XX (Parte 2)

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ARIANNA

-Pero que se le va hacer...-Murmura Cameron mirándome lentamente a los ojos. Por primera vez veo dulzura en sus ojos. Estos son profundos, y parecen lagunas llenas de sentimientos. Oh mierda, que cursi me estoy volviendo. Aparto la mirada con una sonrisa incrustada en mi cara.-¿Que vamos hacer?

-No lo sé, de verdad que no.-Susurro con pesadez, contemplando el alumbrado del parque. El castillo es precioso desde aquí. Está decorado con miles de luces de todos los tonos de azul, desde el del cielo oscuro de la noche hasta el dulce de los ojos de Nash. Los ojos de Nash. Nash. ¡Nash!- ¡Eso es!-Grito haciendo que Cameron dé un salto a mi lado del susto.-¡Nash es la solución! El debe saber todo sobre Ashley.-Él medita lo que digo y asiente.-Voy hablar con él.

-Hey, para el carro.-Me agarra del brazo consiguiendo que mi espalda choque contra su pecho.-No puedes ir hablar con él ahora.-Lo miro con el ceño fruncido ¿Que?- Lo he visto bebiendo hace un rato, créeme, lo conozco y no aguanta muy bien la bebida.-Explica. Relajo mis hombros. Mierda.-Mañana vamos hablar con él.-Asiento y el me suelta empezando ha caminar hacia el interior.-Ahora... ¡Party Hard!-Da tres saltos y me río.Admiro su espalda al caminar hacia la puerta de vidrio. Todos sus músculos se ajustan a su camiseta. Por Dios, este aborto de mono está malditamente bueno. Para en seco y gira su cabeza lentamente para verme, o más bien ver mi cara de adolescente idiota.- Ya sé que tengo un cuerpazo y tal, pero tampoco me acoses con la mirada.-Ríe y siento la vergüenza caer como un maldito balde de hielo sobre mi cabeza. Sacudo mi cabeza y empiezo a prácticamente correr hasta adelantarle, no sin oír su risita.

Maldito Alexander.

Al volver a la fiesta una oleada de calor se cierne sobre nosotros. El lugar al estar cerrado apesta a alcohol y humanidad hormonada. Hay adolescentes borrachos, otros bailan twerk -típico-, los hay por las esquinas haciendo cosas que ni me quiero imaginar, también tenemos a los que parecen que se van a comer y, por último pero no menos importante, nosotros, los que miramos. Cualquier fiesta adolescente, claro. Debería plantearme no salir mucho con estos chicos.

Nos abrimos paso entre la gente hasta llegar hasta el centro de lo que se podría llamar pista y empezamos a bailar. Digamos que lo único que se me ocurre en este momento es hacer el robot ¿Infantil, no? Para mi suerte, Cameron me sigue. Puedo estar tranquila, no soy la única que está haciendo el ridículo -aunque la gente no nos preste atención-.

-¿No te aburres?- Me pregunta y me encojo de hombros.-Vamos a beber.- Se frota las manos como maniático y ruedo los ojos, agarrándole del cuello de la camisa cuando intenta irse.

-Ni se te ocurra, te necesito sobrio.-Le advierto y me mira de manera pervertida.

-Uuuh ¿Para que me necesitas preciosa?- Pregunta escondiendo su risa. Oh no ¿¡Como puede mal pensar eso!?

-Eres exasperante.-Me quejo cruzandome de brazos.

-Aún así me quieres.-Canturrea dando vueltas alrededor mío.

-Sabes que no.-Contesto intentando seguir sus movimientos. Algo difícil.

-Sabes que sí.-Aumenta la rapidez de sus pasos.

-¡Que no!-Giro sobre mí misma aún más rápido. Segundos después siento un fuerte mareo y tropiezo torpemente con mis píes, pero nunca llego a tocar el suelo. Los brazos de Dallas me sujetan, digamos que más cerca de lo que me gustaría de él.

-Te lo digo yo que sí.-Susurra cerca de mi rostro. Su aliento huele ligeramente alcohol mezclado con menta. Raro. Giro mi cara, asegurándome de que ocurra ningún "accidente". Cameron me levanta suavemente y me suelta, mirándome con cara extrañada.-¿Te pasa algo?

-¿Q-qué?-Me desconcerto todavía pensando en lo que acaba de ocurrir. El no se ha dado cuenta, pero podría jurar que eso hubiera acabado en un beso si no me aparto.-Agh, no nada.

-¿Estás segura? Pareces algo pálida.-Me froto los ojos, todavía algo mareada. Le miro con una pequeña sonrisa a su expresión de preocupación y niego. Se queda varios segundos escaneando mi rostro con los ojos entre cerrados, no muy convencido, pero acaba rindiéndose.

Bailamos nuevamente, de una manera más suave, pero aún separados. Durante este rato le he estado lanzado miraditas a Mahogany, asegurándome de que no haga uso de su "magia del amor". Maldita mejor amiga, por su culpa ahora estoy confundida. ¿Y si me gusta el simio de Dallas? Oh no, por favor Dios, no. El no me puede gustar, de ninguna de las maneras posibles. Es estupido, pervertido, exasperante y me desespera. Un momento ¿Eso último no es lo mismo? Bueno, da igual. El caso es que el no me puede gustar, ni de coña. Haber, que el chico es fisicamente un Dios, y tampoco es mala persona, pero.... ¡No! ¡Fuera! ¡Fuera de mi cabeza Cameron Alexander Dallas!

-¿Arianna?-Pregunta confundido. Le miro volviendo a la realidad. Seguro que se ha asustado por mi cara de niña poseída.-Wow, parecía que estabas en otro planeta.

-Ops, lo siento ¿Que decías?-Aparto los mechones de pelo de mi cara y los coloco detrás de las orejas de gato.

-Que si quieres bailar conmigo.-Oh, mierda, estaba tan absorta en mis pensamientos que ni cuenta me había dado de que había cambiado la música. Maldita Mahogany, nos ha puesto música lenta para que bailemos. La voy a matar.-Hey...-Cameron pasa su mano por delante de mi rostro, divertido. Asiento frenéticamente. Tienes que centrarte Arianna.

Llevo mis manos a sus hombros, y él a mi cintura, recostando ligeramente mi cabeza sobre su pecho. No reconozco la canción, solo nos mecemos al son de ella suavemente de izquierda a derecha.

-Eres afortunada.- Comenta ¿Que?-Tu pareja es el mejor bailarín de toda la pista.-Verdaderamente era así; Cameron Dallas increíblemente era un gran bailarín. Pero yo no hiba a permitir ponerle eso en bandeja de plata.

-Sí, sí, pero todos sabes que estás bailando con la chica más guapa y dulce de todas.-Le respondo con su mismo nivel de ego. Bajo mis manos lentamente a las suyas, estirando nuestros brazos para luego volver a juntarnos.

-Pues... es verdad.-Admite con algo de pesadés. Esperad un momento... ¡¿Cameron Dallas acaba de admitir que soy guapa?! Mi cara debe ser de completa incredulidad, ya me la imagino [la inteligente autora piensa que debe ser tal que así: 😱].

-OMFG! Mr. Dallas no va ha ser tan arrogante como se pinta.-Río mientras él me da una vuelta. Al volver a mirarlo veo una adorable sonrisa ¡Aww, eso es más mono que Matt haciendo el Espisaurus Rex!

-Hay cosas que no se pueden desmentir...-Murmura lentamente. ¿Que demonios? ¿Estará borracho? Esto es de todo menos normal... en él. Volvemos a nuestra posición inicial. Yo contemplo todas y cada una de las facciones de su cara, intentando encontrar algo que me diga que le está pasando ¿Estará enfermo? Él por su parte, tiene la mira perdida en algún punto inexistente, como si tuviera una batalla interna para saber que decir. Pasa la lengua en un movimiento rápido por sus labios y carraspea la garganta, preparándose para hablar:- Oye Ari...- Se rasca la nuca; símbolo de nerviosismo.-Que se mañana te aburres podríamos ir juntos al parque.-Suelta. Mis labios se curvan en una sonrisa divertida.

-¿Es una cita, Cameron Dallas?- Canturreo. Creo que ahora estamos jugando en el mismo terreno.

-¿Que? ¡No!-Dice alarmado. Comprimo mi risa; esta situación es muy divertida y ridícula.-Solo como amigos... ¿Porque somos amigos, no?-Pregunta con temor y asiento con una gran sonrisa.

-Claro Alexander, mañana podemos salir.

The Viner Girl || MagconDonde viven las historias. Descúbrelo ahora