CAMERON
Esto iba de mal en peor.
Arianna sollozaba tirada en el suelo. Algo dentro de mí se había roto, como un simple trozo de vidrio. Mi rostro se había tornado pálido y me temblaban ligeramente las manos.
Esto es mucho peor de lo que había esperado.
No podía ni mirarla, más vidrios se rompían cada vez que lo hacia. Mis ojos divagaban por toda la habitación, sin detenerse en nada ni nadie, intentando ser capaces de encontrar la solución a esto. Intentaba no oírla, pero su llanto acribillaba mi cabeza.
En estos momentos me odiaba a mí mismo, sin razón aparente.¿Y si se lo hubiese contado?¿Habría reaccionado igual?
Mahogany y Aaron la habían levantado del suelo y sentado en la cama. El resto solo miraba, puede que paralizados, puede que preocupados. Nash tenía una mirada ida, vacía. Tenía mil ganas de pegarle un puñetazo, y no entendía porque. Logan abrazaba a su hermana. Gilinsky me miró, él lo sabía. Hice varios ademanes de ir hacia ella, hasta que cogí todo el valor que pude y me acerqué a ella, manteniendo la vista en el suelo, con cuidado de que no se me rompiera nada más.-Arianna...-Hablé tan bajo que casi ni se oyó, aunque ella lo escuchó.-Shawn está bien.-Solo escuché silencio y luego movimiento.
-¿Tú lo sabes verdad? ¿Tú lo has sabido todo este tiempo, verdad?-Su voz eran como espinas clavándose en mi piel. Era tan débil, tan rota y decaída. Ni siquiera abrí los labios, solo me dediqué ha asentir con los ojos cerrados con fuerza. Sentía como se desmoronaba internamente.-¿¡Porque no me lo dijiste?-Aquello sonó en un grito desgarrador, casi diabólico. Su sollozos habían vuelto, y mi rabia se concentraba en mi cara y puños.-¡¿Porque me lo habéis ocultado?! ¡Shawn era mi amigo!-Su cuerpo volvió a caer sobre la cama, desganado. Su voz se convirtió en un cortado susurro.-¿Porque lo habéis echo...?
-Arianna...-Intenté tocar su hombro pero se apartó mucho antes.
-¡No! No me toques ¡Eres un traidor!-Gritó otra vez. El resto de chicos se habían alejado, sabían que esto era delicado.-¿Porque lo has echo, Cameron?
-¡Por ti! ¡Lo hice solo para evitar esto!-Paso las manos por mi pelo varias veces, intentando tranquilizarme de alguna forma. Al levantar la vista todo mi cuerpo se contrae. Tiene los ojos inyectados en sangre, hinchados y con su natural color verde perdido. El resto de su cara prácticamente no existe, es solo un mar de lágrimas. Ahora son miles de vidrios los que se rompen dentro de mí, de la manera más devastadora posible. Los chicos ya no estaban.-Arianna, por favor, para, Shawn está bien.
-¿Donde está?-Su cara señalaba desesperación.
-Ha vuelto a casa.
-¿Que? ¿Porque? ¿Que ha pasado?-Empezaron a salir más y más lágrimas de sus ojos. Nunca imaginé que se sentiría así.
-Tranquila, no ha pasado nada.-Sabía que no llegaría a consolarla, ya que ni yo estaba bien.
-¿Porque?-Apreté los labios.-¿No va ha volver a Magcon?
-No.-Fue lo único que contesté. Sus sollozos habían parado, pero aún se escuchaban suspiros. Me senté a su lado, temeroso.
-¿Porque se ha ido?-Preguntó suavemente después de varios minutos. Sonaba como una niña pequeña, lo que daban más razones a que se me estrujara el pecho.
-Mira Ari, Shawn se ha ido, pero no porque haya echo algo malo, o porque ya no quiera estar en Magcon. Le han dado una gran oportunidad, Arianna. Está a punto de cumplir su sueño, y antes de irse lo que menos quería era ver caras largas.-Los ojos se me cristalizaban poco a poco. A mí también me dolía.
-¿Lo volveremos a ver?-Se escuchaba el temor en su voz.
-Supongo, nos quiere demasiado como para no hacerlo.-Sonrío con tristeza.
Me acerco a ella y la abrazo, con el miedo de que se aparte de mí. Sin embargo envuelve sus brazos por mis hombros, hundiendo su cara en mi camiseta. Huelo su pelo, el olor a jazmines se apodera de mí. Pienso en todo. En Shawn, en Arianna, en el tour, en los chicos y en mí. ¿Porque lo hacemos todo tan complicado? Las primeras lagrimas se deslizan por mis mejillas. Quiero aferrarla a mí, como si fuera un talismán que me pudiera colgar al cuello. Sus brazos suaves me llevaban a lugares acogedores, sus ojos me transmitían un brillo inigualable, su olor era como una distracción, aunque no tenía nada que decir de sus labios, ya que nunca los había probado. Pero no me importaría nada hacerlo.
¿Que demonios estoy pensando?
Algún rato después los dos estábamos tirados boca arriba, sin pronunciar palabra alguna. Había descubierto que me entretenía jugar con su pelo.-Oye...-Me giro a mirarla cuando habla.-¿He sido muy egoísta?
-No, yo también lo he sido.-Contesto.
-Ya...-Murmura.-Es que no sé cómo definir esto: me siento orgullosa de él, pero a la vez no quiero que se vaya. Me alegro de que sea feliz, pero me gustaría que fuera feliz aquí, con nosotros. Es algo extraño.
-Tranquila.-Digo agarrando su mano delicadamente. -Yo también me siento así. No podemos evitar ser egoístas.
-Sí.-Suelta una ligera risita, que se desvanece poco a poco en el aire. Su pulgar acaricia el dorso de mi mano, y aunque suene ridículo, siento cosquillas.-Perdóname.
-¿Qué?-Lo había escuchado perfectamente, pero una parte de mí quería volver a oírlo.
-Perdóname.-Repitió.-Me comporté como una cría. Pensé que lo hiciste a propósito, casi me volví loca.-Explica, aunque su cara refleja como si estuviera asustada de sí misma.-Ni te imaginas las cosas que pensé de ti.
-¿Ah sí? ¿Y qué pensaste?-Me incorporo sin soltar su mano con una sonrisa divertida.
-Mmm, pues que eras un traidor, un cerdo, un cabrón, un gilipollas, un...-Empezó a enumerar.
-Vale, vale, lo he entendido.-Me río junto a ella.
Nos quedamos varios segundos mirándonos. Sus ojos han vuelto a su color verde que me resulta tan salvaje, y sus pestañas se han pegado debido a las lagrimas. Sus mejillas llevan un rato tornadas rosadas, de una manera dulce y adorable. Entonces me fijo en sus labios. Son finos y rojizos, de un aspecto delicioso y delicado. Imparablemente me acerco a ella, sin apartar la vista de sus labios. Quiero besarla. Pienso que va ha alejarse, pero no lo hace. Me acerco aún más, intentando mantener la cordura y no abalanzarme sobre ella. Estamos a pocos centímetros, incluso puedo sentir su respiración algo irregular. Me sigo acercando, tanto que estoy a punto de rozar sus tiernos labios.
Pero alguien tenía que interrumpir.
Rápidamente nos apartamos en el momento en el que Matthew entra comiendo una bolsa de gominolas. Nos mira con los ojos entrecerrados durante varios segundos, parado en mitad de la habitación.
-¿He interrumpido algo?-Pregunta con la boca llena.
-No.-Contesta Arianna levantándose.-Voy hablar con Mahogany.-Hace un gesto, muestra de nerviosismo y se marcha, dejándome con las ganas de probar sus labios. Miro mal a Matthew.
-He interrumpido algo.-Afirma.
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The Viner Girl || Magcon
Фанфик"Aquí nada es lo que parece, querida Arianna. Hasta la persona que pienses que más odio te tiene puede ser la que más te ame, y viceversa. Aquí todos saben ocultar muy bien sus sentimientos, y si no quieres ser herida, será mejor que tu también lo h...