza.

-Debemos haber cruzado nuestros objetivos -explicó, todavía forzando ese afecto casual que hacía que a Harry le doliera el corazón-. Probablemente está en King's Cross ahora, simplemente enloqueciendo. Estoy seguro de que volverá pronto a casa. Así que... Pueden, ah, irse. Estaré bien.

-No, estamos bien -dijo Harry-. No nos importa esperar hasta que ella llegue a casa. ¿Ustedes son amigos de sus vecinos? Podrías preguntarles si la han visto. ¿O tu madre tiene un móvil?

Clark negó con la cabeza, evidentemente demasiado molesto para hacer cualquier comentario sarcástico sobre el coste de los móviles.

- ¿Sabes, Clark? -dijo Harry, tratando de sonar alegre- Apuesto a que Draco nunca ha visto nada en la tele. Por qué no vemos algo.

- ¿Nunca? -Dijo Clark, sonando genuinamente sorprendido.

Draco levantó las manos.

-Nunca. Mi madre decía que pudría el cerebro de los muggles.

-Estoy seguro de que la mayoría de las madres dicen eso -rio Clark-. Bueno, quizá no la parte de los muggles. Vamos, te mostraré. Probablemente hay muchas películas de Navidad en estos días, o, no sé, ¿qué te gusta, Harry?

Harry no tenía mucho de lo cual escoger, hacía mucho tiempo que no veía la televisión, pero Clark no esperó su respuesta. Parecía entusiasmado por presentarle a Draco, y por su parte Malfoy demostró un genuino, aunque desconfiado, interés. Clark le mostró al mayor el mando a distancia y se rio cuando Draco casi saltó de su asiento cuando el aparato se encendió con un sonido.

Un Camino A Seguir [ Harco ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora