Cerré la puerta de la habitación y me volteé para encontrarlo ya sentado en mi cama.
Sí que venía solamente a hablar.
Palmeó el lugar a su lado, pidiéndome que tomara asiento allí, y arrastré mis pies hasta complacer su muda petición. Su cuerpo se acomodó en su lugar para verme de frente, por lo que hice lo mismo.
—Sé que la comunicación no es lo mío, pero quiero intentarlo, Val.
Puede que no lo hubiese sido hace unos meses atrás, pero el hecho de que viniera en busca de tener alguna conversación decía mucho sobre cuánto había cambiado.
Arrugué la frente, haciéndome la desentendida.
—Hay algo que no estás diciéndome —aseguró —, pero te conozco. No se si tenga que ver con Wolf o...
—No otra vez... —le pedí.
A pesar de encontrarnos solamente iluminados por la luz de la luna que entraba por la pequeña ventana, sus ojos parecieron verse más oscuros que el azul usual que cogían cuando se estaba en la oscuridad.
—Necesito comprender qué lugar ocupo en tu vida —dijo —. Pero también necesito saber qué lugar ocupa él.
Quité mi mirada de él.
Cailan tenía razón. A mí también me gustaría saber si me encontraba envuelto en un maldito trío amoroso, pero darle una respuesta me sería más fácil si no estuviera tan confundida. Últimamente, no parecía estar segura de absolutamente nada.
Su mano cogió la mía por encima de mi muslo y le di un suave apretón.
—No me agrada ser la segunda opción de ninguna mujer —continuó —y, mucho menos, tu segunda opción. Sin embargo, daría un paso al costado si me lo pidieras. Preferiría que me lo dejaras en claro desde el inicio a que...
—Nunca serás mi segunda opción cuando en mi lista de prioridades te encuentras incluso antes que yo misma —solté.
—Yo no quiero estar delante de ti —dijo —. Me conformo con estar justo detrás.
Mis ojos buscaron los suyos y, al encontrarlos, esbocé una diminuta curva en mis labios.
—Si llegas a atreverte a dar un paso al costado, juro que te buscaré, te encontraré y te obligaré a que te quedes a mi lado.
Cailan rió por lo bajo.
—Si sólo estamos tú y yo, ni siquiera tendrás que obligarme —sus palabras me dieron una golpiza a mano abierta.
Tú, yo, y puede que un extra...
—No pienses en traer a mi hermana —dijo, de pronto —. Presencié lo que sea que haya sucedido entre ustedes en la sala y no me ha gustado ni un poco.
Tragué grueso.
Tampoco a mí.
—Oye... —su mano acarició mi mejilla con suavidad, obligándome a regresar mi mirada perdida hacia él —, ven aquí.
Sus brazos me cargaron con fuerza para montarme a horcajadas de él y los mismos acabaron enredándose alrededor de mi cintura.
No era merecedora de la sonrisa que estaba regalándome. Me encontraba ocultándole una noticia que cambiaría su vida por completo, sin importar la decisión que acabara tomando.
—Dime qué está perturbándote —susurró, acercando su rostro al mío y uniendo nuestras frentes.
Lo que se encontraba entre nosotros, literalmente hablando. Lo que estaba creciendo dentro de mí había atravesado tantas cosas conmigo mientras yo aún no lo sabía. Desde la muerte de Mitch, el descubrimiento sobre lo sucedido a Anya, la falsa captura de Cailan, el escape de KEK, hasta creer que mi mejor amigo había muerto en mis brazos. Pese a todo el sufrimiento vivido, el pequeño entre nosotros seguía luchando por continuar con vida.
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CODICIA [+18] ©
RomanceTRILOGÍA TENTADORA PERDICIÓN - Libro II (En proceso) Vengar el asesinato de su padre ya no es el único deseo que tiene Valdine Jensen. Las palabras que había oído en los pasillos de JBG no habían sido más que verdades; adentrarse en la lujuriosa y...