Capítulo XXXVIII

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—Bueno, íbamos a ir con los Wyverns, pero quizá deberíamos ir con Dead Meat. —comentó Clark con desazón. Estaba de pie junto a Harry, viendo cómo el equipo de Malfoy llegaba al campo en orden sincronizado, con sus capas púrpura oscuro ondeando victoriosamente al viento.

—Oh, levanta el ánimo, Clark —reprendió Harry—, la presentación no lo es todo —el propio equipo de Harry se acercaba, la mayoría a pie, con capas desparejadas y luciendo -salvo Fitz Hops, quien estaba implacablemente alegre- apropiadamente intimidado—. Muy bien, todos ustedes, formen un círculo. He oído que tienen un nombre de equipo. Excelente, ¿alguno de ustedes es un artista? ¿Quieren dibujar algo y yo haré algunas insignias?

Claire Gibbens levantó la mano.

—Mi madre dice que tengo un don para el diseño gráfico. —declaró. Su tono era cortante y Harry supuso que seguía molesta por no haber sido elegida como buscadora.

—Estupendo —Harry hizo todo lo posible por dedicarle una cálida sonrisa—, estoy deseando ver lo que se te ocurre. ¿Qué tal un color de equipo, entonces? Parece que Malfoy ha elegido, eh, el morado.

—Más bien berenjena, diría yo. —corrigió Fitz.

—Bien —coincidió Harry, desconcertado—. ¿Y qué hay de nosotros entonces? ¿Tal vez algo más claro para no confundirnos?

— ¿Qué tal un bonito bígaro? —sugirió Claire.

—No llevaré bígaro. —gruñó la hosca Awling desde detrás de una cortina de pelo oscuro largo y desordenado. Tenía el aspecto de una aparición de una película de terror muggle.

— ¿Amarillo? —ofreció Clayburne.

—No somos Hufflepuff. —argumentó Claire, ofendida.

Harry miró su reloj. La manecilla de Draco había cambiado a "Quidditch" y, lo que era más importante, la hora mostraba que no les quedaba mucho tiempo para discutir.

— ¿Qué tal, ah, bronceado? —dijo, nombrando el primer color pálido que se le ocurrió. Las nueve miradas de disgusto le dijeron que era una sugerencia equivocada.

— ¿A alguien le gusta el bronceado? —preguntó Clark, incrédulo.

—Yo lo tengo —dijo Hiram con valentía, hablar delante de los mayores no era su estilo habitual—. ¿Qué tal si vamos de rosa como el pelo de Clark?

—No estoy segura de un rosa brillante —dijo Magnolia pensativa—, pero tal vez un bonito rosa empolvado.

Harry no estaba seguro de saber de qué color era el rosa empolvado.

— ¡Asombroso! —gritó Fitz— Awling, ¿puedes vivir con eso?

Marcia arrugó la nariz, echando el pelo hacia atrás.

—Bien. Siempre y cuando sea más polvoriento que rosa.

Fitz agitó su varita y sus capas, incluida la de Harry, se volvieron de un color rosa apagado bastante bonito.

—Bueno, eso es bastante bonito —admiró Harry—. Bien hecho, Hops. Será fácil de ver ahí fuera. Ahora, recuerden, jueguen limpio, arriésguense y diviértanse.

—Sí, pero también estaría bien ganar, Potter. —dijo Mathieu de Bristol, echándose el bate al hombro.

Todos se rieron por los nervios previos al partido, y Harry sonrió.

—Bueno, tampoco voy a impedir que salgan a intentar ganar. Recuerden, háganme una señal si quieren un descanso, tenemos un cazador y un golpeador de apoyo.

Un Camino A Seguir [ Harco ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora