Capítulo XLIII

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Harry se despertó a la mañana siguiente furioso. Habían advertido a McGonagall, habían confiado en las autoridades, a pesar de todas las veces que esas mismas malditas autoridades los habían defraudado. Se suponía que este año iba a ser diferente. Se suponía que este año se les permitiría ser simplemente estudiantes. Su humor no mejoró durante el desayuno.

-Voy a hablar con ella -gruñó, mordiendo ferozmente una tostada-, en cuanto termine.

-Tenemos clase. -le recordó Hermione.

-A la mierda la clase -espetó Harry-, podrían haber matado a Draco.

- ¿Hace falta que te recuerde que no me morí? -se ofreció Draco.

-Iré contigo, amigo. -se ofreció Ron.

Hermione levantó las manos.

-Oh, perfecto, porque lo que hace mejor a un adolescente enojado es meter a otro adolescente enojado en la mezcla.

-Se lo dijimos -espetó Harry-, ¡se suponía que ella se encargaría de ello!

-No sabemos toda la historia, Harry -intentó aplacar Hermione-, no puedes ir a la carga asumiendo lo peor.

Harry no se dejó aplacar.

-Oh, diablos -suspiró Hermione-, bien, iremos todos.

***

-Sospechaba que podría tener noticias de ustedes cuatro -los saludó la directora McGongall-, esperaba hablar con ustedes después de clase, pero ya están aquí. Por favor, tomen asiento.

Harry sintió que su mandíbula se apretaba, quizás Hermione tenía razón, quizás estaba demasiado enfadado para esto. Se sentó, Hermione se acercó a él y le dio un apretón de advertencia en el antebrazo.

-Como sin duda ha discernido -comenzó la profesora McGonagall-, Wilma Brown parece estar en el centro de todo este calvario.

-Información que le trajimos antes de que a Malfoy le rompieran docenas de huesos. -gruñó Harry.

McGonagall levantó una mano.

-Entiendo y aprecio su enfado, señor Potter, y señor Malfoy, mi más profundo pesar por lo que ha pasado.

Draco sacudió la cabeza con displicencia.

-La información que aportó sobre los Brown era sólida. Otros habían sentido que Wilma Brown había estado un poco apagada, y cuando yo misma la interrogué hace unos días, admitió haber saboteado la Torre Central en un ataque de dolor. Se había entregado a los aurores, que la habían puesto al cuidado de un sanador mental para determinar si estaba en condiciones de ser juzgada.

- ¿Por qué no se nos informó? -exigió Harry.

McGonagall le dirigió una mirada.

-Aunque aprecio todo lo que ha hecho por nosotros, señor Potter, sigo dirigiendo un colegio. Tengo varias preocupaciones urgentes, como puede imaginar. Informarles a los cuatro de su éxito en la investigación estaba ciertamente en mi lista y tenía la intención de hacerlo este fin de semana. No se trata de una trama artera para manteneros en la oscuridad, se los aseguro.

Harry sintió que un poco de su ira se desvanecía, como un globo que gotea.

-Ya. Lo siento, profesora. -murmuró.

Ella frunció los labios, y luego continuó.

-Wilma Brown negó cualquier participación en los ataques a los estudiantes, afirmando que su única intención era la destrucción de la propiedad. Insiste en que no era consciente de que se estaban impartiendo clases en la zona del castillo. A Artemis Brown también se le pidió que abandonara los terrenos de la escuela por no informar de la participación de su esposa.

Un Camino A Seguir [ Harco ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora