XXXII

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ARIANNA

-¡Gilinsky!¡Devuélveme eso ahora mismo!-Grito mientras le persigo.

Gilinsky le pasa mi móvil a Johnson y este huye al balcón.

Maldito.

Taylor se interpone entre el cristal y yo, cortándome cualquier paso posible. Él y Gilinsky sonríen cómplices y le indican a Johnson que lea en voz alta.
Las mejillas se me ponen rojas y me tapo la cara con un cojín.

Mierda.

-Dice Cameron: Arianna te echo de menos, contesta por favor.-Imita de mala manera la voz del castaño.

Siento que me sonrojo aún más y doy una patada al aire sin éxito. Johnson empieza a narrar mi conversación con Cameron, el cual fue a visitar a su madre. Los muy idiotas me encontraron sonriendo como adolescente enamorada mientras hablaba por iMessage con él y, como ya veis, me robaron mi preciado móvil.

-¿Puedes parar de una vez?-Me sentía más que indignada con esos tres riéndose como retrasados.

-Espera, espera, que ahora viene lo mejor.-Anuncia Johnson casi muriéndose de la risa.-Dice Cameron: Te quiero.

Ahí exploté.

Le pegué una patada al rubio cuando entró en la habitación. Le arrevaté mi móvil y miré amenazadoramente a los demás.

-Nunca juguéis conmigo.-Amenazo.-Repito: Nunca.

Y me largo de la habitación soltando un gran suspiro. No sé hasta qué punto camino, solo sé que paso del hotel y me encuentro en la hierba de un parque poco concurrido.

Al recostarme a un tronco me siento bien, y no sé porque. Todavía tengo la cara roja, la cual se enciende más y más cuando recuerdo todas las palabras bonitas de Cameron.

Después de aquella tarde, en la que yo descubrí que sentía algo por él, me encuentro muy rara, ida.

Poco después de aquello Cameron se había vuelto muy cariñoso conmigo, y no iba a negar que todo aquello me ponía demasiado inquieta. Más de uno había notado lo mucho que me sonrojaba cuando estaba con él, y que mis nervios estaban a flor de piel ante su tacto y su cercanía.

Pero eso le gusta.

Le gustaba ponerme nerviosa. Le gustaba verme roja. Y lo quería matar por ello.

También le gustaba abrazarme muy a menudo y besarme. Pero no, no habíamos vuelto a experimentar un beso como el de aquella noche en la fiesta. Y no entendía porqué ¿A qué demonios estaba esperando?

-Dios, estoy siendo demasiado indecisa.-Murmuro parándome de un salto.-¿Porque Señor, porque?-Grito al cielo.

Una pareja de viejitos pasa lentamente mirándome con los ojos entre cerrados.

-Estos jóvenes de hoy en día son unos lunáticos...-Niega la mujer.

¿Qué? Pero si esa vieja podría ser la Vieja de los Gatos de Los Simpsons sin problema alguno.

Antes de que le grite un par de cosas a la señora, mi movil empieza a sonar. Lo descuelgo sin mirar quien es.

-¿Hola?-Pregunto y una voz ronca se oye al otro lado, la cual conozco de sobra. Mierda.

-¿Me echas de menos, cariño?-Contesta Cameron seductoramente al otro lado. Idiota.

-Cállate.-Contesto cuando mis mejillas se llenan de calor.

Lo siento sonreír egocéntricamente al otro lado y lo maldigo mentalmente.

-Estás roja, ¿Verdad?-¿Como rayos lo ha sabido? Titubeo un poco y el vuelve a reír.-Lo sabía.

The Viner Girl || MagconDonde viven las historias. Descúbrelo ahora