Ya llevaba una semana conviviendo en esa casa. Y todo iba bastante bien. Demasiado bien, diría yo. Hasta que el desastre que ya se estaba tardando en llegar, pues llegó.
Escuché un grito agudo desde el cuarto de lavado y me sobresalté de tal manera que casi me caigo del sofá. Fui como una mecha, corriendo hasta el cuarto de lavado. Me encontré a Cameron tirado en el suelo y empecé a gritar en su dirección.
—¿Qué ha pasado? ¿Estás bien? ¿Hay fuego? ¡Debo llamar a los bomberos!
Pero nada de eso pasaba. No había ni fuego, ni humo, y nadie estaba herido. Lo único que estaba mal con aquello era la cara de pocos amigos de Cameron y sus brazos cruzados en su dirección.
—No ha pasado nada pero...¿¡Me puedes explicar que le ha pasado a mi ropa?!—Levantó sus brazos exasperado.
Estaba apunto de contestarle que no tenía ni idea de que hablaba hasta que vi la ropa desparramada por el suelo. Toda de color rosa. Ah bueno, creo que ya me hago una idea.
—Yo no he sido.—Me defendí de lo más tranquila, apoyando mi cadera en el umbral de la puerta.
Cameron entrecerró los ojos en mi dirección. Entonces me mostró una prenda entre sus manos de color rosa, posiblemente la causante de la coloración de su anterior ropa blanca.
—Dudo mucho que esto sea de Bryant.—Agitó el sujetador entre sus manos.
Que escena más...morbosa y rara.
—No soy la única chica que vive bajo este techo.—Repliqué.—Eso no es mío.
—No lo niegues ¡Tú siempre usaste ropa interior con dibujitos y encaje!
Me ruboricé un poco. Será idiota, todavía se acordaba de eso.
—Pero serás pervertido.—Bramé mirándolo mal, con las mejillas teñidas de carmesí.
Sonrió sarcástico y dejó que aquel sujetador -que recalco que no era mío- cayera al suelo y dio un paso hacia mí. No retrocedí, es más, le sostuve la mirada.
—Oh por favor, recuerda que estuvimos juntos.—Rió amargamente, como recordando el verano pasado.—Ni que no te hubiera visto desnuda.
No me aguanté y le pegué una bofetada. La sonrisa arrogante desapareció de su cara y se llevó la mano a la mejilla que le había golpeado.
—Eres un imbécil.—Prácticamente escupí.
Me di la vuelta consiguiendo que mi pelo volara como en las películas y me largué a mi habitación cerrando de un portazo. Maldito Cameron.
(...)
¿Sabéis qué es gracioso? Que al final todo el tema del sujetador fue una perdida de tiempo. No era ni mío ni d Sierra, si no de la novia de Bryant, y este fue el que lo puso en la colada por equivocación.
Así que ahora estaba sentada en la moqueta de mi habitación, revisando que en todas mis redes sociales estuviera puesto que mañana haría un #AskAri para un vídeo de mi canal de YouTube.
El sonido de los nudillos de alguien golpeando mi puerta abierta me hicieron despegar la cabeza de mi MacBook. Rodé los ojos al instante de ver su maldito y perfecto rostro.
—¿Qué quieres?—Contesté volviendo a mis cosas.
—Traigo alitas de pollo.—Levantó un bolsa en su mano lo vi sonreír apenado.—Y también traigo disculpas.
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The Viner Girl || Magcon
Fiksi Penggemar"Aquí nada es lo que parece, querida Arianna. Hasta la persona que pienses que más odio te tiene puede ser la que más te ame, y viceversa. Aquí todos saben ocultar muy bien sus sentimientos, y si no quieres ser herida, será mejor que tu también lo h...